Para poder realizar recomendaciones en relación al momento más adecuado para examinar y tratar a estos prematuros, es necesario repasar la clasificación internacional de la retinopatía del prematuro. Esta comprende tres elementos:
Las zonas de la retina se definen concéntricamente a la papila.
Zona I: corresponde al círculo cuyo centro es la papila y cuyo radio es el doble de la distancia de la papila a la fóvea.
Zona II: corresponde al círculo concéntrico externo al anterior cuyo radio se extiende desde el límite de la zona I a la ora serrata nasal.
Zona III: corresponde a la creciente de retina temporal.
Como veremos, la retinopatía que se ubica en zona I es la menos frecuente; sin embargo, es la más grave, al contrario de la que se ubica en zona III, que rara vez llega a requerir tratamiento.
En la retina normal inmadura de un prematuro se halla una transición casi imperceptible entre la retina vascular y la avascular en que la vasculatura normal continua desarrollándose hacia la periferia y no existe ROP (Figura 1).
La enfermedad se subdivide en cinco etapas clínicas:
Etapa 1: En esta etapa, el crecimiento de los vasos retinianos normales se ha detenido, originando una línea demarcatoria neta entre la retina vascular y avascular.
Etapa 2: La línea demarcatoria entre la retina vascular y la avascular adquiere volumen. Se presenta clínicamente como un rodete blanquecino al que se da el nombre de ridge. Esta etapa se caracteriza por una tasa de regresión espontánea de 70%. Los vasos retinianos, antes imperceptibles, ahora parecen dilatarse y bifurcarse antes de llegar al ridge, adquiriendo la forma de “vasos en cepillo”.
Etapa 3:
Esta etapa se caracteriza por la presencia de tejido neovascular. La podemos subdividir clínicamente en tres subetapas:
Etapa 3a: se caracteriza por la presencia de neovascularización en el ridge, haciendo que adquiera un color rosado.
Etapa 3b: la neovascularización se extiende en pequeñas digitaciones o penachos fibrovasculares que crecen hacia el vítreo desde el borde superior del ridge. Generalmente es esta etapa la que está presente al momento de desarrollarse una enfermedad umbral.
Etapa 3c: en esta etapa los penachos neovasculares han sido reemplazados por verdaderos vasos sanguíneos que emergen desde el ridge hacia el vítreo. Estos vasos crecen hacia la zona anterior del globo como verdaderos encajes fibrovasculares y, posteriormente, generarán tracción sobre la retina, desprendiéndola. Cuando nos encontramos con este tipo de morfología, muy probablemente estamos realizando el tratamiento en forma tardía.
Etapa 4: corresponde a un desprendimiento parcial de retina que, cuando no compromete la mácula, se denomina 4a y, cuando compromete la fóvea, se le llama 4b.
Etapa 5: corresponde a un desprendimiento retiniano total (antes denominada fibroplasia retrolental). Este tunel retiniano puede ser “abierto” o “cerrado”.
Corresponde al área de retina comprometida por la enfermedad. La retina se divide en forma horaria en 12 sectores.
Es importante señalar que en un mismo prematuro pueden coexistir distintas etapas clínicas. Debemos concentrarnos en aquellas de mayor gravedad al momento de contabilizar la extensión de la enfermedad, es decir, si en un prematuro coexisten etapas 1 y 2, nos interesarán más los sectores comprometidos con etapa 2 que son los que pueden evolucionar más rápidamente a etapa 3.
Citación: Dorta P, Kychenthal A, Katz X. ROP: classification of disease. Medwave 2002 Oct;2(9):e2466 doi: 10.5867/medwave.2002.09.2466
Fecha de publicación: 1/10/2002
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