Palabras clave: evidence gap maps, evidence-based medicine, systematic reviews as topic, data visualization
The significant increase in scientific evidence production has led to the creation of methods to facilitate evidence review and synthesis. This has turned, this has resulted in the emergence of different designs depending on the review’s objective. Evidence gap maps constitute a novel approach for literature review. They are thematic collections of a broad field of evidence, using a systematic search strategy that identifies gaps in knowledge and engages, early on, the target audience to design a friendly graphic product. Evidence maps are a tool to be considered in the roster of options available for research funders in that they are particularly useful for evidence-based decision-making and evidence-based policy development. The most commonly used formats to display the findings of evidence gap search designs are the bubble plot and the intervention-outcome framework. This article corresponds to the sixth of a series of narrative reviews on general topics of biostatistics and clinical epidemiology. The purpose of this review is to describe the principal features of evidence gap maps, highlighting their main objectives and utility, exploring the most commonly used mapping formats, and comparing this approach with other evidence synthesis designs.
Ideas clave
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El volumen de información científica que se genera es abrumador, y actualmente es del orden de un manuscrito cada 10 a 20 segundos[1]. Así, la gran cantidad de estudios primarios y secundarios que se suman a las distintas bases de datos (y otras fuentes), genera la necesidad de crear un enfoque sistemático, exhaustivo y gráfico que facilite la búsqueda de respuestas en la toma de decisiones[1],[2]. Entre las múltiples opciones existentes se destacan:
Los mapas de brecha de evidencia son una herramienta enfocada en facilitar a los investigadores, clínicos y generadores de políticas públicas (entre otras partes interesadas) la visualización y exploración de la evidencia disponible, tanto de estudios primarios como revisiones sistemáticas, en torno a una pregunta específica, a través de un producto gráfico y ergonómico[2],[6].
Este artículo corresponde al sexto de una serie metodológica de revisiones narrativas acerca de tópicos generales en bioestadística y epidemiología clínica, las que exploran y resumen en un lenguaje amigable, artículos publicados disponibles en las principales bases de datos y textos de consulta especializados. La serie está orientada a la formación de estudiantes de pre y posgrado. Es realizada por la Cátedra de Medicina Basada en la Evidencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Chile en colaboración con el Departamento de Investigación del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina, y el Centro de Evidencia UC de la Pontificia Universidad Católica, Chile. En el presente artículo se revisan los aspectos generales de los mapas de brecha de evidencia, sus principales objetivos y utilidades, las formas de mapeo más relevantes junto con su interpretación, aspectos relevantes de su metodología y su comparación con otras propuestas de síntesis.
Los mapas de brecha de evidencia surgen el año 2003 y contaban con menos de diez publicaciones al año 2010[2]. Sin embargo, durante la siguiente década aumentaron su popularidad alcanzando más de 73 publicaciones al año 2017[6],[7],[8],[9]. Entre las organizaciones más involucradas con su generación y uso destacan la International Initiative for Impact Evaluation (3ie) (www.3ieimpact.org) y la Campbell Collaboration (www.campbellcollaboration.org).
Los mapas de brecha de evidencia se pueden definir como colecciones temáticas de evidencia, estructuradas alrededor de un marco que representa gráfica y esquemáticamente los tipos de intervenciones y los resultados relevantes para un problema particular[6]. Así, se configuran como una organización sistemática, ilustrativa y amplia, con la intención de caracterizar la amplitud, profundidad y metodología de la evidencia relevante en relación a cierta pregunta, dilucidando finalmente las brechas de conocimiento[10].
En 2016 Miake-Lye y colaboradores realizaron una revisión sistemática sobre la definición y metodología de los mapas de brecha de evidencia, cuyos hallazgos dan cuenta de una heterogeneidad al momento de describir y confeccionarlos. En sus resultados se destacan los siguientes componentes clave para definir un mapa de brecha de evidencia:
En síntesis, los mapas de brecha de evidencia implican una búsqueda sistemática con el fin de identificar la evidencia disponible en un tema amplio, y la sistematización de las brechas de conocimiento y/o necesidades en investigación a futuro, presentando sus resultados en un formato amigable al usuario, frecuentemente con representación gráfica o grilla accesible[2].
