La ética del cuidado tiene que ver con la valoración de la intimidad de la persona como ser único, que toma decisiones desde sus propios ideales, mitos, símbolos y visión de la realidad. La ética trata de alcanzar aquello que va más allá de los intereses particulares y de la condición del hombre como ser vivo; es la ciencia de la moral, se considera ético todo aquello que sea moralmente aceptable.
Gracias a la generación de profundas transformaciones en el sector de la salud, en los últimos años la enfermería ha avanzado con decisión para convertirse en una disciplina acorde al progreso científico y tecnológico, que aplica conceptos modernos e integrales en docencia, investigación, administración y asistencia para ofrecer un servicio de calidad y con sólidos componentes éticos.
La enfermería se define como una profesión de servicio; la sociedad identifica claramente su actividad como de ayuda al cuidado de la salud de las personas (1), a pesar de lo cual la relación entre enfermeras y personas, enfermas o sanas, no ha sido tan estudiada como la relación médico-paciente, que se aborda con mayor frecuencia (2). Aunque su calidad de ciencia es discutible, en los últimos veinte años la enfermería ha evolucionado notablemente como disciplina científica y hoy se acepta que posee dos dimensiones: ciencia y aplicación práctica de los descubrimientos científicos, es decir, se acepta que su práctica se basa en un conjunto de conocimientos derivados de la ciencia (3).
El desarrollo científico y técnico de los profesionales de Enfermería en Cuba les ha permitido alcanzar niveles superiores en la comprensión de los valores humanistas de la profesión, con base en la valoración de cada paciente como punto de partida para el tratamiento, considerando al enfermo o persona no como objeto, sino como sujeto de la relación de salud. Este concepto implica que se considera a la persona como un elemento necesario, activo, responsable y capaz, cuyos sentimientos, emociones e ideas deben ser considerados por los profesionales de la salud en el momento de ejercer su labor con el fin de entregar una atención integral.
La palabra ética deriva del griego ethos, que quiere decir costumbre; a su vez moral deriva del latín mos, que también significa costumbre. James F. Drane, filósofo español, considera que ethos hace referencia a la actitud de la persona hacia la vida. En un principio significó una morada o lugar de habitación; más tarde, en la época de Aristóteles el término se personalizó para señalar el lugar íntimo, el sitio donde se refugia la persona, como también lo que hay allí dentro, la actitud interior. Así, ethos es la raíz o la fuente de todos los actos particulares.
Hipócrates, hace más de 2500 años postuló una serie de normas morales que regulan la relación del médico con el paciente, la que ha tenido pocos cambios hasta la actualidad; en ella se excluye a lo social como elemento de peso para la toma de decisiones clínicas, las cuales quedan a criterio únicamente del médico, quien decide lo que es bueno o malo para el paciente, mientras éste mantiene un rol pasivo y espera y cumple pacientemente lo que el médico dictamine. La escasa variabilidad en los preceptos hipocráticos durante cientos de años contrasta con el acelerado desarrollo de la sociedad, la medicina y los servicios de salud. En este contexto surge la bioética, como resultado de un proceso de investigación filosófica tras el cual el pensamiento médico se ve profundamente penetrado por el aspecto social del enfermo y la enfermedad. Esta nueva visión permite solucionar problemas de salud muy complejos, convirtiendo a la ética médica en una disciplina revolucionaria (4).
La ética clínica, uno de los componentes de la ética médica, incorpora el criterio del paciente y del resto de las personas que intervienen en el proceso asistencial, en el momento de decidir lo que se considera bueno o malo, justo o injusto; por lo tanto, valora su posición frente a los conflictos éticos que entrañan los procedimientos diagnósticos y terapéuticos disponibles en la actualidad gracias al desarrollo tecnológico (5).
El primer Código Internacional de Ética de Enfermería (CIE) se adoptó hace más de cuarenta años, en 1953 y se revisó en 1965. En 1973 el órgano de gobierno del CIE, el Consejo de Representantes Nacionales (CRN), adoptó el código actual y lo reafirmó en 1989. En 1974 se elaboró una serie de sugerencias para la aplicación, distribución y uso de los conceptos del Código. Este documento es ampliamente utilizado, ha servido de guía para los códigos nacionales de ética en todo el mundo y se considera como Código Nacional allí donde no se ha elaborado ningún otro. A continuación se enumeran los preceptos de este Código.
A la luz de lo expuesto, los valores que debe incorporar el profesional de enfermería son: el valor de la persona humana, su dignidad, la vida, la salud física, psicológica y espiritual, la relación solidaria con los demás, el ejercicio responsable de la autonomía, la confidencialidad, el bienestar individual y social, la unidad y participación de la familia, la veracidad, la rectitud, la honradez, el buen juicio en la toma de decisiones, el empeño por actualizar conocimientos y mantener la competencia y el buen uso y aprovechamiento de los recursos.
Estos valores se deben aplicar en todos los aspectos que son de responsabilidad de la enfermera/o en su ejercicio profesional: mantener la salud, restaurar la salud, evitar las enfermedades, aliviar el sufrimiento. La enfermera/o debe atender en primer término a aquellas personas que necesiten de sus servicios profesionales y mantener en el ejercicio profesional una conducta irreprochable, que prestigie a la profesión, sin olvidar que tiene responsabilidad legal por las acciones, decisiones y criterios que aplique en la atención de enfermería, directa o de apoyo, ya que la enfermería es una profesión independiente que contribuye con otras profesiones afines a proporcionar los cuidados de salud necesarios (7).
