Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del V Congreso de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia, realizado en Santiago entre los días 31 de agosto al 2 de septiembre de 2006. El evento fue organizado por la Sociedad Chilena de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia. Presidente: Dra. Pamela Oyarzún.
Dent, en 1973, postuló que la osteoporosis que se presenta en la post-menopausia es una enfermedad pediátrica y que la alimentación, la nutrición y el ejercicio durante los años de crecimiento son fundamentales en la incidencia posterior de osteoporosis, ya que la adquisición de masa ósea aumenta en forma progresiva hasta los 16 a 18 años, edad en que alcanza un plateau hasta la menopausia, en que experimenta una brusca disminución (Fig. 1). La masa ósea máxima está determinada en 70% por factores genéticos y en 30% por factores ambientales, nutricionales, hormonales y de estilo de vida. La disminución de la masa ósea que se presenta en la mujer post-menopáusica es poco modificable, mientras que las intervenciones precoces pueden lograr cambios significativos.
Figura 1. Masa ósea máxima según etapa de la vida.
En el gráfico de la Fig. 2 se observa que la masa ósea en niñas chilenas presenta un incremento importante en la etapa preescolar, según el patrón de crecimiento; en la prepubertad se enlentece el incremento y en la pubertad se produce un brusco aumento. En general, en la población chilena la adquisición de masa ósea en el cuello femoral cesa entre los 16 y 18 años; en cambio, en la columna lumbar persiste hasta los 20 a 25 años. 50% de la masa ósea se adquiere durante la pubertad.
Figura 2. Ganancia de masa ósea en niñas chilenas en columna lumbar y cuello femoral.
El incremento máximo del contenido mineral óseo (BMC) total se presenta en la menarquia; en velocidad de crecimiento y marcadores de recambio se presentan 20 meses antes de la menarquia, o sea, el incremento en masa ósea es posterior a lo que sucede en crecimiento. El BMC total adquirido en la adolescencia se asocia con el peso, la masa magra y el contenido de grasa inicial, en el momento de la pubertad. También se asocia con la ganancia de masa magra y de grasa durante la pubertad, pero no con la ganancia en talla; además, hay consenso en que el BMC total se asocia con los niveles de estradiol durante los años de pubertad (Cadogan J. JBMR 1998;13:1602-12).
La Fig. 3 ilustra el promedio de densitometría mineral ósea en niñas y niños chilenos. La línea celeste representa la edad promedio en que se presentó la menarquia en las niñas: casi dos años antes de la menarquia se inicia un rápido aumento de la masa ósea en columna lumbar, que después tiende a un plateau alrededor de los 18 años. Algo similar ocurre en cuello femoral, donde el aumento es más lento y el plateau se alcanza antes (Fig. 4).
Figura 3. Densitometría mineral ósea en columna lumbar de niñas y niños chilenos.
Figura 4. Densitometría mineral ósea en cuello femoral de niñas y niños chilenos.
En cuanto a la correlación con los marcadores de recambio, está descrito en la literatura que el aumento de dichos marcadores sigue la velocidad de crecimiento y el incremento máximo se presenta antes de la pubertad; lo mismo ocurre con los marcadores de resorción ósea.
La densitometría mineral ósea mide la cantidad de calcio que hay en los huesos; pero en la actualidad se están utilizando técnicas más específicas, como la tomografía axial computarizada (pQCT), para encontrar elementos que se asocien a mayor probabilidad de presentar una fractura en una niña o una mujer, como las variables geométricas del hueso. McKay, de la Universidad de British Columbia, en Canadá, estudió a 68 niñas canadienses con edad promedio de 10,6 años, a las que siguió durante dos años para obtener datos longitudinales de la sección transversal del radio distal, tomando el momento de la pubertad como una forma de estandarizar a todas las niñas, porque las diferencias en el momento de la pubertad pueden alterar los resultados. Encontró que la velocidad de aumento y la sección transversal, o sea, el ancho del hueso, empezaba a aumentar en forma significativa tres años antes de la menarquia y terminaba un año después de ella. En los 3 a 4 años previos a la menarquia la densidad mineral ósea real disminuye y cerca de la menarquia muestra un aumento significativo, lo que puede explicar la mayor susceptibilidad a fracturas durante el período de la pubertad (McKay, Journal of Bone and Mineral Research, Vol. 20, Nr 6, 2005).
Los cambios son distintos en las distintas zonas óseas. En un trabajo realizado en el Reino Unido, se utilizaron secciones transversales de hueso evaluado por pQCT para determinar el crecimiento, en forma separada, de las superficies periostial y endostial, durante la pubertad temprana, peripubertad y postpubertad. Se consideró que estaban: en pubertad temprana, las niñas que entraban sin menarquia y a los 20 meses de observación seguían sin menarquia; en perimenarquia, las que ingresaban al estudio sin menarquia y la presentaban al final del período; y en postmenarquia, las niñas que al entrar al estudio ya habían presentado la menarquia. Se encontró que en la etapa temprana de la pubertad se produce un incremento significativo de la superficie periostial, debido al estímulo de la formación ósea mediada por testosterona. La densitometría volumétrica real, en la peripubertad, es estimulada positivamente por los estrógenos, pero la testosterona la disminuye; por este motivo, en los hombres la densitometría volumétrica real es menor que en las mujeres. Durante la prepubertad, la sección transversal está estable en la superficie endostial y en el momento de la pubertad esta superficie se estrecha, fenómeno mediado por la presencia de niveles bajos de estrógenos, que inhiben la resorción (destrucción) ósea a nivel endocortical. En la peripubertad sucede el efecto inverso, ya que existe un estímulo importante de la formación ósea por los estrógenos en dosis altas.
