La publicación de estas Actas Científicas ha sido posible gracias a una colaboración editorial entre Medwave y la Sección de Gastroenterología del Hospital Clínico Universidad de Chile.
Colitides se define como la inflamación aguda o crónica del colon. Abarca un amplio espectro de enfermedades, desde formas leves autolimitadas hasta colitis tóxicas que pueden tener un curso fulminante.
Analizaremos las variedades de colitides, con exclusión de las clásicas, que son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
Se clasifican en infecciosas, misceláneas y de otras causas. Dentro de las etiologías infecciosas podemos mencionar las bacterianas, virales, parasitarias y fúngicas. Entre las causas misceláneas tenemos colitis isquémica, por radiación, microscópicas (colágena y linfocítica), eosinofílica, por derivación, por medicamentos o productos químicos y tiflitis neutropénica. Otras causas de colitides son el síndrome hemolítico urémico, enfermedad del tejido conectivo, vasculitis, amiloidosis, síndrome de Behcet, leucemia linfocítica crónica, linfoma y proctocolitis alérgica entre otras.
Historia
Como abarca una amplia gama de etiologías, sus signos y síntomas son variables. Generalmente, se presentan con dolor abdominal, diarrea con o sin sangre y mucus. Puede haber signos de deshidratación. La evolución clínica puede ser leve, moderada o grave. Es importante precisar en la anamnesis la duración y el comienzo de los síntomas, las características de la diarrea: si es voluminosa, acuosa, con o sin sangre. Se debe preguntar por antecedente de viaje al extranjero, adquisición de mascotas, comorbilidad asociada por ejemplo con enfermedades cardiovasculares o radioterapia previa, ingesta de medicamentos como inmunosupresores, antibióticos, etc.
Examen físico
Se debe realizar un examen físico completo con especial acento en cavidad oral, abdomen, ano y recto. Los signos vitales orientarán a la gravedad del cuadro, en el caso de un paciente febril, taquicárdico e hipotenso. Especial interés tienen los signos peritoneales que nos orientan hacia una colitis grave con compromiso transmural, incluso perforación. Las lesiones perianales o genitales como, por ejemplo, condiloma o herpes, orientarán a la tendencia sexual del paciente y a los riesgos involucrados.
Exámenes complementarios
Entre los exámenes complementarios para el estudio de colitides se cuenta con: endoscopía, imágenes, examen de deposiciones, exámenes de sangre y biopsias.
Endoscopía: sirve para establecer el diagnóstico y la extensión del compromiso. En este procedimiento se puede tomar biopsias del tejido. Está contraindicada en los casos de colitis aguda y muy grave, por el riesgo de perforación.
Radiología: se puede descartar la presencia de aire libre y visualizar el engrosamiento de la pared colónica e impresiones digitales que pueden indicar isquemia.
Laboratorio: análisis de deposiciones y cultivos.
La presencia muy intensa (+++) de leucocitos fecales positivos traduce un proceso inflamatorio, que puede deberse a agentes como: Shigella, Campylobacter, Escherichia coli. Los leucocitos fecales negativos pueden indicar etiologías causadas por enterotoxinas, como en el caso del cólera, rotavirus, parásitos como las amebas, otras cepas bacterianas de la Escherichia coli y toxinas bacterianas del Staphylococcus aureus.
El examen directo de las deposiciones es útil y su costo es bajo. La tinción de gram podría orientar hacia Neisseria, Campylobacter o a la detección de huevos de parásitos.
Los hemocultivos también ayudan al diagnóstico.
Además, se puede encontrar la presencia de toxina en deposiciones, en el caso de Clostridium difficile.
Serología: existen anticuerpos específicos en la detección de sífilis, Chlamydia, citomegalovirus. La desventaja es que es un procedimiento caro e inespecífico del compromiso gastrointestinal.+
En cuanto a las pruebas genéticas, como la reacción de polimerasa en cadena (PCR), hibridación de DNA, son de alto costo y no muy aplicables a la clínica.
Histología: podemos realizar tinción con hematoxilina-eosina que es lo clásico, o con tinciones argénticas para algunos gérmenes específicos.
Escherichia coli
Es el principal componente de la microflora intestinal. Existen cinco tipos de cepas virulentas. Las que son productoras de toxinas son la enterohemorrágica (EHEC), enterotoxigénica (ETEC); otras actúan por mecanismo de adherencia, como es el caso de la enteropatogénica (EPEC), enteroinvasiva (EIEC) y enteroadherente (EAEC). La Escherichia coli enterohemorrágica serotipo 0157-H 7 se asocia al síndrome hemolítico urémico y trombocitopenia trombótica.
