Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco de la V Jornada de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica, realizado en Santiago los días 16 y 17 de mayo de 2003. El evento fue organizado por la Asociación Chilena de Nutrición Clínica.
Comité Organizador: Dr. Víctor Charlín (presidente), Dra. Julieta Klaassen, Dra. Hortensia Carvallo.
Editor Científico: Dra. Eliana Reyes.
A continuación de analizará la importancia del índice de masa corporal y de la medición de la circunferencia de la cintura, como elementos vitales del examen físico, que se debe objetivar en la primera consulta. Además, veremos brevemente la incidencia de la obesidad y el impacto que tiene en la expectativa de vida. Por último, se revisará lo que se sabe en la actualidad acerca del Síndrome Metabólico.
Índice de masa corporal (IMC) y circunferencia de cintura (CC)
El IMC es un signo vital importante, fácil de medir y muy útil en el diagnóstico de la obesidad. Se correlaciona con la masa adiposa corporal, con un r aproximado de 0,7, particularmente útil en los pacientes que se ubican en el extremo alto del IMC. La CC también es fácil de realizar en cualquier persona, es de bajo costo y práctica. Hay otros métodos, como la medición de peso bajo agua y la impedancia bioeléctrica, que también son buenas herramientas, pero sólo miden la grasa. El IMC es neutro en cuanto al sexo, por eso es una herramienta de medición mejor que la grasa corporal, dado que en ésta hay diferencias de sexo, etnia y edad, que dificultan su interpretación. Por este motivo, yo no mido la grasa corporal en mis pacientes. El IMC y la CC son suficientes para obtener una orientación en cuanto al riesgo y para formular un tratamiento. Con un IMC superior a 25 se habla de sobrepeso y con más de 30, de obesidad. Estos criterios rigen tanto en norteamericanos como en sudamericanos y europeos.
Hay un segundo conjunto de criterios para la población asiática, con la que se utiliza un IMC más bajo. Según este criterio, el punto de corte para hablar de sobrepeso y obesidad es un IMC de 23 y 25, respectivamente. Los individuos de esta población tienen un índice más alto de grasa central y, por lo tanto, son más obesos con el mismo IMC que la población occidental. Si se hiciera lo mismo con la medición de masa grasa, sería una pesadilla, lo que constituye otro motivo para desaconsejar su uso.
El IMC permite hacer estudios poblacionales. Actualmente, casi todos los trabajos de epidemiología se han realizado con este método de medición. Tiene el inconveniente de carecer de una buena correlación con la masa grasa corporal, particularmente en pacientes con mucha o muy poca masa muscular. Tampoco revela las diferencias de distribución del tejido graso; aquí cumple un papel principal la medición de la CC. Además, el IMC no permite una medición directa de la grasa corporal, pero, como ya se dijo, ésta no constituye un elemento para determinar el riesgo.
En suma, el IMC y la CC entregan una orientación acerca de la masa grasa central. Son métodos simples de realizar, que constituyen una parte tan importante del examen físico como la medición de la presión arterial, la temperatura y el pulso.
Incidencia de obesidad e impacto en la sobrevida
En los Estados Unidos está la mayor cantidad de información recopilada relativa a la incidencia de obesidad, desde 1960 hasta 2000; en ella se observa un punto de quiebre en 1980, que también habría ocurrido en otros países. El porcentaje de obesidad ha aumentado notablemente entre los años 1991 y 2000; actualmente sólo un estado de ese país, Colorado, tiene menos de 15% de obesidad, y lo mismo se ha observado en todo el mundo. En Chile, la prevalencia de obesidad es de 20% en hombres, 38% en mujeres y 34% en niños.
Los datos del estudio Framingham publicados este año, sobre expectativa de vida y obesidad, demuestran que en los individuos con un IMC superior a 30, a los 40 años, la expectativa de vida (EDV) disminuye en 6 a 7 años. En los individuos con un IMC mayor de 25 y menor de 30, es decir, con sobrepeso, el índice disminuye en tres años, aproximadamente, de 75 a 72 años, lo que se considera un impacto significativo.
El impacto en la sobrevida de los niños es el problema más serio, porque los jóvenes que hoy tienen obesidad son los futuros candidatos a presentar diabetes mellitus tipo 2 (DM2), que se está viendo en abundancia. Actualmente, la mitad de los adolescentes que sufren de diabetes son portadores de DM2. Probablemente, en 20 años más, tendrán insuficiencia renal, ceguera, amputación y cardiopatía coronaria. La incidencia de obesidad en niños también comenzó a aumentar en los años mencionados.
Factores de riesgo de obesidad
Los principales factores de riesgo en los niños son:
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco de la V Jornada de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica, realizado en Santiago los días 16 y 17 de mayo de 2003. El evento fue organizado por la Asociación Chilena de Nutrición Clínica.
Comité Organizador: Dr. Víctor Charlín (presidente), Dra. Julieta Klaassen, Dra. Hortensia Carvallo.
Editor Científico: Dra. Eliana Reyes.
Citación: Bray G. Criteria for evaluation and success in managing the obese patient. Medwave 2004 Ene;4(1):e996 doi: 10.5867/medwave.2004.01.996
Fecha de publicación: 1/1/2004
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