Este texto completo es la transcripción editada de una conferencia dictada en el marco de la I Jornada Internacional de Enfermería Gerontológica y Geriátrica de la V región, organizada por el Colegio de Enfermeras de Chile, y realizada en Valparaíso el 3 y 4 de noviembre de 2006.
Por convención de Naciones Unidas, se entiende por adulto mayor a toda persona mayor de 60 años. Este grupo de edad ha ido creciendo en forma acelerada: en el año 2005, 672 millones de personas eran adultos mayores, es decir, 1 de cada 10 personas, mientras que para el año 2050 la proyección mundial señala que dos billones de personas serán adultos mayores, es decir, 1 de cada 5 personas, con una clara diferencia de género, porque la esperanza de vida al nacer es 67,7 años en las mujeres y 63,2 años en los hombres, de tal forma que en el año 2005 hubo 67 millones más mujeres que hombres entre los adultos mayores. Esta brecha de género se incrementa con la edad: en los mayores de 80 años existe el doble de mujeres que hombres y en los mayores de 100 años, 4 de 5 personas son mujeres. Por otra parte, la fertilidad ha disminuido a nivel mundial: en el período 2000-2005, 84 países, que dan cuenta de la mitad de la población mundial, tuvieron tasas de fertilidad iguales o inferiores a las necesarias para reemplazar a la población existente, lo que significa que la población está disminuyendo en casi 50% de los países del mundo. De lo expuesto se deduce que en los próximos años, en algunos países del mundo la población va a disminuir y en todos los países va a envejecer (Peggy Kelly, Programa de Envejecimiento de Naciones Unidas, Nueva York, 2006).
Existe gran preocupación por este tema, que se analizó en la asamblea de las Naciones Unidas de Nueva York, en1999, con respecto a los países desarrollados; en Madrid, en el año 2002, la discusión se centró en los países en desarrollo; y en la reunión regional realizada en Santiago de Chile en el año 2003, el tema se enfocó en los países iberoamericanos.
El incremento de la longevidad proviene de las regiones en desarrollo, en las cuales el promedio de vida aumentó, entre 1950 y 2000, en 21,4 años en los hombres y 23,2 años en las mujeres; en cambio, en el mismo período, en las regiones desarrolladas el incremento fue de 8,4 años para los hombres y 10,8 años para las mujeres. La diferencia se debe a que el punto de partida es distinto, ya que en 1950 la esperanza de vida era mayor en los países desarrollados (68,5 años) que en los países en vías de desarrollo (42 años), de modo que en éstos, los hombres y mujeres vivirán en promedio 15 años más que hace 50 años (Peggy Kelly, Programa de Envejecimiento de Naciones Unidas, Nueva York, 2006).
La Fig. 1 muestra la esperanza de vida al nacer en Chile, la que ha aumentado a través de los años: en 1920 era 31,5 años, en el año 2000 fue 77,36 años y la estimación para 2030 es 87,3 años. Sin embargo, para el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) lo importante no son los porcentajes, sino el número real de adultos mayores actuales y su proyección a corto plazo, ya que estas personas necesitarán un sistema de atención especializado, que en este momento no está suficientemente desarrollado.
Figura 1. Evolución de la esperanza de vida al nacer en Chile.
Como se muestra en la Fig. 2, en el año 2000 había en Chile 1.500.000 adultos mayores; en 2025 habrá 3.800.000 y para 2050 se proyectan 6.000.000; la cifra se duplica aproximadamente cada 25 años. Con la actual tasa de fertilidad y natalidad, la población chilena actual, de 16.000.000 de habitantes, subirá a 19.000.000 en el año 2025. En el censo del año 2002 se contabilizaron 1.700.000 adultos mayores y la cifra estimada para el año 2006 es de 2.070.721.
Figura 2. Población de adultos mayores en Chile.
El porcentaje de adultos mayores, que se obtiene de la cifra absoluta de la población mayor de 60 años dividido por la población total, crece en forma acelerada y se estima que en el año 2025 llegará a 20% (Fig. 3) (Datos INE, 2004).
Figura 3. Porcentaje de adultos mayores en Chile.
El índice de envejecimiento relaciona a los mayores de 60 años con los menores de 15 años, expresado en porcentaje; se estima que entre los años 2020 a 2023 el número de adultos será, por primera vez, mayor que el número de menores de 15 años, es decir, en el 2020 se necesitarán más geriatras que pediatras y más establecimientos de larga estadía para adultos mayores que escuelas para niños. En algunas comunas ya se están cerrando escuelas, lo que indica que ya estamos en presencia de un cambio en la estructura poblacional (Fig. 4) (Datos, INE, 2004).
Figura 4. Indice de envejecimiento.