En cuanto a los hallazgos endoscópicos, se puede ver eritema focal, edema, ulceraciones, ocasionales pseudomembranas. Hay leucocitos fecales positivos. También se puede efectuar el diagnóstico por la presencia de la toxina y por el cultivo.
Generalmente, es un cuadro autolimitado, por lo que el tratamiento es de soporte; en los casos más graves se pueden utilizar antibióticos, en que la primera elección serían las quinolonas.
Shigella
Es la principal causa de diarrea en el mundo. Hay cuatro subtipos: la principal es la Shigella sonnei. Actúa por invasión del epitelio colónico y produce exudado inflamatorio.
El modo de transmisión es fecal-oral. La clínica es bifásica: primero se presenta fiebre, dolor abdominal, diarrea acuosa sin sangre y, a los tres a cinco días después, se presenta tenesmo y deposiciones de menor volumen, pero sanguinolentas. Puede tener manifestaciones extraintestinales como queratoconjuntivitis, artritis reactiva, síndrome de Reiter.
A la endoscopía encontramos una mucosa friable, hiperemia de recto y colon sigmoides, principalmente. Puede ser muy similar a la colitis ulcerosa. En 50 % de los casos puede haber compromiso del ángulo esplénico; es infrecuente el compromiso del íleon terminal. En la histología aparece una intensa inflamación local en la lámina propia, con abscesos crípticos.
El tratamiento consiste en una adecuada hidratación, medidas de soporte. No se debe usar narcóticos ni agentes antidiarreicos. En el caso de antibioterapia, se prefiere el uso de ampicilina, quinolonas o sulfas.
Salmonella
La Salmonella typhimurium es la más frecuente. Es la única que compromete el íleon, pero también puede comprometer el colon. Produce un cuadro de diarrea con sangre, incluso puede producir perforación. Se describen cinco síndromes clínicos: gastroenteritis (75%), bacteremia con o sin complicación gastrointestinal (5%-10%), fiebre tifoidea o entérica (5%-10%), infecciones localizadas en huesos, articulaciones o meninges (5%), o portador asintomático vesicular (menos de 1%).
Los hallazgos endoscópicos son: hiperemia, granularidad, friabilidad, ulceraciones. En la histología se encuentran ulceraciones, hemorragia y abscesos crípticos.
El tratamiento consiste en medidas de soporte. Los antibióticos que se usan son las quinolonas, cloramfenicol, sobre todo en pacientes con enfermedades linfoproliferativas, inmunosupresión, válvulas cardíacas protésicas, edades extremas, sepsis grave, cuya evolución clínica puede ser más desfavorable.
Campylobacter
El Campylobacter jejunii es el agente principal. En 90 % de los casos se presenta con fiebre y diarrea, en 70 % con dolor abdominal y en 50 % hay deposiciones con sangre. Hay un pródromo caracterizado por coriza, cefalea y malestar general.
La endoscopía es inespecífica, con inflamación difusa, exudado hemorrágico, edema, ulceraciones focales. Los leucocitos fecales y la sangre oculta en deposiciones son pruebas positivas (+). El diagnóstico se puede realizar por el cultivo de deposiciones. La microscopía de campo oscuro muestra este microorganismo curvo y móvil. La histología no es específica, presenta neutrófilos en la lámina propia, ulceraciones y abscesos crípticos.
El tratamiento se realiza cuando se presenta disentería o fiebre alta que indicaría bacteremia; en tal caso, la elección son las quinolonas.
Yersinia
La Yersinia enterocolítica es el tipo más frecuente. Puede producir desde una gastroenteritis simple hasta ileítis invasiva y colitis. Invade epitelio, incluso el íleon terminal. Produce una enterotoxina. El cuadro de enterocolitis es más frecuente en niños menores de 5 años. En niños mayores de 5 años puede producir un cuadro de adenitis mesentérica que simula apendicitis aguda.
La endoscopía puede ser normal o mostrar zonas inflamatorias y úlceras similares a la enfermedad de Crohn. Histológicamente, pueden existir granulomas microscópicos. Los leucocitos fecales son positivos (+). El diagnóstico se puede realizar por cultivo o test serológicos.
En general, como es una enfermedad autolimitada, el tratamiento se realiza con medidas de soporte, pero, en casos graves o en pacientes inmunocomprometidos, se utilizan quinolonas, cloramfenicol y gentamicina.
