Para que la mantención y cuidado del instrumental sea óptimo, se debe recordar que el lavado, es decir, la limpieza, es lo más importante. El objetivo del lavado es reducir el número de microorganismos en el instrumental.
Una vez que el instrumental ha sido utilizado, terminada la cirugía, se debe trasladar inmediatamente al área de lavado, para lo cual se debe disponer de un recipiente con tapa adecuada; se debe manipular con cuidado el material cortopunzante (tijeras, agujas, trócares y punzones); se debe abrir las mandíbulas del instrumental, con o sin cremallera; y se debe desarmar el instrumental ensamblable, tales como pinzas y tijeras.
Para el lavado se debe utilizar un detergente enzimático, que tiene las propiedades de disolver y digerir sangre, restos de mucosa, material fecal, proteínas y todo resto de materia orgánica, además de remover la suciedad. Es muy importante que este detergente enzimático se prepare con agua destilada, porque si el instrumental queda en contacto con soluciones salinas se expondrá a la oxidación, debido al alto poder corrosivo de éstas.
El instrumental se debe organizar de acuerdo a consistencia, peso y fragilidad y se debe revisar minuciosamente para determinar el grado de limpieza y detectar instrumentos despuntados, oxidados o con pérdida de capacidad funcional, el deterioro de articulaciones y cremalleras, corte deficiente, etc., lo que los va a inhabilitar para ser utilizados en cirugía. Después del lavado, el instrumental se debe enjuagar con agua destilada, eliminando la materia orgánica de las mandíbulas de pinzas, trócares y punzones que se usaron hasta el final de la cirugía.
La preparación del instrumental se realiza por set; por ejemplo, hay cajas de cirugía laparoscópica para colecistectomía, cirugía de hernia o ginecología; esta disponibilidad por set permite disponer del material con prontitud y rapidez.
Es importante registrar en un libro los incidentes que ocurran con este instrumental durante la operación, además del tipo de intervención y el cirujano responsable, lo que permitirá controlar el tiempo de vida útil del instrumental, que está relacionado con la complejidad y número de operaciones y con la calidad del producto. Un registro ordenado permite detectar e identificar a un equipo quirúrgico que rompe los protocolos de manipulación y conservación del material, en función de una determinada cirugía.
Algunos puntos importantes en el manejo del material son:
Antes de todo este proceso se hace un prelavado del instrumental, para lo cual se introducen todos los elementos en un contenedor, disponiendo el instrumental más pesado abajo y lo más delicado arriba; existen pequeñas cajas para poner las cosas más delicadas, de tal modo que no se pierdan o caigan por las ranuras. Luego se enjuaga todo con una pistola de agua que funciona a presión y que también sirve para lavar los lúmenes, de forma que no queden restos orgánicos (en todo lo que tenga lumen se introduce agua a presión). En esta etapa no se desarma nada.
Cuando se lava el instrumental, ahí se empiezan a desarmar los elementos desarmables, cuyas partes se van sumergiendo en una solución con detergente enzimático: las pinzas, las agujas de Veress, que se destornillan, dejando todo lo delicado en un receptáculo más pequeño (tornillitos, etc); los trócares, que se desarman por completo; la cánula de aspiración, cuya válvula se saca retirando unos pequeños tornillos, para que no quede ningún microorganismo entre medio; las pinzas click-line, que tienen tres partes, incluyendo un mango (que se saca presionando un pequeño botón) y el inserto con su tubo exterior, que también se debe sacar y lavar, porque ahí pueden quedar microorganismos; y el aplicador de clip, que se desarma sacando el mango, su inserto y el tubo exterior.
Todo esto se va dejando sumergido en la solución enzimática y después se lava cada pieza con una escobilla de cerdas blandas. No se debe usar ningún corrosivo; antiguamente se usaban esponjas, pero actualmente se usan cepillos para lavar las partes más pequeñas y los tubos se lavan con un hisopo. El enjuague se hace pieza por pieza.
Luego se seca el instrumental, pasándole una compresa hasta eliminar toda la humedad y utilizando jeringas para introducir aire comprimido en los lúmenes. Una vez que todo está seco, se vuelve a armar, teniendo cuidado de no perder ninguna pieza. El instrumental tiene que quedar completamente armado para volver a ser utilizado en otra cirugía.
Después de que el instrumental ha sido lavado, enjuagado, secado y envuelto, se va a un área de preparación y luego a unas máquinas en las que se almacena el instrumental estéril, ya preparado, por especialidad. Un operador organiza el instrumental.
Citación: Soto MI. Maintenance, care and preparation of laparoscopic instrumentation. Medwave 2005 Dic;5(11):e2705 doi: 10.5867/medwave.2005.11.2705
Fecha de publicación: 1/12/2005
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