En cuanto a la diferencia de género, las mujeres viven en promedio 6 años más que los varones, lo que también ocurre en Chile; esta diferencia aumenta a medida que se envejece, lo que significa que los hombres mueren más tempranamente (Fig. 4).
Figura 5. Porcentaje de población adulta mayor por género.
En el año 2025 habrá aumentado no sólo el número global de adultos mayores, sino también el número de personas mayores de 75 y 85 años, lo que obliga a repensar la actual política en torno al adulto mayor. En este contexto, el SENAMA es un servicio nuevo, que se creó por ley en el año 2002, empezó a funcionar en 2003 y hasta la fecha ha realizado un conjunto de esfuerzos dirigidos a mejorar la conexión del adulto mayor con los distintos sectores: salud, vivienda, educación, además de ir generando líneas de trabajo.
Figura 6. Principales características del envejecimiento en Chile. Diferencias por rangos de edad.
Línea de trabajo I: fortalecer la asociatividad
El primer desafío es fortalecer la asociatividad y promover la ciudadanía activa del adulto mayor. La política vigente se ha centrado en este objetivo y, como primera medida, se está aumentando en forma sistemática el financiamiento de los fondos concursables; en 2006, de casi 5000 proyectos presentados se aprobaron 2000 proyectos, con un presupuesto cercano a 2 millones de dólares, que crecerá en el año 2007.
En cuanto a los fondos concursables, el año 2006 se realizó un plan piloto destinado a municipios rurales de cuatro regiones, que en 2007 se implementará en nuevas regiones. Para fomentar la asociatividad, para que un proyecto sea aprobado se exige que los adultos mayores estén asociados en organizaciones como clubes de adultos mayores, que no sólo existan en términos de cercanía o cotidianeidad, sino que estén jurídicamente reconocidos.
A partir del año 2006 el SENAMA puso en práctica 13 escuelas permanentes para el desarrollo de dirigentes, una por cada región, siendo distinta una de otra, ya que cada una ha generado su propia estructura y programas; por lo tanto, el nacimiento de las escuelas es participativo desde sus comienzos.
La tercera línea de trabajo en el fortalecimiento de la asociatividad es promover la participación ciudadana y el empoderamiento en los municipios, lo que se está haciendo en forma intensiva en 20 comunas pilotos del país, tres de las cuales son de la quinta región, Valparaíso, San Felipe y San Antonio. La idea no es que los adultos mayores salgan a tomarse el poder, ni que los municipios cedan poder a los adultos mayores, sino que ambas instancias generen un balance de poder distinto al que existía hasta este momento. Este empoderamiento apunta a que los adultos mayores no sólo sean informados, consultados o encuestados, sino que participen en forma activa en los procesos de toma de decisiones, que es el nivel más alto de empoderamiento.
Línea de trabajo II: Desarrollar la protección social
Para desarrollar la visión de protección social del adulto mayor, durante el año 2006 se produjo un incremento en las pensiones asistenciales y de vejez, las que aumentarán en forma significativa en el año 2007; además, a partir de 2006 existe acceso automático a las pensiones asistenciales, es decir, no es necesario inscribirse en una lista de espera en las Intendencias, sino que todo adulto mayor que cumpla con los requisitos pasa automáticamente a recibir la pensión asistencial; finalmente, se está revisando la ficha CAS 2, para introducir el concepto de situación económica vulnerable, que es diferente a la situación de pobreza.
También se están promoviendo acciones relacionadas con la programación del retiro o jubilación. Un aspecto básico, que no existe en nuestro país, salvo en los niveles socioeconómicos más altos y en las empresas, es preparar a las personas para la jubilación y el retiro. Los programas de outplacement existen sólo en las empresas extranjeras que están en Chile, pero el SENAMA está empezando a promover estas acciones desde el Estado para que luego se puedan presentar como modelo al servicio privado. Mientras, se están realizando estudios para detectar dónde y cómo se realiza la programación del retiro o jubilación en el sector público y privado.
Otro desafío es contribuir a la descripción de las necesidades del adulto mayor; en febrero del año 2006 se realizó el primer estudio de canasta básica, que permite conocer cuál es la estructura de consumo y gastos de este grupo etario. Finalmente, el SENAMA está estudiando y creando un sistema de acreditación de las instituciones de larga estadía, ya que actualmente sólo existe un catastro que señala la ubicación y las condiciones que ofrecen estos establecimientos, pero esta información debe ser verificada, o sea, certificar que existe. Es importante que la certificación y acreditación de los establecimientos de larga estadía no sólo sea en cuanto a su infraestructura, sino también en lo que se refiere a las competencias profesionales de quienes trabajan en estos establecimientos. Estas certificaciones tendrán una cierta duración y estarán siendo revisadas en forma sistemática, para mantener vigente la acreditación.
