Este texto completo es una transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el XI Curso Educación Continua Medicina Interna 2006, organizado por el Departamento de Medicina del Hospital Clínico U. de Chile, realizado desde el 26 de mayo al 30 de septiembre de 2006 y cuyos directores fueron la Dra. Leticia Elgueta y el Dr. Miguel Fodor.
La infección del tracto urinario (ITU) es uno de los motivos más frecuente de consulta, tanto a nivel de consultorios del sistema público como en el sistema privado. En Chile, en la actualidad se notifican 70.000 infecciones urinarias al año y cada una de ellas prolonga la estadía en diez días cuando se diagnostica en el hospital. Más de 95% de las ITU son causadas por un solo agente bacteriano; alrededor de 40% de la población adulta ha tenido un episodio de ITU en su vida; 25% de las mujeres en edad fértil, es decir, entre 20 y 40 años de edad, va a presentar algún episodio; de ellas, un tercio va a recurrir a los seis meses de la infección inicial. Finalmente, entre 10 y 15% de las mujeres mayores de 60 años van a tener recurrencias frecuentes, pero menos de 5% corresponderá a recaídas y la mayoría serán reinfecciones.
La historia natural de la infección urinaria y de la bacteriuria sintomática es distinta según se trate de población de sexo femenino o masculino y según la etapa de la vida. 1% de los neonatos tienen bacteriuria y la mayoría de estos pacientes son de sexo masculino, debido a que la prevalencia de malformaciones de la vía urinaria es mucho más frecuente en los varones a esta edad. En la etapa escolar la ITU es más frecuente en las niñas, con una prevalencia aproximada de 1,6%, pero sólo 30% de estas pacientes tiene síntomas, lo que significa que 70% de las escolares que hacen infección urinaria tienen episodios asintomáticos; el problema es que casi 100% de estas niñas va a tener una ITU recurrente. Cuando la población de sexo femenino entra en la etapa reproductiva, aumenta la prevalencia de bacteriuria a medida que aumenta la edad; después de los 50 años comienza a aumentar la frecuencia en los hombres, generalmente asociado a problemas de próstata o uropatía obstructiva.
Figura 1. Diversas bacterias emergen del intestino y colonizan o infectan la vagina
Existen algunos factores patogénicos que favorecen la aparición de episodios de bacteriuria o infección urinaria; ninguno de ellos es más importante que los otros. Se ha visto que existe cierta susceptibilidad genética, ya que esta patología es más frecuente en personas portadoras de estado secretor ABO, grupo sanguíneo P, algunos haplotipos como el HLA 3 y en individuos de raza negra; sin embargo, esto siempre se acompaña de alguna susceptibilidad propia adicional, sea por comportamiento, uso de diafragmas o espermicidas, o prácticas de mala micción, como se ve en las mujeres, que tienden a retener la orina, lo que favorece que ciertas poblaciones susceptibles tengan mayor frecuencia de bacteriuria o ITU. En la población mayor, la deficiencia de estrógenos hace que las pacientes sean más susceptibles, pero esto se asocia a una mayor incidencia de cistocele, incontinencia urinaria y residuo post miccional en este grupo etario.
La ITU complicada se presenta con mayor frecuencia en: pacientes con alteración anatómica o funcional de la vía urinaria; sexo masculino, por la posibilidad de que se genere prostatitis o por obstrucción de la vía urinaria; urolitiasis; diabetes mellitus; inmunosupresión; embarazo; síntomas de más de siete días de duración, a pesar del tratamiento; instrumentación reciente de la vía urinaria; edad avanzada; uso reciente de antibióticos y fracaso del tratamiento.
Tabla I. Prevalencia de bacteriuria asintomática en poblaciones seleccionadas (IDSA Guidelines for Asymptomatic Bacteriuria CID 2005:40, 1 March, 645)
En cuanto a la microbiología de la bacteriuria asintomática, es habitual que se trate de cepas de Escherichia coli que carecen de los factores de virulencia mencionados, es decir, son cepas más “benignas”. Pueden aislarse otros gérmenes, como algunas enterobacterias tipo Klebsiella, estafilococo, etc, pero lo más frecuente es que sean cepas de Escherichia coli de baja virulencia, lo que significa que la bacteriuria asintomática en una mujer joven, sana, sin alteraciones anatómicas o funcionales de la vía urinaria y que no esté embarazada, carece de indicación de búsqueda o tratamiento.
Las guías americanas del año 2005 hicieron algunas recomendaciones basadas en la evidencia, que se clasificó en estudios prospectivos, controlados y aleatorios hasta opiniones de expertos.
La guía I establece que el diagnóstico de bacteriuria asintomática se basa en el resultado del cultivo de una muestra recolectada de una forma que asegure que no hay contaminación (A-II). Si la mujer no tiene síntomas se requieren dos muestras con recuentos mayores de 10 elevado a 5 UFC para hacer el diagnóstico. En hombres se necesita más de 10 elevado a 5 UFC, pero sólo una muestra.