Como herramienta, los mapas de brecha de evidencia se restringen a aportar información sobre la evidencia disponible, las brechas de conocimiento sobre distintas intervenciones y sus resultados, si bien la metodología se está expandiendo a las áreas de pronóstico, diagnóstico y posiblemente otras áreas del conocimiento. Sin embargo, no permiten responder una pregunta de investigación específica dado que no buscan sintetizar los hallazgos de los estudios incluidos. Consecuentemente, los mapas de brecha de evidencia no tienen por objetivo proveer recomendaciones o informar políticas y prácticas por sí mismos, sino que ser una de las fuentes de información en el desarrollo de estas[11],[12].
Los propósitos de los mapas de brecha de evidencia se pueden simplificar en dos grandes ejes:
1. Facilitar la toma de decisiones basadas en la evidencia, presentando la evidencia disponible en un formato accesible
Es frecuente recurrir a las revisiones sistemáticas para responder preguntas clínicas, pero con el aumento en su producción se hace más difícil identificar cuál ofrece la mejor evidencia. A pesar de los esfuerzos realizados por organizaciones centradas en la síntesis de evidencia, entre ellas Cochrane y Campbell, las revisiones sistemáticas se encuentran publicadas en distintas fuentes de información, sin un repositorio central mandatorio para los autores o publicadores. Además, las revisiones sistemáticas pueden estar disponibles en formatos poco accesibles (aparte del manuscrito tradicional revisado por pares y publicado, por ejemplo preprints, proceedings, protocolos, resúmenes de congresos, entre otros). Lamentablemente, a veces el lenguaje metodológico dificulta la identificación de los hallazgos principales para el clínico no entrenado, y no logran impactar su quehacer como deberían[6].
Ante esto, los mapas de brecha de evidencia proveen un resumen accesible, capaz de proveer información (por ejemplo, de las revisiones sistemáticas existentes en torno a una temática determinada), permitiendo al lector comparar la disponibilidad y calidad de evidencia sobre distintas intervenciones, de forma rápida y eficiente. Por otra parte, si se cuenta con equipos de investigación entrenados para esta finalidad, los mapas de brecha de evidencia pueden ser realizados con rapidez (en plazos menores a seis meses), a la vez que se identifican las revisiones sistemáticas más actualizadas y de mejor calidad, y se asegura la disponibilidad de hallazgos actualizados cuando así sea requerido por las partes interesadas[6].
2. Facilitar el uso estratégico de los recursos en investigación mediante la identificación de brechas en la evidencia disponible, donde debería centrarse la investigación futura
Plantear una pregunta de investigación necesaria y adecuada sigue siendo un desafío. Gran parte de la evidencia disponible no cumple con esta cualidad y una sorprendente cantidad de estudios no cuenta con calidad, desarrollo y análisis necesarios[10]. Es así como más del 85% de la inversión anual mundial en investigación es destinada de forma errática debido a problemas corregibles[13], tales como elegir responder una pregunta no prioritaria, realizar estudios pobremente diseñados, y fallar en reportar apropiada y transparentemente[10]. A esto se suma la falta de sistematicidad en la valoración del cuerpo de la evidencia existente en el campo a investigar[10] que da lugar a la citación selectiva, cherry picking o falacia de evidencia incompleta. Esto consiste en la práctica común de elegir, a la hora de buscar evidencia; a aquellos trabajos más disponibles, más atractivos o aquellos que confirman nuestras creencias, ignorando evidencia que está menos accesible o que nos contradice[14].
Así, el enfoque de los mapas de brecha de evidencia ofrece soluciones: la representación visual que permite establecer áreas donde nuevos estudios primarios o revisiones sistemáticas pueden añadir mayor valor, según el tipo de brecha identificado. Los tipos de brecha a saber son:
Además, los mapas de brecha de la evidencia pueden destacar un abanico de problemas relacionados con la cantidad, calidad y características del cuerpo de la evidencia existente. Así, pueden informar un enfoque estratégico para el desarrollo de evidencia en un problema particular. De hecho, al identificar áreas de alta relevancia para el desarrollo de políticas con falta de evidencia, los mapas de brecha de evidencia pueden ser una herramienta que oriente a investigadores y entidades financieras a asegurar que los escasos recursos en investigación auspicien estudios que aborden brechas de la evidencia críticas[6].
