Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del V Congreso de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia, realizado en Santiago entre los días 31 de agosto al 2 de septiembre de 2006. El evento fue organizado por la Sociedad Chilena de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia. Presidente: Dra. Pamela Oyarzún.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) en los adolescentes pueden dejar graves secuelas para la vida sexual de las y los jóvenes, por lo tanto, es importante ponerlo en evidencia y utilizar todas las herramientas disponibles para realizar una prevención adecuada. En esta presentación se mostrarán las estadísticas relacionadas con las ITS, excluyendo al VIH.
El gráfico de la Fig.1 es una estimación realizada por la Organización Panamericana de la Salud a partir de información recibida desde los diferentes países sobre los casos de gonorrea, Chlamydia, sífilis y tricomoniasis. Cada año se producen 340 millones de casos nuevos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en el mundo; se estima que América Latina y el Caribe concentran el tercer lugar, con 38 millones de casos nuevos, y el cono sur concentra 3,8 millones de casos nuevos. En Chile, en el año 2005 hubo un total de 48.442 consultas por esta causa en el sistema público de salud, de las cuales, 1.083 fueron consultas infantiles (0 a 14 años) y 10.330, juveniles (entre 15 y 19 años de edad) (Fig. 1).
En Chile existen dos sistemas de vigilancia del comportamiento de las ETS: el primero es la vigilancia universal, que se efectúa mediante la notificación obligatoria de enfermedades como sífilis, gonorrea, sífilis en la embarazada y sífilis congénita; el segundo es la vigilancia centinela, que se localiza en siete centros de ETS del país donde no sólo se notifica lo obligatorio, sino que además se notifica uretritis, condiloma, herpes genital, tricomoniasis, candidiasis y vaginosis bacteriana. Estos centros de ETS se encuentran ubicados en regiones que concentran el 21% de la población del país y cuentan con insumos, capacitación y metodologías que permiten el diagnóstico certero y homogéneo a través del tiempo, lo que permite estudiar la tendencia de estas ETS.
En el gráfico de la Fig. 2 se muestra el estado de las notificaciones de sífilis por grupos de edad en 2004 y 2005; se puede ver que, si bien existe un pequeño descenso, la cifra se ha mantenido y los casos se siguen concentrando en la población joven: 45% de todas las notificaciones de sífilis se hacen en menores de 30 años y 10% de éstas corresponden a adolescentes entre 15 y 19 años.
Figura 2. Notificaciones de ETS. Sífilis 2004-2005, MINSAL.
En la Fig.3, el gráfico principal muestra que las notificaciones de sífilis en adolescentes de 15 a 19 años han tenido un pequeño descenso, pero siempre han estado sobre 200 casos al año. Al observar la distribución por sexo se encuentra que las notificaciones de sífilis entre los 15 y los 29 años son básicamente femeninas, con una relación entre hombre y mujer de 3:5, lo que se debe a que las políticas públicas de salud están orientadas a la población femenina, mediante la detección masiva de sífilis a través del tamizaje de VDRL en el programa de la mujer, la atención de las adolescentes y la atención ginecológica.
En la Fig. 4 se analiza la distribución dentro del grupo etario de 15 a 19 años. Se puede ver que la gran mayoría de las notificaciones se concentran entre los 17 y 19 años. Al calcular el promedio de casos por edad, resulta sorprendente encontrar que a medida que aumenta la edad, aumenta el número de casos: el promedio de casos nuevos de sífilis en los (as) jóvenes de 15 años es de alrededor de 24; al cumplir 16 años, 38; a los 17 años, 48; a los 18 años, 79 casos y finalmente, a los 19 años hay 91 casos al año, en promedio. La tasa para el rango etario de 15 a 19 años en el último quinquenio (2000-2005) es de 121,1.
La gonorrea, que también es de notificación obligatoria, descendió en forma brusca entre 1990 y 2000, pero desde entonces se ha mantenido, en especial entre los jóvenes: 53% de todas las notificaciones se concentran en los menores de 30 años (Fig. 5).
También hay más de 200 casos al año y, como esta enfermedad produce sintomatología con mayor frecuencia en hombres, la proporción es de 32 varones por cada 9 mujeres (32:9), lo que significa que una población importante de mujeres presenta la enfermedad sin que ésta se notifique. En la Fig.6 se observa que la distribución por edad tiene el mismo patrón que la sífilis, ya que las notificaciones comienzan a aumentar a partir de los 17 años, edad en que la actividad sexual empieza a ser más permanente; después, el promedio de casos por edad tiende a duplicarse de un año a otro.
Figura 6. Distribución por edad en notificaciones de gonorrea en adolescentes, 2000-2005.
