INTRODUCCIÓN
Entre los problemas de salud que padece la humanidad las infecciones de transmisión sexual ocupan un lugar destacado. Se trata de enfermedades muy frecuentes, provocan sufrimiento e incapacidad a los afectados originando un número considerable de complicaciones y secuelas graves. Estas infecciones no se distinguen por su elevada letalidad, aunque algunas de ellas como la infección por el virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida provocan un número notable de defunciones, lo que ocurre también con la hepatitis B
OBJETIVO
Ampliar los conocimientos sobre algunas características de las infecciones de transmisión sexual para evaluar su efectividad en un grupo de adolescentes de la Escuela Técnica Profesional Bernabé Boza, en el municipio de Camagüey
MÉTODO
Se realizó un estudio de intervención con evaluación antes y después (pre-post) en la Escuela Técnica Profesional Bernabé Boza desde enero hasta junio de 2012. El universo fue de 120 estudiantes que conformaron la totalidad de la matrícula del segundo año, coincidiendo con la muestra, la que fue seleccionada de forma intencional por el equipo de investigadores
RESULTADOS
Predominaron los adolescentes de 16 años del sexo femenino. Los conocimientos de los adolescentes aumentaron en forma clara después de la intervención respecto de las características de las infecciones de transmisión sexual (71,7% versus 95,8%, p<0,0001), sus vías de transmisión (de 74,2% a 100%, p<0,0001) y formas de prevenirlas (de 20% a 91,7%, p<0,0001)
CONCLUSIONES
Una vez terminada la aplicación del programa educativo, se elevó significativamente el nivel de conocimiento en los jóvenes, por lo que es un importante instrumento para informar a este grupo etario sobre esta temática
Las infecciones de transmisión sexual están comprendidas dentro del grupo de afecciones contagiosas que se propagan principalmente por contacto sexual. En la actualidad han cobrado auge debido al desconocimiento los adolescentes sobre las mismas y por la iniciación temprana de las relaciones sexuales. Esta etapa de la vida enmarca una serie de cambios y bruscas transiciones, donde se toman las primeras decisiones definitorias y se aprende a asumir el mundo. Por estas razones, los adolescentes constituyen un grupo ideal para la promoción de salud en ambos sexos[1].
Las infecciones de transmisión sexual y el virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida constituyen un grave problema de salud a nivel mundial. Cuba no está exenta de esta problemática, lo que resulta preocupante si se considera que los adolescentes y adultos jóvenes son los grupos más vulnerables para padecer estas infecciones[2]. Los jóvenes entre 12 y 24 años conforman en la actualidad la población más grande de todos los tiempos, con un total de 1,5 billones. Esta generación se encuentra expuesta a problemas de salud propios de la edad y de la realidad social contemporánea, como los trastornos alimentarios, alcoholismo, drogadicción, infecciones de transmisión sexual y embarazo adolescente no planeado[3].
Las infecciones de transmisión sexual dependen más que ninguna otra epidemia actual del comportamiento humano, es por eso que la prevención y la promoción de salud en esta esfera rebasan los marcos de la salud para ser un problema y una responsabilidad de todos los sectores de la sociedad[4],[5]. Los jóvenes pueden frenar la pandemia. Para que lo logren, es preciso que en todos los niveles y sectores de la sociedad se asuman compromisos y se pase a la acción para asegurar que ellos posean los conocimientos, actitudes y medios para prevenir la infección por el virus de inmunodeficiencia humana, proteger su salud reproductiva y se establezcan ámbitos de apoyo libres de estigmas y discriminación[6] .
Muchos son los esfuerzos realizados en este sentido, a partir de la implementación de diferentes programas de educación sexual y de las iniciativas emprendidas en los centros educacionales. Sin embargo no han resuelto totalmente las dificultades existentes y aún persisten problemas, pues continua existiendo falta de conocimiento, mitos, tabúes y estereotipos en un aspecto tan importante como es la sexualidad en la sociedad cubana[7],[8].
En Cuba se notifican al año entre 40 y 50 mil casos de infecciones de transmisión sexual, con tendencia al incremento. La provincia de Camagüey no escapa de este problema y, aunque se tiende a reducir su incidencia, aún es alto el número de personas no controladas y con comportamiento sexual de riesgo.
