El cáncer es la segunda patología relevante referente a mortalidad en Chile, y el cáncer gástrico es el primero entre los hombres. Se ha corroborado la relación entre infección bacteriana por Helicobacter pylori (H. pylori) y el desarrollo de neoplasias gástricas. Esta bacteria está presente en al menos un 50% de la población. También está asociada al desarrollo de úlceras gástricas y duodenales, y a linfoma gástrico1.
En el ámbito nacional, de las aproximadamente 90 mil muertes anuales, un 3,4% son por cáncer gástrico. La tasa de muertes registradas para hombres entre 1995 y 2005 fue de 25,1 y para las mujeres de un 13,2 por cada 100 mil habitantes2.
La H. pylori es una bacteria espiralada gram negativa microaerófila. Fue declarada en 1994 por la Agencia de Investigación sobre Cáncer como un agente carcinogénico clase 1. Su capacidad de promover el desarrollo neoplásico reside en los factores de patogenicidad denominados CagA, VacA e IceA. CagA es una potente proteína inmunogénica codificada en una Isla de Patogenicidad (PAI) y que se sintetiza una vez que comienza la infección. Este factor permite su internalización en las células gástricas, lo que además le permitiría mediar la respuesta inflamatoria3.
No obstante su alta prevalencia en cepas aisladas desde Latinoamérica, existen variaciones en la presencia de cagA en los aislados de diferentes zonas geográficas. Ello supone el rol de otros factores que deben ser identificados.
En el caso de VacA, esta es una efectiva toxina que promueve la muerte celular de las células epiteliales gástricas y estaría relacionada con la promoción del cuadro inflamatorio y el desarrollo de úlceras4. Se ha ligado fuertemente la existencia de variantes genéticas de vacA (m,s) con un mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico, debido a su prevalencia en bacterias aisladas desde lesiones de úlcera péptica y cáncer gástrico, en contraste con aquellas lesiones que correspondían a gastritis. También se correlaciona con resultados positivos para cagA en las mismas cepas4.
IceA es una proteína inducida por el contacto de H. pylori y las células epiteliales, sus dos formas alélicas están relacionadas con el desarrollo de úlcera péptica y gastritis asintomática, ice A1 y A2 respectivamente5. Se suma la actividad de OipA, una proteína que actúa como adhesina y que está asociada al proceso invasivo de la bacteria6.
Estudios suponen la relación entre factores geográficos y el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. Situación que está fuertemente marcada en Latinoamérica por el contraste entre zonas montañosas aisladas geográficamente y zonas costeras. En las primeras, la infección, que se adquiere muy tempranamente, sería potenciada por una dieta rica en sal y deficiente en proteínas animales y vegetales5,7,8. En Chile se estaría observando un incremento en la incidencia de este tipo de cáncer, especialmente el de tipo indiferenciado difuso3.
Luego de numerosos estudios se logró identificar una cepa de efectiva inmunogenicidad en ratones: Sydney SS1, que se utiliza para la generación de un lisado. Esta cepa se aunó con el adyuvante CpG con el objetivo de minimizar el riesgo de efectos adversos cuando se usaba la toxina colérica en ratones. No obstante, sus efectos son controversiales en relación a las vías celulares y humorales involucradas, aunque supone que se estaría afectando la producción de IL-2.
En humanos, las pruebas versaron sobre el uso de H. pylori inactivado en formalina y el coadyuvante LT (toxina termolábil de Escherichia coli). Los antígenos CagA/VacA/NAP y el coadyuvante aluminio generaban un 70% y un 100% de inmunización respectivamente9.
Estudios de fase tres con Irinotecan hidrocloruro más fluoropirimidina S-1 han mostrado buenos resultados en el control de cáncer gástrico avanzado. Esta terapia ha mostrado una tasa de supervivencia de 12,8 meses en contraste a la monoterapia con S-1 que fue de 10,5 meses10.
Cabe mencionar el trabajo que realizó el Dr. Alejandro Venegas en la Pontificia Universidad Católica de Chile sobre la investigación de factores de patogenicidad y generación de vacunas contra H. pylori.
Por lo aquí expuesto, aún queda mucho por hacer y descubrir en relación a la H. pylori, sobretodo en Latinoamérica. En consecuencia, debemos seguir investigando.
Citación: Orrego EF. Helicobacter pylori: a persistent enemy in Latin America. Medwave 2012 May;12(4):e5344 doi: 10.5867/medwave.2012.04.5344
Fecha de envío: 22/2/2012
Fecha de aceptación: 11/3/2012
Fecha de publicación: 1/5/2012
Origen: no solicitado
Tipo de revisión: sin revisión por pares
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