Línea de trabajo III: derechos del adulto mayor
Una tercera línea de trabajo es desarrollar la visión de los derechos del adulto mayor. Las Naciones Unidas han establecido un conjunto de derechos humanos, que deben ser respetados para todas las personas, no importa su edad; pero, así como existen derechos declarados para los niños y para la mujer, no existen derechos declarados para los adultos mayores, sólo hay principios, los cuales pueden ser acogidos o no por los países. Chile los ha acogido, pero estos principios son no vinculantes, es decir, no obligan a los países a cumplirlos, por lo tanto, si no existe esta normativa internacional, el país tiene que generar una normativa de protección específica a los sectores más vulnerables, dentro de los cuales está el adulto mayor.
En este contexto, se ha hecho una propuesta de cambio de la ley 20.066, sobre violencia intrafamiliar. En este minuto, si alguien ejerce violencia sobre un niño o una mujer es castigado por esta ley, pero esto no ocurre si alguien ejerce violencia sobre un adulto mayor; en ese caso los jueces se declaran incompetentes, porque no existe el adulto mayor como una figura dentro del modelo de la violencia intrafamiliar. La propuesta es que el adulto mayor esté identificado en la ley.
El segundo desafío al respecto es tipificar el abuso patrimonial, que es el engaño a que se somete a los adultos mayores, por ejemplo, cuando se les hace firmar documentos para cobrar sus pensiones. Otro desafío es identificar el abandono y aislamiento, para lo cual se debe realizar un catastro y saber quiénes son los adultos; se sabe cuántos adultos mayores viven solos, pero no se sabe quiénes son ni dónde están, por lo tanto, no se pueden generar procedimientos para protegerlos, como en los países desarrollados, donde hay sistemas de voluntariado, apoyo y teleasistencia que permiten llamarlos por teléfono cada ciertas horas y movilizar toda una red, en caso que no haya respuesta. En algunos casos los parientes se enteran de que un adulto mayor falleció cuando los vecinos lo comunican a la prensa, lo que es desastroso y doloroso. El SENAMA ha generado un mecanismo telefónico llamado fono atención, que permite responder a las consultas con respecto a los derechos del adulto mayor y coordinar acciones con los niveles comunales, en caso necesario.
Línea de trabajo IV: fortalecer la imagen del valor social del AM
Desde el punto de vista social y cultural, el adulto mayor es mirado en torno a su vulnerabilidad, más que a sus fortalezas. Parte del trabajo del SENAMA tiene como objetivo fortalecer la imagen del valor social; para esto se han realizado seis encuentros intergeneracionales, con el objetivo de buscar el posicionamiento del adulto mayor en todas las facetas de la sociedad. Actualmente se están revisando los textos de estudio que reciben los escolares de educación básica para cambiar los contenidos en este aspecto, de modo que el valor social del adulto mayor se inculque desde la niñez. También se están realizando tres estudios sobre el tema del voluntariado, trabajo que está poco desarrollado en Chile.
Línea de trabajo V: fortalecer el conocimiento sobre el AM
La última línea de trabajo se dirige a fortalecer el conocimiento existente sobre el adulto mayor chileno para así orientar la política pública, que al inicio se basó sólo en datos generales, impresiones y juicios técnicos. En este sentido, una de las primeras acciones realizadas en el año 2006 fue crear, dentro del SENAMA, una Unidad de Estudios. También se está fomentando el desarrollo de una masa crítica de profesionales vinculados al trabajo con el adulto mayor, ya que existe déficit de geriatras, enfermeras (os) geriátricas (os) y profesionales de prácticamente todas las áreas; por ejemplo, en Chile no existen psicólogos clínicos especialistas en la atención del adulto mayor.
Este texto completo es la transcripción editada de una conferencia dictada en el marco de la I Jornada Internacional de Enfermería Gerontológica y Geriátrica de la V región, organizada por el Colegio de Enfermeras de Chile, y realizada en Valparaíso el 3 y 4 de noviembre de 2006.
Citación: Zapata R. The great challenges of the XXI Century - policies and guidelines of SENAMA. Medwave 2007 Mar;7(2):e2745 doi: 10.5867/medwave.2007.02.2745
Fecha de publicación: 1/3/2007
Nos complace que usted tenga interés en comentar uno de nuestros artículos. Su comentario será publicado inmediatamente. No obstante, Medwave se reserva el derecho a eliminarlo posteriormente si la dirección editorial considera que su comentario es: ofensivo en algún sentido, irrelevante, trivial, contiene errores de lenguaje, contiene arengas políticas, obedece a fines comerciales, contiene datos de alguna persona en particular, o sugiere cambios en el manejo de pacientes que no hayan sido publicados previamente en alguna revista con revisión por pares.
Aún no hay comentarios en este artículo.
Para comentar debe iniciar sesión