En la adquisición de masa ósea participan factores genéticos: la mayor evidencia apunta a los polimorfismos de colágeno tipo 1, receptores de vitamina D, receptores de estradiol y metiltetrahidrofolatoreductasa (MTHFR). Entre los factores nutricionales se cuentan la ingesta de calcio, proteínas y vitamina D. Entre los factores hormonales, los cambios de los esteroides sexuales durante la adolescencia tienen una incidencia muy significativa; además, influyen la presencia de IGF-1, paratohormona (PTH) y leptina. En cuanto a los estilos de vida saludable, es importante el efecto que tiene el ejercicio. Ejercen efectos negativos sobre la masa ósea la cafeína, el tabaco y el alcohol.
En un estudio de Cadogan, en el Reino Unido, realizado en 82 niñas con edad promedio de 12,2 años, en un grupo se aumentó la ingesta de leche y otro grupo mantuvo una ingesta baja. Después de un año de intervención, la densitometría mineral ósea total y el contenido mineral óseo total mejoraron de manera significativa en el grupo intervenido (Fig. 5) (Cadogan J. Milk intake and bone mineral acquisition in adolescent girls: randomised controlled intervention trial. BMJ. 1997; 315:1255-1260).
En otro estudio se tomó a doce pares de gemelos de 6 a 14 años, a quienes se suplementó con un gramo de citrato de calcio. Algunos niños entraron al estudio en etapa prepuberal y otros en etapa puberal. Se observó mayor aumento con la suplementación de citrato de calcio en niños prepuberales que en los puberales, ya que a medida que progresaba la pubertad el aumento era menos significativo (Fig. 6) (Johnston CC. Calcium supplementation and increase in bone mineral density in children. N Engl. J Med. 1992; 327:82-7).
Un estudio de Rozen demuestra que hay una oportunidad que se extiende hasta poco después de la menarquia. Estudió a 100 niñas post-menárquicas con un promedio de 14 años y durante un año suplementó su alimentación con carbonato de calcio y encontró que hubo un aumento significativo en la densidad mineral ósea de cuerpo total y columna, comparado con el grupo placebo; en cuello femoral no hubo cambios (Fig. 7). (Rozen GS. Calcium supplementation an extended window of opportunity for bone mass accretion after menarche. Am J Clin Nutr. 2003;78:993-8).
Figura 7. Cambios en BMD después de un año de aporte de calcio. 100 niñas postmenarquia, 14 años.
Otro investigador estudió a 97 niñas del estudio anterior con el fin de evaluar el efecto de la suplementación con carbonato de calcio. El efecto no fue permanente, ya que en gran parte se pierde, aunque se demostró que aún persiste un efecto positivo 3,5 años después de haber suspendido la suplementación de calcio.
Figura 8. Indice osteogénico en saltos en niños.
En la pubertad, el efecto positivo del ejercicio es menor; resulta mucho mejor antes de la menarquia que después de ella. Todo ejercicio que contemple carga positiva e impacto es mejor que los ejercicios que no tienen gravedad, como natación o bicicleta. Sin embargo, hay que tener presente que cuando un deporte necesita un bajo peso (ej: gimnasia artística, ballet) y, sobre todo, cuando induce oligomenorrea o amenorrea, o cuando está en concomitancia con trastornos de la conducta alimentaria, el ejercicio pasa a tener un efecto negativo y empieza a ser perjudicial
En un estudio realizado en niñas próximas a la pubertad, a quienes se pidió que saltaran, se observó un aumento significativo de la masa ósea en cuello femoral y columna lumbar (Fig. 9). Se hizo seguimiento 14 meses después y se observó que en columna lumbar persiste un efecto positivo no significativo, pero en cuello femoral todo lo que se ganó persiste, por lo que es importante estimular la actividad física en las adolescentes (Fig. 10) (Fuch RK, et al. Jumping improves hip and lumbar spine bone mass in prepubescent children: A randomized controlled trial. J Bone Miner Res 2001;16:148-156).
Figura 9. Cambios de BMC cuello femoral y columna lumbar posterior a los saltos.
Figura 10. Cambios de BMC 14 meses después de suspendido el tratamiento.
En resumen, es importante:
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del V Congreso de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia, realizado en Santiago entre los días 31 de agosto al 2 de septiembre de 2006. El evento fue organizado por la Sociedad Chilena de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia. Presidente: Dra. Pamela Oyarzún.
Citación: Reyes ML. Bone mass acquisition during adolescence. Medwave 2007 Abr;7(3):e1270 doi: 10.5867/medwave.2007.03.1270
Fecha de publicación: 1/4/2007
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