Clostridium
El más conocido es el Clostridium difficile. Es un bacilo anaeróbico grampositivo, esporulado. Produce dos enterotoxinas. El cuadro clásico es la colitis pseudomembranosa, que es una infección nosocomial asociada prácticamente con todos los antibióticos, que puede presentarse una a tres semanas, incluso dos meses, después de la ingesta de antibióticos. Se produce diarrea, dolor abdominal de tipo cólico, tenesmo, náuseas, vómitos, fiebre, deshidratación e incluso puede llegar a un megacolon tóxico y perforación colónica.
Es importante señalar que cuando se pesquisa Clostridium septicum en hemocultivos se debe descartar carcinoma de colon, debido a la asociación que existe entre estas dos entidades.
A la endoscopía se pueden ver las pseudomembranas características. Los leucocitos fecales son positivos. Es un microorganismo difícil de cultivar, por lo que el método diagnóstico es aislar toxina, que es positiva en más de 90%. La radiografía de abdomen simple nos ayuda a descartar megacolon o perforación colónica.
El tratamiento consiste en suspender antibióticos, si es posible, medidas de soporte, aislamiento de contactos, ya que es muy contagioso por medio de las esporas. Se deben evitar narcóticos, anticolinérgicos. El tratamiento de elección es el metronidazol o vancomicina oral.
Las recaídas son muy frecuentes, en estos casos se puede volver a intentar el esquema de tratamiento oral o usar metronidazol endovenoso; no se debe usar vancomicina endovenosa, ya que no tiene acción colónica. En ciertos casos se puede llegar al tratamiento quirúrgico, con colectomía total e ileostomía.
Aeromonas
Es un microorganismo muy frecuente en el ambiente. Se encuentra en el agua y produce una enterotoxina. Generalmente, produce un cuadro de diarrea autolimitada, pero puede cursar a diarrea crónica con sangre, hasta en 22% de los casos. La endoscopía digestiva alta es inespecífica. Se diagnostica por cultivo. El tratamiento contempla medidas de soporte y, en los casos graves, se administran sulfas, tetraciclinas o cloramfenicol.
Espiroquetas
La más común es el Treponema pallidum. Actúa atacando la superficie apical epitelial de apéndice, ciego, colon y recto. La inflamación se produce por penetración en la mucosa. Es una enfermedad de transmisión sexual. Las manifestaciones clínicas pueden ir desde los casos asintomáticos hasta diarrea de poco volumen, hematoquezia, mucopus y tenesmo.
Los hallazgos a la endoscopía son la presencia de ulceraciones difusas y descarga mucopurulenta. Bajo tinción de hematoxilina-eosina se ve una banda azul sobre la superficie luminal. También se puede visualizar bajo la tinción de plata.
El tratamiento consiste en altas dosis de penicilina benzatina y, en los casos de pacientes alérgicos a la penicilina, se debe usar doxiciclina, tetraciclina o eritromicina.
Tuberculosis colónica
Puede afectar cualquier región del aparato gastrointestinal. El Mycobacterium tuberculosis es el más común. Se ha visto un aumento de la incidencia debido al aumento de la frecuencia de inmunosupresión, sobre todo por SIDA. El gran diagnóstico diferencial es la enfermedad de Crohn. En 90% de los casos se presenta dolor abdominal y diarrea sanguinolenta. En dos tercios de los casos se puede palpar una masa en el cuadrante inferior derecho. Las complicaciones son hemorragia, perforación (infrecuente), obstrucción, fístulas, malabsorción. Cuando hay compromiso gastrointestinal, menos de 50% de los pacientes cursan con tuberculosis pulmonar, debido a la ingesta del bacilo.
Entre los hallazgos endoscópicos, en 85%-90% de los casos se observa compromiso de ciego e íleon terminal que puede comprometer la válvula ileocecal. Existen tres patrones descritos a la endoscopía digestiva alta: patrón ulcerativo (60%), patrón hipertrófico con cicatriz y fibrosis (10%), que es diagnóstico diferencial con carcinoma, y el patrón ulcerohipertrófico (30%). Podemos encontrar granulomas, a veces no caseificantes. El diagnóstico lo realiza la tinción Ziehl-Nielsen o cultivos de tejido.
El tratamiento habitual para la tuberculosis es la terapia triasociada durante 12 meses: isoniazida, pirazinamida, rifampicina. La cirugía está indicada cuando existe obstrucción o no se puede descartar carcinoma. En general, las fístulas responden al tratamiento médico.