Estas y otras dificultades se mantienen actualmente a nivel nacional y en la provincia de Camagüey. También están reflejadas en las actitudes y relaciones de los adolescentes y jóvenes, por lo que se impone continuar trabajando por elevar la educación en la prevención de infecciones de transmisión sexual/virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida y propiciar cambios de actitudes que permitan adoptar estilos de vida cada vez más responsables[9].
Las acciones de promoción de salud que favorezcan la conducta sexual responsable que pretendan disminuir las infecciones de transmisión sexual en la adolescencia, requieren responsabilidades y esfuerzos compartidos entre los individuos, familias, organizaciones sociales, sistema de salud y sistema educacional[10].
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, las enfermedades de transmisión sexual se convierten en uno de los objetivos estratégicos de mayor prioridad en la población adolescente. A través de su reducción, se pueden lograr nuevas transformaciones en el estado de salud de este grupo etario tan vulnerable a la adquisición de estas enfermedades. Es nuestro deseo que esta intervención educativa contribuya modestamente a determinar el nivel de conocimiento sobre infecciones de transmisión sexual en un grupo de adolescentes de la Escuela de Enseñanza Técnica Profesional Bernabé Boza.
Se realizó un estudio de intervención con evaluación antes y después (pre-post), para ampliar los conocimientos sobre algunas características de las infecciones de transmisión sexual en un grupo de adolescentes de la Escuela Técnica Profesional Bernabé Boza del municipio de Camagüey. La aplicación de diagnóstico se realizó en enero de 2012 y la intervención se efectuó hasta junio del mismo año, concluyendo con la evaluación final.
El universo de estudio estuvo constituido por 120 estudiantes que conforman la totalidad de la matrícula del segundo año, coincidiendo así con la muestra. Por lo tanto es una muestra no probabilística de tipo intencional.
Criterio de inclusión: todos los adolescentes pertenecientes al segundo año de la Escuela Técnica Profesional Bernabé Boza.
Criterio de exclusión: los adolescentes de la Escuela Técnica Profesional Bernabé Boza que pertenecen al primer y tercer año; presentar alguna enfermedad invalidante; prohibición de los padres en su participación a través de la negación del consentimiento informado.
Análisis estadístico
Se procedió a realizar la medición de los niveles de conocimiento de los estudiantes para determinar sus variaciones en la semana 24 (6 meses). Se aplicó la prueba de McNemar, la cual permite medir una misma característica en más de una ocasión para cada uno de los individuos que se incluyen en una investigación. En estos casos, el interés se centra en comparar si las mediciones efectuadas en dos momentos diferentes (normalmente antes y después de alguna intervención) son iguales o si, por el contrario, se produce algún cambio significativo[11].
Los resultados fueron registrados en protocolos elaborados para esos efectos. Se trabajó con un intervalo de confianza de 95% y un valor p<0,05.
Metódica
La investigación se realizó en tres etapas: diagnóstica, intervención y evaluación.
En una primera etapa, para la ejecución de este estudio se estableció comunicación con los estudiantes con el fin de lograr su participación, lo que quedó validado a través del consentimiento informado.
Las variables estudiadas fueron: edad, sexo, conocimiento sobre las infecciones de transmisión sexual, vías por la que éstas se transmiten, así como medidas de prevención.
Los 120 estudiantes seleccionados participaron bajo la tutoría del equipo de investigadores. Como lugar para dichos encuentros se escogió el centro de estudio, en el horario después de la docencia. La intervención se fundamentó en el cumplimiento de un programa educativo compuesto por las siguientes sesiones y temas:
Se utilizaron técnicas participativas tales como lluvia de ideas y reflexión, debate, charlas educativas, dinámicas grupales, así como entrega de folletos. Se realizó un plan de acción en el que se describieron las actividades realizadas. Los datos primarios se procesaron en una microcomputadora Pentium IV, mediante el programa estadístico XLSTAT 3.02.
Según la distribución sexo-edad de los adolescentes, predominó el sexo femenino con 75 adolescentes (62,5%) en relación al sexo masculino con 45 (37,5%). Lo mismo sucede con las edades comprendidas entre 15 y 16 años en ambos sexos, en que es más significativo el femenino de 16 años con 40 jóvenes (53,3%), tal como se muestra en la Tabla I.
