Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del IV Congreso Latinoamericano de Geriatría y Gerontología, Tema: Evaluación Geriátrica, realizado en Santiago entre los días 3 al 6 de septiembre de 2003. El evento fue organizado por la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, el Comité Latinoamericano de Geriatría (COMLAT) y la Asociación Mundial de Gerontología (IAG).
Presidente del Congreso: Dr. Pedro Paulo Marín.
Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile: Dr. Salvador Sarrá.
Editor Científico: Dr. Pedro Paulo Marín.
A continuación se muestran dos bases de datos que reflejan situaciones distintas: una corresponde a la Región Metropolitana y la otra, a Valparaíso y Tomé. Además, se mostrará los resultados y el plan de atención que se genera a partir de la aplicación de este instrumento predictor de pérdida de funcionalidad. El aporte de FONDEF ha permitido capacitar a 500 profesionales de las Regiones Metropolitana, V y VIII, y editar un libro para su distribución en los consultorios.
Un grupo de profesionales capacitados aplicó el EFAM-Chile, en la Región Metropolitana (RM), a los adultos mayores que se controlan en los consultorios. Además, trabajando en conjunto con Chile Solidario, fue aplicado en las comunas de Valparaíso y Tomé, en las cuales los adultos mayores son indigentes y sólo algunos se controlan en consultorio; por lo tanto, la principal diferencia entre este grupo y el de la Región Metropolitana es la condición socioeconómica.
En cuanto a la edad, en la Región Metropolitana, el grupo de 60 a 70 años es más numeroso; el de 71 a 80 años es similar en la RM y en Valparaíso-Tomé; el porcentaje de adultos mayores de 81 años, también es mayor en la RM. Esto es importante, por los resultados que aparecieron en el estudio en curso.
La escolaridad incide en forma muy importante en el resultado que se obtiene en salud, y muchas veces el equipo de salud no explica claramente este dato a la institución que financia el procedimiento. Frente a la pregunta: ¿cuántos años cumplidos fue a la escuela?, se obtuvo la respuesta de 0 a 3 años, en más de 50% de los encuestados en Valparaíso-Tomé y en sólo 35% de los individuos de la RM (aunque este grupo era un poco mayor, porque tenía mayor proporción de mayores de 81 años). En cambio, el antecedente de 4 a 8 años de escolaridad fue menor en Valparaíso-Tomé que en la RM, y esta diferencia aumentó al analizar la escolaridad de 9 a 12 años.
En la investigación del área congnitiva se utilizó el minimental abreviado, que está validado en Chile, con los siguientes resultados:
Cruzando el dato de alteración cognitiva con la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria, aparecen personas con alteraciones cognitivas, pero que realizan las actividades de la vida diaria, las que probablemente padecen un trastorno cognitivo asociado con la edad, y personas con trastornos cognitivos que no pueden realizar estas actividades, las que seguramente tienen una demencia. La pregunta es cómo se llega a este estado y cómo se puede evitar.
En la actualidad, un grupo de neurólogos y sicogeriatras está elaborando las guías de demencia y ha tardado un año y medio en llegar a un consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del problema. Nuestro trabajo se concentra en el tema del manejo, principalmente, de los problemas de comportamiento y de incontinencia urinaria, dando especial importancia a los programas de apoyo a los cuidadores, por todo lo que sufre una familia que tiene en el domicilio un adulto mayor aquejado de estos problemas.
En suma, la aplicación de este instrumento permite profundizar los diagnósticos y tratamientos. Actualmente, gracias a que la reforma de la salud incluye como segundo principio el envejecimiento de la población, quienes definen los programas interactúan más con los problemas que aquejan a la población adulta mayor, que se caracteriza por ser muy demandante de servicios.
La población de la RM es más autovalente que la población de Valparaíso-Tomé, donde una mayor proporción de la población es dependiente. Esto habla muy bien de los consultorios de la RM, donde se atienden los pacientes estudiados.
En la parte A del instrumento se evalúan las actividades de la vida diaria, la escolaridad, el minimental abreviado y la parte motora (tren superior y tren inferior). Cuando se detectan falencias en estos elementos, se debe actuar en consecuencia; por ejemplo, si la escolaridad es baja se pueden realizar talleres de lectura y escritura, como ha hecho el Instituto de Normalización Previsional (INP), con resultados muy satisfactorios.
En este momento subsiste una deuda con los adultos mayores, que es el manejo del dolor. ¿Cómo van a realizar actividad física si sienten dolor? Para responder a esta pregunta se ha propuesto diseñar programas de fisioterapia y de rehabilitación comunitaria para el manejo del dolor, de tal modo que el adulto mayor no deba acudir al hospital ni al consultorio, sino que tenga sus propios centros de fisioterapia, a cargo de un kinesiólogo. Se ha validado un modelo de entrega de fisioterapia y rehabilitación en la comunidad, que comprende ejercicios para bajar de peso posteriormente.
En otro estudio se detectó que el primer motivo de consulta del adulto mayor en la atención primaria es el dolor, que por lo general no se trata, como se hace con la hipertensión arterial y la diabetes. Es muy importante desarrollar el manejo integral del paciente; de hecho, los pacientes agradecen mucho el tratamiento del dolor.
En la RM, el grupo de adultos mayores sin riesgo es menor que en Valparaíso- San Antonio, de lo que se desprende que el trabajo a realizar en estas comunas es mayor.
La inclusión de la presión arterial y la diabetes en este instrumento ha sido fundamental, porque en los instrumentos habituales para medir funcionalidad no se integraban los factores de riesgo cardiovascular. En este instrumento, en cambio, se integran la presión arterial, la diabetes mellitus, el minimental (con otra ponderación), el hábito de lectura, la depresión y la ansiedad, que son factores predictores de pérdida de función.
Si la presión arterial está elevada o aparece una diabetes, el paciente debe quedar en control cardiovascular. De hecho, la reforma de salud aumentó los recursos en relación a hipertensión arterial y diabetes mellitus, para mejorar el diagnóstico y tratamiento; también se aumentó el recurso humano necesario para educar a nivel de la comunidad, porque es imprescindible que el adulto mayor establezca una relación de confianza con el equipo médico para que cumpla realmente las indicaciones, en especial la toma de medicamentos.
Si el paciente no lee, hay que incluirlo en un programa de lectura, en una alianza con las bibliotecas. En Chile, las bibliotecas tienen programas para los adultos mayores, quienes, de hecho, pueden acceder a Internet sin costo. La lectura desarrolla atención y concentración, aspectos que suelen fallar en el área cognitiva.
Finalmente, si se diagnostica depresión, se debe indicar el tratamiento adecuado. La experiencia clínica demuestra que, cuando el manejo de la depresión es correcto, los adultos mayores se sienten mejor.
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del IV Congreso Latinoamericano de Geriatría y Gerontología, Tema: Evaluación Geriátrica, realizado en Santiago entre los días 3 al 6 de septiembre de 2003. El evento fue organizado por la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, el Comité Latinoamericano de Geriatría (COMLAT) y la Asociación Mundial de Gerontología (IAG).
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Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile: Dr. Salvador Sarrá.
Editor Científico: Dr. Pedro Paulo Marín.
Citación: Villalobos A. Functional evaluation of the older adult. Medwave 2005 Ene;5(1):e665 doi: 10.5867/medwave.2005.01.665
Fecha de publicación: 1/1/2005
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