Mycobacterium avium intracelular
Es una causa frecuente de diarrea aguda en hombres homosexuales con SIDA. Produce dolor abdominal cólico, diarrea con sangre, fiebre y baja de peso. Endoscópicamente se puede ver una mucosa friable, con ulceraciones lineales u ovoideas. La arquitectura glandular, en general, está conservada. En la histología se encuentra un infiltrado intersticial histiocítico PAS-positivo. El tratamiento es el habitual para la tuberculosis.
Citomegalovirus
Entre las causas virales la más importante es el citomegalovirus. Pertenece a la familia herpesviridae. Es una infección oportunista, frecuente en pacientes inmunosuprimidos con SIDA. Es de transmisión sexual y puede afectar a cualquier órgano. El compromiso gastrointestinal es infrecuente; cuando ocurre, causa una proctocolitis ulcerativa. Produce diarrea con sangre, fiebre, dolor abdominal cólico, baja de peso e incluso perforación.
En la endoscopía se pueden observar ulceraciones no características. En la biopsia se ve un infiltrado inflamatorio con cuerpos de inclusión intracelular del citomegalovirus. El diagnóstico se puede realizar mediante la seroconversión o un aumento de cuatro veces los títulos de anticuerpos.
El tratamiento es con ganciclovir. La cirugía está indicada en los casos de enterocolitis grave.
Amebiasis
La Entamoeba histolytica es la más común. Puede afectar a múltiples órganos. El cuadro clínico puede fluctuar desde portador asintomático hasta producir sepsis fulminante. La vía de transmisión es la fecal-oral. Cuando se encuentran los quistes en las deposiciones, el paciente es portador asintomático; en cambio, cuando se encuentran trofozoitos con eritrocitos intracitoplasmáticos, nos da cuenta de una infección activa. Produce dolor abdominal y diarrea con sangre. En 10% de los casos produce colitis tóxica. Puede haber diseminación sistémica, en la que frecuentemente hay compromiso hepático. Se pueden producir amebomas, que son masas granulomatosas, densas, fibrosas capaces de ocasionar obstrucción e intususcepción.
La endoscopía puede demostrar úlceras cubiertas por exudado amarillento. Puede afectar todo el colon, pero principalmente ciego y ascendente. Respeta el íleon terminal. La histología puede demostrar las amebas en el borde de las úlceras. El examen parasitológico de deposiciones es positivo en más de 90% de los pacientes. Se puede realizar test serológico de hemaglutinación indirecta y ELISA.
El tratamiento depende de la gravedad. En los pacientes asintomáticos se utiliza iodoquinol, paramomicina, furamide. En cuadros moderados a graves está indicado metronidazol más iodoquinol, paramomicina. En casos graves se administra metronidazol, paramomicina o emetina más iodoquinol. En algunos casos es necesario realizar una colectomía subtotal. No se recomienda resecar amebomas sin tratamiento médico previo.
Cryptosporidium
Se ve con más frecuencia en el contacto con animales. Ataca el epitelio intestinal. Puede producir fiebre baja, cólicos abdominales, diarrea acuosa profusa y sangrado rectal leve.
La endoscopía muestra una mucosa eritematosa, no friable. La biopsia demuestra la presencia del organismo.
El tratamiento es la hidratación. Como antibioterapia se usa la paramomicina.
Balantidiasis
Es una infección poco frecuente. Lo importante de este microorganismo es que es una entidad curable y puede tener evolución grave. Es un protozoo ciliado y, debido a su gran tamaño, puede verse el trofozoito a simple vista. Lo transmiten cerdos infectados. Pueden existir portadores asintomáticos. Produce síntomas leves con diarrea o constipación, o bien diarrea con sangre, dolor abdominal, tenesmo, deshidratación. Incluso se describe el shock y la muerte.
La endoscopía muestra hallazgos similares a la amebiasis. La biopsia demuestra el organismo.
El tratamiento se hace con tetraciclina, iodoquinol, metronidazol.
Whipworm
El parásito es el Trichuris trichiura. Se adquiere por la ingestión de huevos infectados. El adulto mide entre 3 cm y 5 cm, afecta la mucosa del ciego, donde puede permanecer durante años. En infecciones graves, puede haber compromiso de todo el colon. Existen portadores asintomáticos o pacientes que pueden presentar dolor en el cuadrante inferior derecho. Las manifestaciones clínicas pueden ser deposiciones con sangre, diarrea, anemia, emaciación, pudiendo producir un cuadro de apendicitis y prolapso rectal. Existe eosinofilia periférica. Se puede visualizar los huevos en heces.
