Este texto completo es una transcripción editada de la conferencia que se dictó en el XLVIII Congreso Chileno de Pediatría realizado en Viña del Mar entre el 26 y el 29 de Noviembre de 2008. El congreso fue organizado por la Sociedad Chilena de Pediatría bajo la presidencia de la Dra. Lidya Tellerías C.
En la actualidad se vive una época difícil en el sector salud. En primer lugar, todas las encuestas que se hacen sobre el tema señalan que existe un bajo nivel de satisfacción por parte de los usuarios con respecto a la atención, lo que y se observa tanto en el sector público como en el sector privado, en Chile y en los países desarrollados. Por otra parte, en una encuesta que se aplicó a los médicos de la Región Metropolitana de Chile más de 80% de estos profesionales señaló que si pudieran volver a elegir no volverían a estudiar Medicina y 92% de ellos declaró que si su hijo quisiera ser médico haría todos los esfuerzos posibles para que desistiera de la idea. Estos hechos, entre otros, son el resultado de una situación que se puede considerar como una crisis.
La caología, o teoría del caos, señala que el proceso evolutivo de la humanidad registra la presencia de numerosas crisis, como se denomina al conjunto de cambios que acontece rápidamente en un determinado período y que afecta al orden de cosas preexistente. El resultado de la crisis suele ser positivo, pero el ser humano siempre siente temor frente a ella porque hay una parte del cerebro, el neocórtex, necesita tener todos loe elementos que le rodean bajo control, y la crisis implica necesariamente un grado de incertidumbre. Cada ser humano vive las crisis desde su particular punto de vista; y como dice el aforismo: “el ojo ve lo que el cerebro sabe, y el cerebro sabe lo que el corazón siente”, tal punto de vista está determinado por el sistema de creencias de la cultura a la cual cada ser humano pertenece.
René Descartes, Blas Pascal e Isaac Newton son los arquetipos más relevantes de la visión científica del mundo occidental, bajo cuya influencia se desarrolló la Medicina moderna o alopática, después de que la humanidad sufriera los rigores de los dogmas religiosos en la Edad Media. Este modelo de Medicina Occidental tiene las siguientes características:
La medicina alopática, con base en el modelo mecanicista, hizo grandes aportes y permitió avances y descubrimientos en todos los niveles: sistemas, órganos, células y moléculas, así como en todas las áreas: prevención, etiología, patogenia, terapéutica y pronóstico. Además estimuló el desarrollo de las especialidades y subespecialidades médicas y produjo disminuciones dramáticas en las cifras de morbimortalidad, con aumento en las expectativas de vida.
No obstante, a medida que las sociedades fueron superando los problemas más básicos de salud se empezó a apreciar algunas desventajas de la medicina alopática, entre ellas: ve al sujeto como objeto; deja la recuperación de la salud en manos del profesional y no considera la participación del paciente; desconoce, y a veces desprecia, otros paradigmas de salud; separa a ser humano en cuerpo, mente y espíritu y se aboca sólo a lo material; carece de visión holística; promueve la tecnificación excesiva de los términos y de procedimientos y es demandante y directiva. En este modelo de Medicina el paciente es totalmente dependiente del sistema.
Entre los grandes científicos modernos surgieron hombres como Albert Einstein y Marx Planck, que vieron por primera vez la necesidad de cambiar la visión mecanicista de la ciencia e iniciaron el desarrollo de lo que hoy se conoce como la física cuántica, que han hecho científicamente comprensibles las grandes verdades y los principios universales de antaño, ya que esta visión de la física no está atrapada en un mundo tridimensional, sino que se abre a un campo multidimensional que ofrece amplias posibilidades de entender al ser humano y al universo.