La guía II establece que la piuria acompañada de bacteriuria asintomática no es indicación de tratamiento antimicrobiano (A-II). Existe evidencia sólida de que cuando esta población de pacientes recibe tratamiento, surgen dos problemas: por un lado, no disminuye la frecuencia de recurrencia de bacteriuria, no disminuye la frecuencia de aparición de infección urinaria sintomática ni disminuyen las hospitalizaciones por infección; y por otro lado, el uso indiscriminado de antibióticos en poblaciones que no necesitan ser tratadas favorece la emergencia de resistencia.
La guía III establece qué hacer con la bacteriuria en la mujer embarazada, donde la situación es muy distinta, porque el riesgo de hacer una pielonefritis es muy alto, casi 100% de los casos. Por lo tanto, esta guía, que se basa en estudios prospectivos, aleatorios y controlados, recomienda que se debe buscar bacteriuria en forma precoz en el embarazo, al menos una vez; si el resultado del cultivo es positivo, de acuerdo a los criterios anteriores, se debe tratar por tres a siete días. Después del tratamiento se debe controlar la bacteriuria en forma periódica, porque tiende a recurrir. En aquellas pacientes en que el estudio de bacteriuria precoz en el embarazo dio un cultivo negativo no se recomienda continuar buscando en el resto del embarazo, excepto si presenta un episodio sintomático.
La conducta en los pacientes diabéticos es un tema que genera controversia; muchos dicen que la bacteriuria asintomática en el diabético se debe tratar, sin embargo en muchos trabajos, con seguimientos de 18 meses a 14 años, no se ha encontrado ninguna diferencia en frecuencia de ITU, mortalidad o progresión de las complicaciones asociadas a diabetes, incluyendo la neuropatía, entre pacientes bacteriúricas y no bacteriúricas. Por lo tanto, la guía americana establece que la búsqueda para el tratamiento de la bacteriuria asintomática, en mujeres diabéticas, no tiene ninguna indicación, según evidencia de primer nivel (A-I). En la Fig. 2 se muestra un gráfico de un trabajo publicado en la Revista Internacional de Infectología, en el que se observa la proporción de pacientes sin infección sintomática en relación al tiempo, en pacientes que tenían bacteriuria asintomática y que se asignaron a tratamiento o placebo. No hubo diferencia en tratar con terapia antimicrobiana o placebo a pacientes diabéticos, siendo grupos comparables en edad y sexo.
Figura 2. Proporción de mujeres diabéticas que permanecieron sin ITU sintomática: comparación de tratamiento con terapia antimicrobiana o placebo
Respecto a la bacteriuria asintomática, su búsqueda y/o tratamiento no se recomienda en mujeres premenopáusicas, población diabética, poblaciones añosas, ancianos en hogares, personas con daño neurológico y pacientes con catéter in situ. Sí se recomienda buscar la presencia de gérmenes cuando un paciente va a ser instrumentalizado en la vía urinaria, si se va a hacer un procedimiento urológico y si hay riesgo de sangrado de la mucosa. En estos casos la bacteriuria se debe buscar y tratar antes del procedimiento. También, a pesar de que la evidencia es más débil y se basa solamente en opiniones, no en estudios grandes, en aquellas mujeres que han tenido una sonda que se ha retirado, cuando persiste la bacteriuria a las 48 horas se debería considerar tratamiento.
En cuanto al diagnóstico, se exige un recuento de colonias mayor de 10 elevado a 5 UFC/ml, pero, considerando que un tercio de los pacientes con cistitis pueden tener recuentos bajos de colonias, la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas dice que, por consenso, se debe considerar cistitis a la infección urinaria sintomática con más de 10 elevado a 3 UFC/ml. Esto ha sido un tanto controvertido, pero se basa en estudios realizados en pacientes con pielonefritis. En una mujer joven, sana, que no tiene ninguna alteración de la vía urinaria, no es necesario realizar urocultivo en un primer episodio de infección urinaria, es decir, se puede hacer una terapia empírica; pero es obligatorio hacerlo en pacientes con pielonefritis o cuando la probabilidad de infección es baja, pero hay sospecha (Gupta , Am J Med 2002; Bent , JAMA 2002; Rubin, Clin Infec Disease 1992).
Los datos de la resistencia, a nivel mundial, para los fármacos que tradicionalmente se han utilizado para tratamiento de la ITU, indican que el cotrimoxazol (trimetoprim-sulfa) tiene una tasa altísima de resistencia en los Estados Unidos (20%); el hecho de que en un país haya más de 20% de resistencia de un antibiótico para el tratamiento de una infección urinaria hace que ese antibiótico no sea elegible para tratamiento. En Europa la resistencia alcanza a 35%. En cuanto a las quinolonas, se ha observado un aumento sostenido de la resistencia en los últimos años, alcanzando 37% en países europeos, debido al uso indiscriminado; es indiscutible que la quinolona es un excelente medicamento para el tratamiento de la infección urinaria, pero el uso indiscriminado ha llevado a la emergencia de resistencia. Los betalactámicos en general no se recomiendan, por su alta resistencia. La nitrofurantoína, que es uno de los antibióticos más antiguos, tiene una excelente actividad, pero sólo contra cepas de Escherichia coli. Frente a gérmenes no coli hay resistencia en 40% de los casos. La gentamicina en la práctica no tiene resistencia, pero frente a la nitrofurantoína presentan resistencia todas las enterobacterias (klebsiellas, proteus, etc).