Comprender la metodología de los mapas de brecha de la evidencia es un elemento clave para caracterizar este enfoque y diferenciarlo de otros diseños de estudio. A continuación, se expone un resumen general de sus métodos (para una guía detallada con las recomendaciones para conducir un mapa de brecha de la evidencia, se sugiere revisar publicaciones destacadas[6],[11],[12],[16]):
Tal como se mencionó anteriormente, no se cuenta con un método estandarizado para conducir un mapa de brecha de la evidencia hasta la fecha[2]. Un instrumento reciente que puede ofrecer una guía para el reporte de este tipo de síntesis es la extensión Preferred Reporting Items For Systematic Reviews and Meta-Analyses PRISMA (PRISMA) para revisiones panorámicas (PRISMA-ScR), la cual otorga un listado de ítems clave a verificar en cada sección del manuscrito a publicar[17]. Para mayor información sobre esta extensión se recomienda revisar el artículo dedicado a revisiones panorámicas perteneciente a esta serie metodológica o consultar directamente en la extensión (http://www.prisma-statement.org/Extensions/ScopingReviews)[17].
La presentación de los resultados de un mapa de brecha de la evidencia es variada, siendo tres las formas principales:
La mayoría de los mapas de brecha de la evidencia utilizan variaciones de tablas entrecruzadas (o grillas) para los hallazgos principales, agregando el conteo o suma de publicaciones, organizado en varios dominios, siendo lo más frecuente categorizar según intervenciones y/o diseños de estudios disponibles, a la vez que consideran los desenlaces. También es posible encontrar diagramas de flujo y diagramas de barra para resumir los hallazgos principales de un mapa de brecha de la evidencia. Es común encontrar más de una representación gráfica por artículo[2].
A continuación se describen las formas de mapeo más utilizadas.
Gráfico de burbujas
Este formato grafica la información en cinco dimensiones:
Un gráfico de burbujas utilizado para reportar los hallazgos en un mapa de brecha de la evidencia publicado se puede encontrar en la Figura 1[18].
Figura 1. Gráfico de burbuja utilizado por un mapa de brecha de evidencia.
Grilla intervención-desenlace
Un tipo de formato frecuentemente utilizado es el de grilla digital que contempla intervenciones y desenlaces, con vínculos a resúmenes de los estudios incluidos en sus mapas de brecha de evidencia[15]. Habitualmente, las filas y las columnas corresponden a las intervenciones y los desenlaces, respectivamente. Al ubicar el cursor sobre una intervención o desenlace, la plataforma revela una breve descripción. Las burbujas posicionadas en las celdas de intersecciones de ambos ejes representan la existencia de estudios en una determinada área, y su tamaño se relaciona con el número de estudios. El color de las burbujas indica el tipo de evidencia y su grado de confianza en relación a la conclusión sobre efectos, siendo tres los colores asignados a las revisiones sistemáticas (verde: alta confianza; naranja: mediana confianza; rojo: baja confianza), el púrpura asignado a protocolos de una futura revisión sistemática y el gris asignado a evaluaciones de impacto[19]. Este formato es frecuentemente utilizado por la organización 3ie, y un ejemplo de él se encuentra en la Figura 2[20].
Figura 2. Grilla intervención-desenlace digital.
Otro modelo de grilla es el utilizado por la organización Sightsavers (www.sightsavers.org) (Figura 3). Sus mapas de brecha de la evidencia se basan en una matriz diseñada para capturar evidencia sobre intervenciones o áreas específicas. Las áreas para las cuales se encontraron revisiones se ubican en las columnas, mientras que las filas se corresponden con la fuerza de la evidencia. Las burbujas dentro de las celdas denotan existencia de revisiones sistemáticas o narrativas, y al ubicar el cursor sobre una de ellas se despliega una página resumen[15]. El código de colores representa la calidad metodológica de la revisión (verde: alta; amarillo: media; rojo: baja)[21].
Figura 3. Glaucoma evidence gap map de la organización Sightsavers.
Diagramas de flujo o de barras
Algunos autores de mapas de brecha de evidencia han reportado sus hallazgos principales en formatos de diagrama de flujo (Figura 4) o de barra (Figura 5), siendo similares a los diagramas ampliamente utilizados para describir el proceso de búsqueda sistemática en artículos científicos.
Los mapas de brecha de evidencia y las revisiones sistemáticas tienen en común su diseño de estudio secundario, que recolecta la evidencia disponible mediante un enfoque de búsqueda sistemática exhaustiva, con un proceso de tamizaje de estudios idéntico. En comparación con las revisiones sistemáticas los mapas de brecha de evidencia poseen un alcance más amplio, requieren extracción y codificación de menor cantidad de datos, y no sintetizan los estimadores de efecto. No poseen como requisito la valoración crítica de la calidad de la evidencia (aunque es recomendable)[15], y pueden ser realizados en menos tiempo[6]. El producto que entregan es distinto, los mapas de brecha de la evidencia reportan la evidencia disponible (no los resultados de las intervenciones) para ser utilizado en la priorización de futuras investigaciones, a diferencia de las revisiones sistemáticas que reportan los resultados de los estudios incluidos, contribuyendo a la transferencia del conocimiento y a la generación de recomendaciones para la práctica clínica y elaboración de políticas en salud[15].