Según la Tabla II, se comprobó el nivel de conocimiento en relación a las diversas infecciones de transmisión sexual existentes antes de la realización de la intervención educativa. El 71,7% (86 adolescentes) respondió de manera adecuada. Una vez realizadas las actividades educativas, los jóvenes mostraron niveles de conocimientos satisfactorios, de los cuales 95,8% respondieron de manera correcta, mostrándose una significación estadística de p<0,0001.
La Tabla III muestra el nivel de conocimiento sobre las vías de contagio de las infecciones de transmisión sexual antes de la intervención, en que 74,2% de los adolescentes respondió de forma adecuada. Luego de aplicada la misma, 100% de los estudiantes respondió en forma correcta, con lo que se alcanzó valor p<0,0001.
En relación a las principales medidas para evitar las infecciones de transmisión sexual antes de la intervención educativa, sólo 20% (24 adolescentes) mostró conocimientos adecuados. Al término de la misma se logró elevar este indicador con 91,7% de respuestas positivas, logrando una diferencia significativa (p<0,0001). Véase Tabla IV.Según reportes de la Organización Mundial de la Salud, la actividad sexual entre adolescentes se ha incrementado en el mundo en 25% alrededor de los 15 años. Por estas razones, y cada vez con más fuerza, se ha hecho evidente la necesidad de estudiar la prevalencia de estas actividades en estas edades. Otro aspecto relevante es destacar las motivaciones por las cuales los adolescente deciden ser sexualmente activos, entre ellas placer físico, como medio de comunicación, indicador de maduración, una forma de igualarse a sus compañeros, desafío hacia los padres y a la sociedad, escape a la soledad o huidas de las tensiones. Esto permitiría ayudarlos a identificar sus propios factores de riesgo, intereses que son coincidentes con los de nuestro trabajo[11],[12].
Fernández Atanay realizó un estudio en un área de salud en el municipio Camagüey con adolescentes, donde se observan hallazgos similares y logrando al término de la intervención educativa un buen nivel de conocimiento en 100% de los participantes, lo que coincide con esta investigación[13] .
Chacón Asusta L.[14] plantea en su investigación que es evidente que en Cuba los adolescentes reciben información acerca de sexualidad, tal como ocurre con los encuestados en nuestro trabajo que en su centro de estudio se comunican con profesores y la psicopedagoga del centro. Sin embargo, se debe apoyar con investigaciones de intervención educativa para aumentar sus niveles de conocimientos.
Resultado similar recoge Acosta Acuña en su estudio de 2008, en mujeres adolescentes de un consultorio del área de salud este. Se observó que sólo 30,2% tenía un concepto acertado de las infecciones de transmisión sexual antes de la intervención y después de realizada logró aumentarse a 98,4%[15].
Es natural que una capacitación impartida por personal preparado que conoce los problemas de la comunidad, sea siempre mejor que aquella a la que acceden los adolescentes a través de los medios de comunicación, amigos o familiares. Por su parte llama la atención el hecho de que en México, de las 105 enfermeras encuestadas en su estudio sólo 32% conoce las vías de contagio. Ello se asocia a la inexistencia de una estrategia sistemática para brindar información en esta materia. Otra dificultad que se encontró en este tema es el tabú, que constituye una barrera cultural y educativa para el conocimiento de las infecciones de transmisión sexual porque no les permite a las personas identificarse adecuadamente con el tema[16].
Apreciamos que no existieron tantas dificultades al identificar las principales manifestaciones clínicas. Algunos adolescentes se refirieron a síntomas inespecíficos como el dolor abdominal bajo y ardor al orinar, no concordando con Gutiérrez y Nápoles[17],[18]. Toledano Grave de Peralta Y., refirió en 2006 un alto nivel de conocimientos en adolescentes guatemaltecos del Instituto de Magisterio de Fray Bartolomé sobre medidas de prevención basadas en el uso del condón, por ser la más conocida por ellos, señalándola como la conducta más útil. Al ser la prevención el método más eficaz en la lucha contra las infecciones de transmisión sexual, se necesita que todo el mundo se sienta implicado y se muestre solidario. Esta contienda debe recaer en la responsabilidad de cada uno y en la solidaridad de todos[19],[20].