En el campo de la Medicina, una gran cantidad de personas aportaron distintos enfoques para percibir y aplicar los conocimientos; muchos de ellos fueron expulsados en su momento de los colegios médicos por herejes. Entre ellos se encuentra a Ken Wilber, filósofo estadounidense que propuso un enfoque integral del fenómeno humano y articuló en forma transdiciplinaria una gran cantidad de perspectivas para abordarlo. En su enfoque integral Wilber estableció una jerarquización de los distintos ámbitos de la realidad, incluyendo sociedades, visiones del mundo, niveles de conciencia y modelos políticos, se despliegan en cuatro cuadrantes: interior-individual, interior-colectivo, exterior-individual y exterior-colectivo. En su clasificación de las visiones del mundo según la forma en que se obtiene el conocimiento (implícita o explícita), la Medicina moderna se incluye dentro de la visión fundamental explícita, destacando su carácter objetivo y materialista; mientras que las visiones de la medicina que se denominan complementarias están dentro del mundo de lo implícito, es decir, de lo que no es visible a los sentidos (Fig. 1).
Figura 1. Códigos de lectura y visiones del mundo.
Dentro de esa misma visión, la organización de la vida incluye a la materia, la energía, la información y la conciencia en un sentido ascendente (Fig. 2).
Figura 2. Niveles de organización de la vida.
Sin embargo, para entender al ser humano se debe analizar esta organización al revés (Fig. 3).
Figura 3. Niveles de organización de la vida: el ser humano.
Estos principios se basan en los modernos conceptos de la astrofísica, que establece que no más de 6 a 8% del universo es materia y el resto es lo que se conoce como antimateria, que no es evidenciable y correspondería a lo que desde el punto de vista religioso se entiende por el vacío, la concepción del principio creador que se inserta en la materia y otorga al ser humano el poder para ser co-creador de su propia existencia. Así el ser humano obtiene el título de hijo de la creación y en virtud de ésta se mantiene en un proceso permanente de auto experimentación, tal como lo señala la teoría del Big Bang.
Conciencia: se conoce también como Mar de la Conciencia Universal; Rigpa; Alma Una; Mente Abstracta o Superior; Creación; Dios; El Padre; La Voluntad; El Inicio y el Fin; Alfa y Omega; Logos; El Gran Espíritu; Shiva, o Mundo de las Ideas. Se accede a ella a través de los procesos meditativos, de la oración y de la contemplación, por conexión. El objetivo de toda terapia es elevar los ojos del paciente a su alma, entendiendo como tal a una estructura constitutiva del ser humano que contiene los modelos y arquetipos de la creación, y entrar en conexión con la Fuente Universal.
Información: en este principio se encuentran los arquetipos universales (átomos o simientes permanentes), que Carl Yung llamó el inconciente colectivo, Theilard de Chardin, la Noosfera y que también se han denominado geometría sagrada, mundo del pensamiento o leyes de los rayos. Este principio se operativiza a través de las siguientes propuestas terapéuticas: Sanación, el Poder de la Palabra, Mantram, Isovac o Isonosode (autovacunas), Resonadores Arquetípicos Mórficos (RAM), Láser, Medicina Ayurvédica, Terapia Floral, Gemoterapia, Homeopatía, Fitoterapia, Medicina Chamánica, Terapia del Color, Terapia del Sonido y Electromagnetismo. Como ejemplo del principio de información, la terapia del color se basa en que cada color tiene una frecuencia de onda que el cuerpo conoce y entiende; por ejemplo, la frecuencia de color naranja de 400 nanómetros produce la apertura de los canales de calcio, mientras que la frecuencia del color verde es un estímulo para que las células del endotelio generen oxido nítrico.
Energía: abarca lo que se conoce como Chi, Ki, Prana, Energía Vital, Cuerpo Etérico o Chakras. Este concepto se operativiza a través de:
El nivel de la Energía da origen al cuerpo etérico del ser humano, que corresponde a una plantilla energética sobre la cual se superpone la estructura del cuerpo físico. Este molde energético también es el vehículo de la información que determina el desarrollo del individuo y además contiene los datos estructurales que dirigen la reproducción y reparación de los tejidos después de una lesión o enfermedad (Fig. 4).
Figura 4. Modelo del cuerpo etérico.
