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Medwave 2001 Dic;1(12):e3595 doi: 10.5867/medwave.2001.12.3595
Envejecimiento y voz
Aging and voice
Steven D. Gray
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Resumen

Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el Curso Internacional de Cirugía de la Voz y Cirugía Endoscópica Sinusal Avanzada, organizado en Santiago por el Hospital Clínico de la Fuerza Aérea de Chile desde el 2 al 4 de abril de 2001.
Presidente: Dr. Sergio Lillo D. Coordinador: Dr. Gonzalo González Z.


 

Todos suponemos que el envejecimiento es un proceso normal, pero de hecho no lo es. Si recuerdan sus clases de biología, sabemos que todos tenemos ADN y nos enseñaron que el ADN no cambia: nacemos con una cierta cantidad de ADN y morimos con el mismo ADN. Si el ADN se mantuviera igual, entonces no deberíamos envejecer, ya que las células estarían funcionando y haciendo siempre lo mismo. Esto significa que el ADN con el cual morimos no es el mismo ADN con el que nacemos. La pregunta, entonces, es ¿por qué envejecemos?

Sin demasiada complejidad, presentaré las teorías actuales sobre el envejecimiento del cuerpo. Si se grafica la relación entre los años de vida y la tasa metabólica, es decir, cuántas calorías se queman para permanecer con vida, en diversas especies animales, se observa lo siguiente: el ratón quema muchas calorías, pero no vive mucho tiempo; el mono también quema muchas calorías, pero no tantas como los ratones, y vive más tiempo. Se representa también el gorila, caballo, elefante, el ser humano, la tortuga. Entre las tortugas se observa que su curva está muy arriba. Así, lo que muestra este gráfico es que mientras más calorías se utilizan para vivir, más corta es la vida. ¿A qué se debe esto? Se debe a que el proceso de quemar calorías y producir energía genera radicales libres y estos radicales se unen al ADN y crean mutaciones. Por esto recibimos vitaminas, como la vitamina E, que actúa como un verdadero sumidero o trampa para los radicales libres. De hecho, no sirven, pero mucha gente las toma igual.

El otro enfoque se refiere a un estudio de familias, en que se muestra la longitud de los telómeros. Los telómeros, como recordarán, son los puntos donde los cromosomas se unen y, con cada división celular, se acortan. Esto no ocurre, por ejemplo, en las bacterias, por lo que ellas pueden seguir reproduciéndose indefinidamente. Pero, en los animales, la ADN replicasa, la enzima que produce el ADN, no cabe en el pequeño espacio donde está el telómero. No puede reproducir el telómero y, de hecho, cada vez que una célula como un fibroblasto, o célula de la piel, se divide, pierde hasta 50 pares de bases de ADN. Un fibroblasto humano puede dividirse unas 70 veces, después de lo cual deja de dividirse y muere. Por esto hay gran interés en la telomerasa, la enzima que reproduce telómeros. De hecho, si se cultivan fibroblastos humanos y se inducen a dividirse, después de 70 ciclos ya no se pueden dividir más, pero, al agregar telomerasa, las células pueden volver a dividirse otras 70 veces. Sería como una fuente de la juventud. Dos compañías farmacéuticas están persiguiendo esta meta actualmente. El problema es que el cáncer produce lo mismo: crea más telomerasa, lo cual no es bueno para estas compañías, ya que no pretenden crear un producto que rejuvenezca pero que produzca cáncer.

Lo interesante del gráfico de las familias es la correlación entre cuánto viven sus miembros y la longitud de los telómeros. La longitud de los telómeros se asocia a mayor vida y mejor envejecimiento, por lo menos, en teoría. Las familias cuyos telómeros tienden a ser más cortos; en general, no viven más allá de los 70 años.
Así que las dos teorías actuales son la de los telómeros y la de la degradación de ADN por radicales libres.

La importancia de esto radica en que, sólo en los Estados Unidos, pronto habrá 36 millones de personas mayores de 65 años y necesitamos encontrar algo para ayudarlos.

Si existe un mecanismo común que explique el envejecimiento, debería afectar también la voz. Sin embargo, el envejecimiento no parece que fuera global, es decir, no parece que afecte todos los sistemas y órganos al mismo tiempo. Los pulmones pueden envejecer más rápidamente que la piel o el cerebro puede envejecer más rápidamente. Esto se puede ver en personas dementes, pero con un corazón fuerte o, al contrario, personas cuyo cuerpo se desmorona pero cuya cabeza y cuya mente siguen aún en buenas condiciones.

Nosotros realizamos un estudio para investigar la senescencia de la voz, en comparación con otros sistemas de órganos. Se acaba de enviar a publicación. Si comparten un mecanismo común, los sistemas orgánicos como músculos, nervios, pulmones, deberían envejecer al mismo tiempo o a un ritmo similar.

Si suponemos que el acortamiento de telómeros es el mecanismo por el cual envejecemos, esto debería aplicarse sólo a tejidos que se dividen. Las células del cerebro no se dividen; por tanto, el acortamiento de telómeros no las afectaría. El músculo tampoco se divide. Ya a los 3 años de edad tenemos la cantidad de células musculares que vamos a tener durante el resto de la vida.