Aulander[21] y Bailey[22] plantean que tradicionalmente la educación sexual ha sido brindar información sobre anatomía humana, reproducción y enfermedades transmisibles sexualmente, enfatizándose muy poco en los aspectos relacionales y éticos de la conducta sexual. Esto no coincide con nuestro estudio, donde se aprecia que este aspecto ha sido manejado con los adolescentes.
Predominaron las adolescentes de 16 años del sexo femenino. Los resultados obtenidos evidencian la utilidad de los estudios de intervención, al lograrse un incremento significativo en el nivel de conocimiento de los adolescentes sobre las infecciones de transmisión sexual, la vía de transmisión, así como las medidas de prevención de las mismas. Se elevó significativamente el nivel de conocimiento una vez terminada la aplicación del programa educativo. En consecuencia, este programa sirve como un instrumento importante para incrementar el conocimiento sobre esta temática en estos grupos de alto riesgo.
Conflicto de intereses
Los autores han completado el formulario de declaración de conflictos de intereses del ICMJE traducido al castellano por Medwave, y declaran no haber recibido financiamiento para la realización del artículo; no tener relaciones financieras con organizaciones que podrían tener intereses en el artículo publicado, en los últimos tres años; y no tener otras relaciones o actividades que podrían influir sobre el artículo publicado. Los formularios pueden ser solicitados contactando al autor responsable o la revista.
Aspectos éticos
El presente trabajo fue analizado por el Comité de Ética de la Facultad de Tecnología de la Salud, Camagüey. El Comité de Ética concluyó que el estudio reúne los requisitos para su ejecución, siendo aprobado y avalado mediante la emisión del certificado correspondiente, el que puede ser solicitado al autor principal o a la revista. Todos los participantes expresaron por escrito su consentimiento informado.
INTRODUCTION
Sexually transmitted diseases are among the leading health problems of humankind. They are highly prevalent diseases that cause distress, disability and significant severe complications. These infections do not have high mortality rates in general, with the exception of Human Immunodeficiency Virus/Acquired Immunodeficiency Syndrome, and Hepatitis B that cause a significant number of deaths
OBJECTIVE
To improve the level of knowledge about sexually transmitted diseases among a group of teenagers of Bernabé Boza Technical School, county of Camagüey, and assess the effectiveness of the intervention
METHODS
Knowledge assessments were conducted before and after the intervention in Bernabé Boza Technical School between January and June 2012. The sample universe was 120 students who comprised the complete second year enrollment
RESULTS
There was a predominance of female sixteen-year-old teenagers. The knowledge level about features of sexually transmitted diseases increased significantly after the intervention among the teenagers in the study (71.7% versus 95.8% p<0.0001), route of infection (74.2% versus 100% p<0.0001), and prevention (20% versus 91.7% p<0.0001)
CONCLUSION
The educational intervention increased significantly the level of knowledge about sexually transmitted diseases among the teenagers, Thus, this is an important educational tool in this age group
Citación: Dair R, Alonso A, Cruz M, Barbé A, García M. Sexually transmitted diseases: educational intervention among teenagers in a technical-professional teaching center. Medwave 2014;14(1):e5891 doi: 10.5867/medwave.2014.01.5891
Fecha de envío: 30/9/2013
Fecha de aceptación: 13/1/2014
Fecha de publicación: 22/1/2014
Origen: no solicitado
Tipo de revisión: con revisión por dos pares revisores externos, a doble ciego
Citaciones asociadas
1. Editores. Masthead Jan/Feb;14(1). Medwave 2013;14(1):e5899. | Link |
Nos complace que usted tenga interés en comentar uno de nuestros artículos. Su comentario será publicado inmediatamente. No obstante, Medwave se reserva el derecho a eliminarlo posteriormente si la dirección editorial considera que su comentario es: ofensivo en algún sentido, irrelevante, trivial, contiene errores de lenguaje, contiene arengas políticas, obedece a fines comerciales, contiene datos de alguna persona en particular, o sugiere cambios en el manejo de pacientes que no hayan sido publicados previamente en alguna revista con revisión por pares.
Aún no hay comentarios en este artículo.
Para comentar debe iniciar sesión