El tratamiento es el mebendazol.
Linfogranuloma venéreo
El agente causal es la Chlamydia trachomatis, que es un parásito intracelular obligatorio. Su transmisión se debe al contacto sexual. La infección evoluciona como sigue: en primer lugar, una úlcera indolora que desaparece; luego aparece una adenopatía inguinal, asociada con fiebre, abscesos, fístulas; después se generan cambios fibróticos que pueden llevar a estrecheces rectales.
Los hallazgos endoscópicos son el empedrado de la mucosa, úlceras y friabilidad. La histología muestra inflamación difusa, abscesos crípticos, granulomas, células gigantes.
El diagnóstico se realiza mediante cultivos y serología (fijación del complemento y microinmunofluorescencia).
El tratamiento es doxiciclina o tetraciclina por siete días. Las dilataciones rectales no tienen muy buen resultado.
Candidiasis o moniliasis
La Candida sp. se da principalmente en pacientes inmunosuprimidos (quimioterapia, SIDA, tratamiento esteroidal) o con antibioterapia de amplio espectro durante tiempo prolongado. Puede producir diarrea sin sangre y dolor abdominal.
Endoscópicamente existe hiperemia sin úlceras. La biopsia muestra las pseudohifas características.
El tratamiento es con nistatina, ketoconazol, fluconazol. La anfotericina B se utiliza en los casos graves.
Histoplasmosis
Produce una infección subclínica en sujetos sanos, pero, en inmunocomprometidos, se presenta como una enfermedad diseminada. Lo más frecuente es el compromiso pulmonar, aunque también puede afectar el íleon terminal y colon derecho. El cuadro clínico se caracteriza por diarrea, hematoquezia, obstrucción por estrecheces o perforación.
A la endoscopía se ven úlceras, pseudopólipos, inflamación en placas. A la histología se puede ver el hongo dentro de las células de la mucosa. El diagnóstico se obtiene mediante títulos altos de fijación del complemento.
El tratamiento se hace con ketoconazol, fluconazol o anfotericina B. Se realiza derivación y resección en casos de obstrucción.
Colitis isquémica
Es un síndrome causado por enfermedad vascular, oclusiva y no oclusiva, que afecta el colon. Corresponde plantearse este diagnóstico sobre todo en pacientes con enfermedad cardiovascular, arritmias, vasculitis, cirugía aórtica, shock. Existen tres categorías: gangrenosa, estenosante y reversible. Puede producir desde hematoquezia indolora hasta dolor abdominal, deposiciones con sangre, fiebre, tenesmo. Cuando hay resistencia muscular y signos peritoneales, se debe pensar en la perforación colónica; además, puede producir obstrucción colónica por estrechez del lumen.
Endoscópicamente, existen cambios inflamatorios a 15 cm del borde anal, ya que el recto está indemne. La mucosa puede estar pálida o gangrenosa. La biopsia es inespecífica, hay cambios inflamatorios, tanto en mucosa como en submucosa. La radiografía de abdomen simple puede mostrar impresiones digitales en el ángulo esplénico, pneumatosis o pneumoperitoneo.
El tratamiento consiste en reposo intestinal, hidratación, antibioterapia de amplio espectro. La cirugía está indicada en casos de perforación o estrechez.
Colitis por radiación
Este cuadro genera efectos a corto y a largo plazo, produce proctitis, colitis y proctocolitis (meses o años después del tratamiento). Las deposiciones son sanguinolentas, de poco volumen. Hay mucorrea, tenesmo, incontinencia, estenosis, obstrucción y fístulas.
Los hallazgos endoscópicos son dilatación en los capilares, hemorragia y edema. Hay infiltrado inflamatorio escaso en la mucosa y submucosa. Se pueden observar telangectasias y friabilidad. Se puede producir endarteritis obliterante y fibrosis.
El tratamiento persigue evitar la constipación. Se ha probado esteroides en enemas, 5-ASA derivados tópicos, coagulación con argón o con YAG láser, instilación tópica con formaldehído.
Colitis colágena y linfocítica
Es un cuadro que se ve especialmente en mujeres de edad media. Produce diarrea acuosa sin sangre, bastante voluminosa (más de 2 litros diarios). En la mayoría de los casos, los pacientes presentan buen estado general, por lo que el diagnóstico diferencial se realiza con el síndrome de intestino irritable. La variedad linfocitica es mucho más frecuente que la colágena. La etiología de estas entidades clínicas es desconocida.