Materia: es la concepción del cuerpo como un conjunto de sistemas y órganos, en una visión materialista que abarca al nivel celular, molecular y otros. Se operitiviza a través de la medicina moderna occidental o alopática y mediante la aplicación de las medicinas biológicas u homo-toxicológicas.
La personalidad del hombre está constituida por el cuerpo físico denso, el cuerpo emocional y el mental inferior. El alma es una estructura conocida que está dentro del cuerpo mental superior, o cuerpo manásico, en donde están los principios de la creación. Se entiende entonces que la materia no es más que la expresión más densa del espíritu y éste es la expresión más sutil de la materia; y que la enfermedad se produce cuando los principios rectores que componen al hombre se separan (Fig. 5).
Figura 5. Esquema de constitución del hombre.
El modelo de Medicina integrativo incorpora el viaje desde el modelo analítico hacia el modelo de síntesis, en lo que se conoce como el regreso a casa, proceso que implica la capacidad de volver a realizar la síntesis sin olvidar el análisis (Fig. 6).
Figura 6. El modelo integrativo.
La Sintergética es una propuesta médico terapéutica que recoge lo mejor de muchas cosmovisiones de salud, rescata lo primordial y común y aprovecha sus diversidades para operativizarlas en la práctica clínica. Más aún, la opción por la sintergética implica tomar un camino de vida que promueve el trabajo personal para alcanzar la coherencia entre los distintos aspectos del médico como ser humano, con el fin de lograr la integración entre pensamientos, sentimientos y acciones y honrar, de esta forma, el origen de la Medicina. En esta visión el principal recurso terapéutico es el propio terapeuta y su relación con el paciente.
A continuación se describen las principales herramientas del terapeuta que practica la sintergética.
Actitud: se refiere al hecho de estar alineado en el aquí y ahora, de estar enfocado en lo que se hace en un determinado momento, cosa que es muy difícil para el profesional médico, que está siempre bajo la presión del trabajo pendiente, de asuntos familiares y de otros múltiples problemas que lo afectan como persona, por lo que el paciente no recibe la honra del proceso médico del instante.
Carácter: está unido a la coherencia de las acciones. Si el médico es una buena persona en su consulta privada, pero en la consulta pública es intolerante significa que está sufriendo un proceso de incoherencia y desintegración que le impide asumir la humanidad del acto médico.
Intención: es la pureza de móvil hacia el servicio. Habla de que el objetivo de la medicina no es la obtención de un sueldo, sino el goce de servir al prójimo.
La mirada y el escuchar: se dice que los ojos son las ventanas del alma; no obstante, en la vida moderna se ha perdido la posibilidad de mirar a los ojos del paciente para establecer un contacto cercano. Quizá el enfermo sólo necesite contar sus problemas cotidianos para estar mejor, pero el médico no le da tiempo para esto pues vive apurado, pensando en cuántos pacientes le falta atender y convencido de que sólo el examen físico y las pruebas de laboratorio le entregan información respecto a la enfermedad y no considera los sentimientos de los pacientes.
Las manos.
El diálogo con el paciente: se establece mediante técnicas de análisis del Pulso Ayurvédico (las tres doshas: Vatha-Pitha-Kapha) y el VAS (Vassell autonomic signal).
Algunas metodologías específicas con las cuales trabajan los médicos sintergéticos son:
Algunos terapeutas trabajan con las orejas mientras que otros lo hacen con la retina. Por ejemplo, el conocido Punto 9 del pabellón auricular es el punto maestro del bazo y del páncreas, cuya manipulación ayuda en el manejo de hipoglicemias y diabetes inestables, jaquecas y mareas biliares; además es un punto que permite el control en la secreción de melatonina, ACTH y serotonina (Fig. 7).
Figura 7. El Punto 9 en aurículo medicina.