La degradación del ADN afectaría, por acumulación, las células que no se dividen más. Esto tiene sentido, ya que, si las células que no se dividen están constantemente expuestas a radicales libres, acumularán mutaciones del ADN.

Estas son las dos teorías que se están evaluando. En la voz existirían ambas, ya que hay tejido conectivo, que sí se divide, y la voz está controlada por el cerebro, que no se divide. Si la teoría del daño del ADN es correcta, el sistema nervioso envejece al mismo ritmo que el sistema muscular. Esto se puede evaluar determinando el tiempo de reacción, similar a tareas musculares o tareas diadococinéticas. Por otro lado, el acortamiento de telómeros debería causar el envejecimiento de tejidos como el pulmón, pues tiene mucho tejido conectivo, y de la visión, pues el cristalino envejece. Sabemos que después de los 40 o 50 años de vida debemos alejar los textos para leer, lo que se debe a defectos de acomodación que se originan en problemas del tejido conectivo del cristalino. El tejido esquelético también es mitótico, así que en todos estos tejidos el proceso debería ser similar.

Envejecimiento vocal
En la voz participa tejido muscular, tejido nervioso y tejido conectivo, de manera que es realmente una ventana que permite observar el envejecimiento de distintos sistemas. En la voz podemos buscar elementos de control motor, como el temblor de voz o los denominados problemas de inestabilidad motora, en el largo plazo, o bien podemos observar problemas temporales en el corto plazo, que son reflejo de alteraciones del tejido conectivo.
Si estos sistemas orgánicos no se correlacionan en su envejecimiento, esto indicaría que el ambiente desempeña un papel importante en el proceso. Si se correlacionan, entonces la determinación genética del envejecimiento sería un hecho.

Actualmente estamos estudiando a 40 familias grandes, las que formaron parte del proyecto original de genoma humano. Así, tenemos su ADN de hace 20 años y su ADN actual. Podemos ver cuánto se han acortado los telómeros y cuánto ha cambiado el ADN. Además de evaluar la voz, evaluamos el cerebro y su función, y la función pulmonar. Evaluamos la función vocal, la faringe y la estructura armónica de la señal, analizando cómo funciona la articulación de palabras con la lengua y los labios, y la calidad de los sonidos que producen. Medimos también otros parámetros de envejecimiento, como la edad ósea.

En los resultados, se presentan los marcadores biológicos que normalmente cambian con la edad, y se señala cuáles son hereditarios o familiares. El envejecimiento de la voz, evaluado por la percepción de las personas de lo vieja que suena una determinada voz, no es familiar en el hombre, pero sí en la mujer. Se puede ver que el sexo es importante en cómo se envejece, lo que es realmente fascinante. El envejecimiento es muy específico según los sexos. No voy a presentar todos los resultados, pero las mujeres tienen mayor heredabilidad de ciertos rasgos de envejecimiento como la función cerebral, mientras que los hombres tienen mayor herencia en cuanto a los rasgos del tejido conectivo. La función pulmonar es hereditario en ambos sexos. La acomodación visual, la calidad de la visión al envejecer, están determinadas por la familia en las mujeres y, en menor grado, en los hombres. Los valores de p son de 0,5 o menos. El sentido del gusto es una de las funciones nerviosas que tiene células mitóticas, pues las células del gusto se regeneran. Esto, nuevamente, es una tendencia de las mujeres más que de los hombres. La densidad ósea, es decir, la osteoporosis, es muy hereditaria en mujeres y poco hereditaria en hombres. La frecuencia cardíaca de reposo es igual en ambos sexos.

Para poder evaluar con cuánta rapidez estaban envejeciendo los miembros de las distintas familias, creamos, con todos estos factores y algunos otros, un puntaje compuesto, como índice de envejecimiento. Esto permite ver si el envejecimiento es más rápido o más lento que lo previsto en una edad determinada.

El resultado es que la manera de envejecer, tanto en hombres como en mujeres, depende mucho de la familia. Se calcula actualmente que 50% del proceso de envejecer depende de los genes que se tengan.
Analizando las correlaciones, con el puntaje compuesto se puede ver que la voz se correlaciona con los ojos y con la edad ósea. Es lo previsto según nuestra hipótesis. Es una evidencia de que el acortamiento de telómeros, probablemente, sí afecta nuestra manera de envejecer y es, también probablemente, una característica familiar. Por falta de tiempo no puedo mostrar todo, pero es un proyecto muy interesante. Ya hemos identificado cuatro características vocales que serían genéticas.

Resumen
El proceso de envejecimiento es hereditario en 49%. El acortamiento de telómeros sí es efectivo. Algunos órganos sí envejecen al mismo ritmo y hay características vocales familiares.

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Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el Curso Internacional de Cirugía de la Voz y Cirugía Endoscópica Sinusal Avanzada, organizado en Santiago por el Hospital Clínico de la Fuerza Aérea de Chile desde el 2 al 4 de abril de 2001.
Presidente: Dr. Sergio Lillo D. Coordinador: Dr. Gonzalo González Z.

Expositor: Steven D. Gray[1]

Filiación:
[1] The University of Utah, Salt Lake City, Utah, Estados Unidos

Citación: Gray SD. Aging and voice. Medwave 2001 Dic;1(12):e3595 doi: 10.5867/medwave.2001.12.3595

Fecha de publicación: 1/12/2001

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