Señora editora:
La calidad de vida del estudiante de medicina ha sido estudiada en múltiples ocasiones, destacándose altos niveles de trastornos del sueño y síndrome de burnout [1],[2]. Respecto a este último, un reciente estudio evidenció una alta prevalencia de esta afección, destacándolo como un problema de salud pública que afecta a una gran cantidad de estudiantes de medicina. Asimismo, planteó que el estrés académico y el asistencial son los únicos responsables de la presencia de este síndrome en la población estudiada [3],[4].
No obstante, uno de los temas escasamente abarcados en la realidad chilena es el maltrato, acoso o discriminación que viven día a día los estudiantes, pasantes, internos y residentes de medicina.
Un reciente metaanálisis concluyó que existe alta prevalencia de acoso y discriminación entre los médicos en entrenamiento, situación que se ha mantenido sin variación en el último tiempo [5]. Otros reportes señalan que la agresión era principalmente causada por los propios médicos tutores, sobre todo en los ciclos de práctica quirúrgica [6].
Una experiencia publicada en la Revista Médica de Chile en 2006 dio cuenta de la realidad que viven estudiantes de medicina de la Universidad de Chile destacándose que un 86,1% de los alumnos durante toda su formación percibieron dos o más incidentes abusivos. Asimismo, 78,1% de los alumnos que sufrieron abuso reportaron efectos en su salud mental y en la imagen que tenían de la figura del médico, siendo tan severo en algunos casos que un 32,2% de estos pensaron en abandonar la carrera [7].
Actualmente es necesario cuantificar el problema en nuestro país, puesto que sin dudas está presente, sin embargo, muy pocos son los que lo denuncian. Es necesario que las instituciones pertinentes, ya sean universidades e incluso el Ministerio de Salud, tomen control del asunto a fin de mejorar la calidad de vida de los estudiantes, reconociendo que muchas veces la función y acción del estudiante/interno de medicina puede ser necesaria en el correcto manejo de los pacientes.
Junto con lo anterior, es necesario insistir en que cualquier forma de maltrato, ya sea físico, sexual, moral o académico, podría afectar el comportamiento del estudiante en múltiples ámbitos [8], afectando incluso su futuro desempeño profesional, explicando en parte algunas de las reprochables prácticas que algunos profesionales ejercen. Esta clase de agresiones no solo afecta al que las sufre, también se vulnera la relación que el estudiante mantiene con otros profesionales, con el personal auxiliar, y con los pacientes. Tomando conciencia de lo anterior, ambas partes pueden favorecer sus actividades, el estudiante en su aprendizaje y el docente en su docencia, haciendo que exista ambiente grato y digno para toda persona.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Financiamiento
Los autores declaran no haber recibido ninguna financiación para la realización de este trabajo.
Citación: Parra-Valencia E, Ortega-Mondaca D, Cornejo-Arriagada B, Urra-Canales A. Harassment and discrimination in medical students. Medwave 2016 Nov;16(10):e6684 doi: 10.5867/medwave.2016.10.6684
Fecha de publicación: 25/11/2016
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