Los sistemas RAM para reflexoterapia utilizan un dispositivo formado por una unidad o placa receptora central, que contiene los resonadores activos y dos placas reflectivas de acero inoxidable; sobre la placa central se extiende en rejilla un sistema de resonancia básica con información programada y además, sobre la matriz básica diseñada sobre la placa central de acero se programa un sistema de inmunomodulación. La matriz activa sobre la que se programan estas informaciones tiene un soporte básico de grafito, zeolita y resinas vegetales fotosensibles. Entre la placa central y las placas periféricas se establece un sistema de pinholes de origen vegetal y animal y al interior se extienden terminales de nylon trenzado. El láser (Light Agmented Stimulated Emision Radiation) y los imanes son otros elementos que utiliza la medicina sintergética (Fig. 8).
Figura 8. Herramientas de la medicina sintergética. A: RAM. B: Láser. C: Imanes.
El isovac o autonosode es un dispositivo de fibra óptica en tres dimensiones que “aspira” información del organismo y filtra la luz dejando pasar sólo frecuencias de 400 nanómetros, que es la frecuencia de la red etérica y de la luz UV y actúa como frecuencia reparadora del ADN. El sistema permite hacer autovacuna oral con la propia información energética del paciente a partir de un tumor, una eczema, un conflicto antiguo con el padre, un punto de acupuntura, etc.
Finalmente, la sanación es un grupo de técnicas que se incluye dentro de las medicinas impersonales, o medicinas científico-naturales, que consideran al hombre como una máquina susceptible de desgaste, en la cual no se percibe al terapeuta como un ser aislado que trabaja con el prójimo, sino que forma parte de una entidad colectiva de seres unidos por una sola causa, la de lograr restaurar la salud del enfermo.
Este tipo de Medicina rescata los preciosos valores de la esperanza, la fe y la solidaridad; si todos los médicos pudieran aplicar sus conceptos, con toda seguridad lograrían reencantarse con su vida profesional, ya que estas prácticas generarían en ellos un estado de gozo y alegría que facilitaría el proceso integrador y restitutivo. Para ello es necesario entender que la Medicina tiene como centro el corazón, entendido como símbolo del amor, porque lo que sana es el principio del amor, lo que en términos físicos requiere coherencia e integridad entre los pensamientos y las acciones.
El surgimiento de Jesús como arquetipo del amor en Occidente y el de Buda como principio de la sabiduría, en Oriente, representa el desarrollo en la humanidad de las capacidades de los hemisferios cerebrales: el derecho es Jesús y el izquierdo es Buda. Ahora hay que trabajar para que ambos se conecten de tal manera que permitan a la humanidad salvar la mayor distancia que existe en el universo: la que separa al cerebro del corazón, al pensamiento del sentimiento, a la razón de la compasión.
Este texto completo es una transcripción editada de la conferencia que se dictó en el XLVIII Congreso Chileno de Pediatría realizado en Viña del Mar entre el 26 y el 29 de Noviembre de 2008. El congreso fue organizado por la Sociedad Chilena de Pediatría bajo la presidencia de la Dra. Lidya Tellerías C.
Citación: Méndez C. Complementary medicines. Medwave 2010 Mar;10(03):e4444 doi: 10.5867/medwave.2010.03.4444
Fecha de publicación: 1/3/2010
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Nombre/name: Loreto Saavedra
Fecha/date: 2010-05-03 09:00:11
Comentario/comment:
Hola,me gustó mucho el artÃculo, me parece que la medicina debe evolucionar y considerar al ser humano como un todo (cuerpo, mente y espritu). Asimismo, ejercer la medicina de corazón, permite mejorar la relación médico paciente y ayudar a que el paciente tenga más posibilidades de sanar. Me gustarÃa tener información respecto de cómo puedo formarme en sintergética.
Muchas gracias por contribuir a que los médicos tengamos la esperanza de seguir creciendo como médicos, pero sobre todo, como seres humanos.
Nombre/name: beatriz salcedo
Fecha/date: 2014-02-20 09:10:41
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Este articulo sobre sintergetica esta muy interesante. TendrÃa algún otro articulo referente a esta magnifica terapia? se lo agradecerÃa.
Mi nombre es Beatriz Salcedo beatsal@comcast.net
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