A la microscopía se puede encontrar, en la colitis colágena, una banda de colágeno subepitelial mayor de 15 micrómetros y, en la colitis linfocítica, un aumento del número de linfocitos intraepiteliales.
Las radiografías con contraste y endoscopías son normales. Se debe tomar varias biopsias escalonadas, en lo posible de colon derecho, debido a que el compromiso disminuye desde el colon derecho al izquierdo. Se ha visto que con el sigmoidoscopio, y tomando varias biopsias de colon derecho, se puede llegar al diagnóstico.
Tiene alta tasa de resolución espontánea, por lo que es difícil saber si el tratamiento es eficaz o no. Se trata de un tratamiento escalonado. Que comienza con agentes antidiarreicos, como la loperamida; posteriormente se utiliza sulfasalazina o 5-ASA derivados, esteroides y, por último, inmunosupresores.
Colitis eosinofílica
Es una enfermedad infrecuente que produce una infiltración de eosinófilos en la pared de cualquier segmento del tubo digestivo. Cuando afecta el colon, generalmente es el colon derecho.
El cuadro clínico se caracteriza por dolor abdominal, diarrea, hematoquezia, baja de peso. En los pacientes está el antecedente de alergia o intolerancia alimentaria. En 80% de los casos puede haber eosinofilia periférica.
A la endoscopía es indistinguible de la enfermedad de Crohn, pero la biopsia muestra un infiltrado inflamatorio eosinófilo mayor en mucosa y submucosa.
El tratamiento se basa en el uso de esteroides e inmunosupresores. Se recurre a la cirugía en los casos de perforación intestinal, los que son infrecuentes. Es de buen pronóstico y no tiene mayor riesgo de cáncer.
Colitis por derivación
Se da en pacientes sometidos a cirugías de derivación del tránsito intestinal. Se puede ver en estos casos la inflamación del segmento distal. La clínica varía desde el paciente asintomático hasta el sintomático, con dolor abdominal, tenesmo, descarga rectal purulenta o sanguinolenta. Se piensa que se produciría secundariamente a un déficit de nutrientes intraluminales de los colonocitos, como son los ácidos grasos de cadena corta.
Endoscópicamente, se puede ver eritema, friabilidad, edema, granularidad mucosa, pólipos inflamatorios y úlceras aftoideas, descarga mucopurulenta.
El tratamiento ideal es la reconstitución del tránsito; si no se puede realizar, se han probado enemas con esteroides o ácidos grasos de cadena corta, los que tendrían buena respuesta.
Tiflitis neutropénica
Es la inflamación necrotizante del ciego que se manifiesta en pacientes neutropénicos. Produce dolor en el cuadrante inferior derecho, diarrea acuosa con o sin sangre que llega incluso a sepsis y shock, debido a gangrena y perforación, con 50% de letalidad. La etiología es desconocida, pero la neutropenia sería un factor predisponente.
En la radiografía de abdomen se puede encontrar dilatación de intestino delgado y ciego, con impresiones digitales, pneumatosis o pneumoperitoneo. En la tomografía axial computarizada se puede visualizar la inflamación pericecal y, en la ecotomografía, el signo target o halo por engrosamiento de la pared. La endoscopía está contraindicada.
El tratamiento es de soporte, basado en la hidratación y el reposo intestinal, asociado además a antibioterapia de amplio espectro. Se debe corregir la neutropenia. Se realiza cirugía en casos de perforación, con resección del segmento comprometido.
Colitis química o por medicamentos
Se han descrito colitis secundarias al uso de enemas jabonosos, peróxido de hidrógeno, hierbas medicinales, vinagre, permanganato de potasio, diatrizoato de meglumina (Hypaque). El espectro clínico es variable, dependiendo del tipo y concentración del agente cáustico, tiempo de contacto y presencia o no de una enfermedad colónica de base.
A la endoscopía se puede ver hiperemia y se puede encontrar mucopus en recto y sigmoides.
Se debe dar tratamiento de soporte y enemas con corticoides. En casos graves, se debe administrar antibioterapia de amplio espectro por cuatro a seis semanas.
La publicación de estas Actas Científicas ha sido posible gracias a una colaboración editorial entre Medwave y la Sección de Gastroenterología del Hospital Clínico Universidad de Chile.
Citación: Planzer M, Latorre R. Colitides: current views. Medwave 2002 Dic;2(11):e2330 doi: 10.5867/medwave.2002.11.2330
Fecha de publicación: 1/12/2002
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