Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el curso Lesiones Tumorales y Pseudotumorales del Sistema Musculoesquelético, organizado en Santiago por el Departamento de Ortopedia y Traumatología de la Universidad de Chile del 12 al 16 de mayo de 2003.
Director: Dr. Miguel Sepulveda H.
Antes de comenzar con el tratamiento se debe estudiar al paciente con anamnesis, examen físico, exámenes de laboratorio (VHS y fosfatasas alcalinas), radiografía local de la zona afectada y de tórax, cintigrama óseo, TC local y de tórax, RM y, por último, la biopsia.
El tratamiento más utilizado en el encondroma es el curetaje más injerto. Se hace un abordaje, se ubica la lesión, se hace una ventana del tamaño que parezca conveniente, siempre amplia, y luego se realiza un curetaje muy prolijo. Después se cambian el campo quirúrgico, la ropa y los guantes de los cirujanos para efectuar el injerto óseo.
Se debe tener cuidado con los encondromas, sobre todo los de mano, porque se fracturan. En este caso, se espera a que se consolide y después se hace el procedimiento. Cuando hay fractura en hueso patológico, también se espera a que se consolide y posteriormente se hace la intervención quirúrgica.
Si la lesión es resecable, se realiza curetaje prolijo y se coloca una placa de estabilización como las que se usan en la falange, eventualmente de inmediato. La resección se hace sólo en lesiones importantes de las manos o en lesiones periféricas, como un condroma periostal o yuxtacortical.
El tratamiento de elección en los encondromas es el curetaje, que debe ser muy prolijo; posteriormente, se rellena con injerto óseo. Nosotros no usamos en los condromas otros tipos de relleno; el injerto óseo puede ser de banco, injerto no estructural o injerto sintético.
El curetaje exclusivo prácticamente no se hace, pero en general la técnica quirúrgica consiste en abordar la lesión de la mejor forma posible, hacer un tratamiento oncológico de la zona y completar con injerto.
En la actualidad, estamos estabilizando con placas las lesiones de la falange, para liberar rápidamente al paciente y movilizarlo. De otra forma, se debe inmovilizar con férula hasta que la fractura se consolide, porque con el curetaje estas lesiones se transforman en fracturas.
En la encondromatosis el tratamiento es selectivo. Algunos proponen hacer tratamiento profiláctico cuando crecen, duelen o molestan, pero en general se pueden observar. El tratamiento de elección es el curetaje, aunque a veces hacemos resección.
En un adulto, cada vez que estas lesiones crecen de tamaño (clínico o radiológico) o aparece dolor, se debe tener conducta agresiva, explorar y realizar por lo menos una biopsia diagnóstica. Nunca se debe dejar en observación.
En el condroma periostal se hace resección y curetaje de la base de inserción. Muchas veces hemos hecho resección con cortical incluida.
El tratamiento del osteocondroma es una resección simple o ampliada. Si es pediculado, se hace la resección simple, hasta la base; generalmente se trata de tejido óseo normal, por lo que basta con resecar hasta esa zona. Cuando es sésil, se hace una resección ampliada, sacando un trozo de cortical y completar con curetaje.
Nunca hemos tenido recidiva en los osteocondromas pediculados, pero sí en los sésiles; por eso, el tratamiento es más agresivo. Se hace resección con cincel y luego se amplía con cucharilla para el curetaje. El riesgo de la conducta agresiva es romper la cortical y transformar la lesión en fractura.
La recidiva es más frecuente en las lesiones sésiles, lo mismo la malignización, aunque ésta es poco frecuente.
Este caso corresponde a una lesión de tipo osteocondroma, crónica, antigua, que ha ido deformando la fíbula (Figura 1).
Figura 1. Osteocondroma tibial precirugía.
En esta placa radiográfica se puede ver cómo queda el mismo paciente de la radiografía anterior, después de la resección (Figura 2).
El tratamiento de la osteocondromatosis es selectivo, pero siempre obliga a sacar el tumor.
Figura 2. Osteocondroma tibial postcirugía.
Cuando un paciente con estas lesiones (osteocondroma u osteocondromatosis) presenta dolor, siempre se debe pensar que se está sarcomatizando. No se puede observar, menos aún si se ha cerrado el cartílago de crecimiento.
El condroblastoma es una lesión que compromete habitualmente la epífisis, cuyo tratamiento consiste en curetaje con injerto óseo. En el último tiempo, este tumor se ha comportado en forma bastante agresiva, con un alto porcentaje de recidiva, por lo que estamos haciendo resecciones oncológicas en primera instancia.
En la práctica, aplicamos curetaje más injerto óseo, en lesiones pequeñas, y resección en las grandes. Utilizamos injerto no estructural.
Es un tumor muy poco frecuente, para el cual la literatura describe como tratamiento la resección y no el curetaje. Nosotros sí hemos realizado curetajes con injerto, pero recidivaron, luego lo indicado es la resección tumoral amplia, con borde libre. Esta cirugía es, desde el punto de vista oncológico, una cirugía amplia.
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el curso Lesiones Tumorales y Pseudotumorales del Sistema Musculoesquelético, organizado en Santiago por el Departamento de Ortopedia y Traumatología de la Universidad de Chile del 12 al 16 de mayo de 2003.
Director: Dr. Miguel Sepulveda H.
Citación: Sepúlveda M. Cartilage-forming tumors: treatment. Medwave 2003 Nov;3(10):e3289 doi: 10.5867/medwave.2003.10.3289
Fecha de publicación: 1/11/2003
Citaciones asociadas
1. Parada R, Montano E, Lafraya AL, Rodríguez M. Exostosis tibial: osteocondroma. Rev Pediatr Aten Primaria. 2010;12:255-261. | Link |
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