Las revisiones panorámicas (scoping reviews), al igual que los mapas de brecha de la evidencia, corresponden a un enfoque de síntesis de evidencia que apunta a mapear la literatura existente en un área de interés[4]. Son el diseño de estudio más similar, con metodologías idénticas al punto de compartir la extensión de la guía de reporte PRISMA descrita para revisiones panorámicas (PRISMA-ScR)[17]. Las principales diferencias son que en los mapas de evidencia se involucra a la audiencia definida como objetivo de forma precoz en el proceso investigativo, el rigor de la estrategia de búsqueda y el ofrecer un producto visual o grilla accesible con un formato amigable al usuario[2].
En la Tabla 1 se describen las principales diferencias de los mapas de brecha de la evidencia con otras formas de síntesis de interés.
Tabla 1. Comparación de los mapas de brecha de evidencia con otras formas de síntesis.
Los mapas de brecha de la evidencia son una herramienta relativamente nueva en la exploración de la literatura, ofrecen un enfoque de búsqueda sistemática que identifica un campo de evidencia disponible, destacando las áreas en donde existen brechas de conocimiento. Destacan por involucrar precozmente a la audiencia definida como blanco, para diseñar un producto gráfico amigable y fácilmente accesible que resuma los hallazgos. Los formatos más utilizados son el gráfico de burbujas y la grilla intervención-desenlace.
Su producción ha ido en aumento durante los últimos años, ya que poseen gran utilidad para los tomadores de decisiones, en pos de definir la agenda y financiamiento de futuras investigaciones, apoyar en la creación de políticas basadas en evidencia, y garantizar un producto final más rápido y con menor uso de recursos que otros diseños de estudio.
Roles de autoría
BSM: conceptualización, investigación, escritura (preparación de borrador original), escritura (revisión y edición), administración de proyecto. NMC, CL, JVAF: escritura (revisión y edición). JPB: conceptualización, recursos, escritura (revisión y edición), supervisión. EMA: escritura (revisión y edición), supervisión.
Agradecimientos
Agradecemos a la Cátedra de Medicina Basada en Evidencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Chile por impulsar esta serie y la colaboración del Departamento de Investigación del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina.
Conflictos de intereses
Los autores completaron la declaración de conflictos de interés de ICMJE y declararon que no recibieron fondos por la realización de este artículo; no tienen relaciones financieras con organizaciones que puedan tener interés en el artículo publicado en los últimos tres años y no tienen otras relaciones o actividades que puedan influenciar en la publicación del artículo. Los formularios se pueden solicitar contactando al autor responsable o a la Revista.
Financiamiento
Los autores declaran que no poseen fuentes de financiamiento externas asociadas a la realización de este artículo.
Consideraciones éticas
Dados los atributos del estudio, no se requirió de comité de ética.
The significant increase in scientific evidence production has led to the creation of methods to facilitate evidence review and synthesis. This has turned, this has resulted in the emergence of different designs depending on the review’s objective. Evidence gap maps constitute a novel approach for literature review. They are thematic collections of a broad field of evidence, using a systematic search strategy that identifies gaps in knowledge and engages, early on, the target audience to design a friendly graphic product. Evidence maps are a tool to be considered in the roster of options available for research funders in that they are particularly useful for evidence-based decision-making and evidence-based policy development. The most commonly used formats to display the findings of evidence gap search designs are the bubble plot and the intervention-outcome framework. This article corresponds to the sixth of a series of narrative reviews on general topics of biostatistics and clinical epidemiology. The purpose of this review is to describe the principal features of evidence gap maps, highlighting their main objectives and utility, exploring the most commonly used mapping formats, and comparing this approach with other evidence synthesis designs.
Citación: Schuller-Martínez B, Meza N, Pérez-Bracchiglione J, Franco JVA, Loezar C, Madrid E. Graphical representation of the body of the evidence: the essentials for understanding the evidence gap map approach. Medwave 2021;21(3):e8164 doi: 10.5867/medwave.2021.03.8164
Fecha de envío: 28/10/2020
Fecha de aceptación: 29/3/2021
Fecha de publicación: 23/4/2021
Origen: Not commissioned
Tipo de revisión: Externally peer-reviewed by three reviewers, double-blind
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