En infecciones urinarias no complicadas, según la revisión de 337 estudios, las guías establecen que:
En la Tabla II se muestra la guía, con la categoría de evidencia para cada recomendación; y en la Tabla III se resumen las terapias recomendadas, con la duración y dosis correspondientes.
Tabla II. Cistitis no complicada: Recomendaciones generales (IDSA Uncomplicated UTI Treatment Guidelines)
Tabla III. Cistitis no complicada: terapia antimicrobiana oral recomendada (IDSA Uncomplicated UTI Treatment Guidelines)
En cuanto al tratamiento de la pielonefritis aguda no complicada, éste no debe ser inferyor a 14 días de terapia; un tratamiento de 10 días puede ser insuficiente y llevar a recurrencia, complicación o emergencia de resistencia. La bacteriología indicará el medicamento que se va a utilizar. Si es un caso grave se debe hospitalizar al paciente y tratar con antibióticos parenterales, como quinolonas, aminoglicósidos o cefalosporinas; las dosis e intervalos se resumen en la Tabla IV.
Tabla IV. Regímenes parenterales para la pielonefritis aguda no complicada (IDSA Uncomplicated UTI Treatment Guidelines)
En el embarazo, la bacteriuria es más frecuente en mujeres que han tenido bacteriuria en etapa escolar. Tal como se dijo, 1,6 a 5% de las niñas tienen episodios de bacteriuria y 70% son asintomáticas, pero las mujeres que hacen bacteriuria en el embarazo son las que han tenido bacteriuria en la etapa escolar. La frecuencia general en las mujeres embarazas es de 4,1 %; si no se trata ocurrirá una infección sintomática y 30% de las pacientes desarrollarán una pielonefritis. En la Tabla V se muestran los antibióticos recomendados por los Anales de Farmacología, con las dosis que se pueden utilizar en las pacientes.
Tabla V. Regímenes antimicrobianos para el tratamiento de la bacteriuria asintomática en el embarazo (The Annals of Pharmacotherapy, 2004, vol 38)
Frente a una pielonefritis aguda no complicada se debe evaluar el germen y su susceptibilidad a los antibióticos, de modo que siempre se debe solicitar urocultivo. Los hemocultivos se solicitan sólo en los pacientes que se hospitalizan, en quienes 20% de los hemocultivos son positivos. En el Hospital Clínico de la Universidad de Chile la positividad es de 30% a 35% en los pacientes que están hospitalizados. El tratamiento antibiótico no debe ser menor de dos semanas y se debe controlar con urocultivo posteriormente. Se dice que la resolución clínica es esperable en 48 a 72 horas, pero a veces demora mucho más, en especial en pacientes que están hospitalizados, que por lo general presentan mejoría clínica después de cinco a seis días de terapia bien llevada. Se recomienda realizar ecografía o TAC en todos los pacientes que: no respondan al cuarto día de tratamiento; estén hospitalizados; hayan tenido una pielonefritis previa; presenten clínica atípica (hematuria prolongada, dolor cólico); tengan antecedente de infecciones urinarias en la infancia.
En caso de ITU complicada, siempre se debe solicitar urocultivo, porque en estos casos la flora es más variada y presenta mayor resistencia antibiótica; se debe prescribir tratamiento prolongado, mínimo 10 días, con antibióticos empíricos de mayor espectro; se debe estudiar y corregir las alteraciones subyacentes. Finalmente, es indispensable controlar con urocultivo post tratamiento y se podría considerar la profilaxis antibiótica para frenar la infección urinaria complicada.
Este texto completo es una transcripción editada y revisada de una conferencia dictada en el XI Curso Educación Continua Medicina Interna 2006, organizado por el Departamento de Medicina del Hospital Clínico U. de Chile, realizado desde el 26 de mayo al 30 de septiembre de 2006 y cuyos directores fueron la Dra. Leticia Elgueta y el Dr. Miguel Fodor.
Citación: Sanhueza ME. Urinary tract infection. Medwave 2007 Abr;7(3):e1905 doi: 10.5867/medwave.2007.03.1905
Fecha de publicación: 1/4/2007
Nos complace que usted tenga interés en comentar uno de nuestros artículos. Su comentario será publicado inmediatamente. No obstante, Medwave se reserva el derecho a eliminarlo posteriormente si la dirección editorial considera que su comentario es: ofensivo en algún sentido, irrelevante, trivial, contiene errores de lenguaje, contiene arengas políticas, obedece a fines comerciales, contiene datos de alguna persona en particular, o sugiere cambios en el manejo de pacientes que no hayan sido publicados previamente en alguna revista con revisión por pares.
Aún no hay comentarios en este artículo.
Para comentar debe iniciar sesión