El análisis de las notificaciones obligatorias de casos a nivel país muestra que existen casos en todas las regiones, con mayor concentración en las regiones Metropolitana, V, II y X. La tasa de sífilis para el año 2005 fue 18,4 por 100 mil habitantes y la tasa de gonorrea, 16,3 por 100 mil habitantes (Fig 7).
Figura 7. Notificaciones sífilis-gonorrea en adolescentes, 2005. MINSAL.
Según las notificaciones de los centros centinela, la primera causa de notificación es el condiloma acuminado, enfermedad que constituye una preocupación importante para el área de prevención del CONASIDA y obliga a desarrollar estrategias para efectuar la prevención en los jóvenes. En la Tabla I se muestran los datos aportados por los centros centinela, que son similares a los de la Encuesta Nacional de Salud del año 2003 en la población general, en la que se determinó la presencia del virus papiloma en mujeres que se debían efectuar un autoexamen. Esta encuesta reveló que existe una prevalencia de papiloma cercana a 31% en las mujeres menores de 25 años, lo que sugiere que un tercio de la población juvenil es portadora del virus papiloma.
En la Fig. 8 se observa el resto de las enfermedades notificables distribuidas por sexo; se puede ver que las notificaciones son básicamente femeninas, en proporción 3:5, lo que se debe a que los centros centinelas, o centros de ETS, actúan principalmente por derivación, de modo que recogen todas las consultas pesquisadas en la atención primaria.
La distribución por edad en los centros centinelas muestra que 57% de todas las notificaciones corresponden a menores de edad y que los jóvenes de 15 a 19 años concentran 13% de las notificaciones, lo que se debe al cambio de comportamiento que muestran los jóvenes en la actualidad, como se evidenció en la encuesta del año 1998, en la que se demostró que la edad de inicio sexual ha ido disminuyendo, que esto es mucho más marcado en las mujeres que en los varones y que actualmente se encuentra entre los 16 y los 17 años (Fig. 9)
La iniciación sexual precoz es uno de los factores que intervienen en la transmisión de las ETS. La encuesta mundial de salud en escolares, que se realizó en el año 2004 en estudiantes de 13 a 15 años y en Chile se enfocó en 100 colegios de las cuatro regiones que presentan las mayores tasas de ETS, demostró cómo está cambiando la sexualidad juvenil, ya que entre 14% y 17% de los alumnos encuestados habían tenido relaciones sexuales por lo menos una vez en su vida y entre 7% y 12% de los varones se habían iniciado antes de los 13 años. El porcentaje de uso del condón no superaba 7%, en todas las regiones. La iniciación sexual precoz y el no uso de métodos eficaces de protección sugieren que las cifras actuales de sífilis, gonorrea, Chlamydia y condiloma podrían aumentar.
Finalmente, la encuesta de trayectorias sexuales que hizo en el año 2005 CONASIDA en conjunto con la Universidad de Chile, que indagaba, entre otras cosas, el promedio de parejas sexuales según la edad, demostró que los jóvenes actuales tienen más parejas sexuales que hace años atrás; que el número de parejas se incrementa a medida que aumenta la edad; que existe diferencia entre los varones y las mujeres y que a los 15 años, el promedio de parejas por persona es de 1,2 a 1,6. Otro dato relevante son los cambios en los conceptos de pareja. Si bien, persiste un concepto que vincula la sexualidad a la pareja estable, las prácticas sexuales no se limitan únicamente a este contexto de relación; en este marco, las prácticas sexuales se pueden insertar en el contexto de la amistad y en los vínculos ocasionales. Esto es importante en el momento de entrevistar y efectuar consejería para la prevención de ETS, ya que se debe preguntar no sólo por la pareja, sino también por los amigos con los cuales se mantienen relaciones sexuales.
Estos datos han motivado al Ministerio de Salud (MINSAL) a enfocar las estrategias de prevención en los jóvenes, lo que implica reconocer que existe un cambio en la sexualidad juvenil, que trae como consecuencia altos niveles de ETS; desde esa perspectiva se deberá pensar en la mejor forma de abordar este problema.
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del V Congreso de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia, realizado en Santiago entre los días 31 de agosto al 2 de septiembre de 2006. El evento fue organizado por la Sociedad Chilena de Obstetricia, Ginecología Infantil y Adolescencia. Presidente: Dra. Pamela Oyarzún.
Citación: Peredo C. Sexually transmitted diseases in Chilean adolescents. Medwave 2007 Mar;7(2):e1263 doi: 10.5867/medwave.2007.02.1263
Fecha de publicación: 1/3/2007
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