El 4 de Enero de 1984 se inicia el Plan del Médico y Enfermera de la Familia en el primer nivel de atención (9), con el objetivo de proporcionar al sistema de salud cubano un médico capaz de brindar asistencia a la mujer embarazada, luego seguir al niño en su desarrollo y comportamiento en el hogar y la escuela y, ya adulto, velar por su sano desempeño en la vida familiar y social, además de garantizar que reciba la debida atención durante la vejez. Esta iniciativa parte con la selección de diez jóvenes médicos de brillante trayectoria académica quienes, en noviembre de 1983, reciben un curso introductorio por espacio de quince días en el policlínico Lawton de la Ciudad de La Habana. Durante el mes de diciembre los diez seleccionados, junto a igual número de enfermeras se familiarizan con la comunidad y organizan junto a ella su futuro universo de trabajo. Esto constituye actualmente la célula básica del Sistema Nacional de Salud.
Tanto los iniciadores del hermoso proyecto como los miles de médicos y enfermeras de la familia que han seguido sus pasos a lo largo de estos veintitrés años han asumido funciones cada vez más ambiciosas, al punto de transformar la práctica de la Medicina Familiar en un nuevo paradigma de atención integral, que contempla al individuo, la familia, la comunidad y el ambiente, e integra todos los elementos en que se basa la felicidad del ser humano. En la práctica el trabajo se organiza en labores de prevención y curación que integran los aspectos biológico, psicológico y social, para un determinado número de habitantes. Esta regionalización permite mantener una estrecha vinculación con las instituciones de atención secundaria y terciaria del territorio correspondiente (10).
En 1958 existían en el país 826 enfermeras y auxiliares de enfermería; en 2008 existen más de 94.512, es decir, por cada enfermera que había en 1958 actualmente hay 114. Asimismo, en 1959 el país contaba con 8 modestas escuelas de enfermería; en 2008 cuenta con 24 politécnicos de la salud donde se forman enfermeras, 14 politécnicos de la salud sólo de enfermería y 2 escuelas emergentes, es decir, un total de 40 centros de formación de enfermeras que continuando sus estudios pueden alcanzar el título universitario de Licenciadas en Enfermería (12).
El perfeccionamiento del Plan de estudio de Licenciatura en Enfermería se inicia a finales de 2004, momento en que se analizan los principales problemas del currículo precedente y se pone en evidencia la necesidad de lograr una concepción más integral, acorde con el nuevo modelo formativo que exige una integración horizontal y vertical de las diferentes unidades curriculares. Para llevar a cabo este perfeccionamiento se parte por determinar el perfil profesional existente, a partir de investigaciones documentadas y del contexto local.
Sobre esta base se propone una nueva malla curricular, que mantiene la estructuración de la carrera en los tres niveles formativos: básico en el primer año, técnico en segundo y tercer año, y profesional en cuarto y quinto años, pero enfatiza la tendencia a la integración y coordinación interdisciplinarias. Por ejemplo, las asignaturas Fundamentos de Enfermería I y II, a diferencia de lo ocurrido en etapas precedentes no se imparten simultáneamente con los contenidos de Ciencias Básicas Biomédicas, ya que éstos se comienzan a entregar en los tres niveles: en el nivel básico, integrados a los programas de Fundamentos de Enfermería I y II; en el nivel técnico, en asignaturas de la disciplina de Morfofisiología, en la que cada una se corresponde en objetivos y contenidos con la asignatura de la disciplina de Enfermería que se imparte en el mismo semestre; y nivel superior, nuevamente integrados, en la asignatura de Enfermería de Urgencias.
Es importante señalar que en el segundo año de la Carrera se logra un diseño que favorece un elevado nivel de coordinación interdisciplinaria durante el proceso formativo, pues además de la Morfofisiología existe una estrecha coordinación de objetivos y contenidos de las asignaturas Farmacología y Medios Diagnósticos con Enfermería. El desarrollo de la nueva disciplina Morfofisiología es un ejemplo de búsqueda de integración parcial de contenidos de las disciplinas tradicionales y engloba la Morfología (Histología, Embriología, Anatomía) y la Fisiología
A partir del diseño de la malla curricular se da paso al perfeccionamiento de los programas de las unidades curriculares. Como parte del mismo se precisa la necesidad de trabajar la coordinación vertical y horizontal de las diferentes disciplinas, identificándose al menos tres vertientes interrelacionadas entre sí:
A partir del curso académico 2006-2007 la aplicación de los nuevos programas aporta los elementos necesarios para validar y perfeccionar las estrategias diseñadas.
En la relación de estrategias curriculares se pueden diferenciar tres grupos. El primero está representado por la estrategia principal o estrategia maestra, que se distingue porque en ella está prevista la participación de la totalidad de las disciplinas y asignaturas del Plan de estudio. Se basa en el enfoque integral para la labor educativa y político-ideológica en las Universidades, que ha sido orientado por el Ministerio de Educación Superior desde hace casi una década.
El segundo grupo de estrategias corresponde a lo que el Ministerio de Educación Superior ha denominado “ampliación del concepto de formación básica”. Comúnmente este concepto se relaciona con la formación básica específica para cada profesión, pero a partir de la generación “D” de los planes de estudio se incluye en la formación básica aquella que ineludiblemente necesita un profesional de cualquier rama para estar a la altura del tiempo en que vive. Dentro de este grupo se incluyen las estrategias 2, 3, 4 y 10 de la lista que se entrega más adelante. La estrategia para el desarrollo de habilidades para la comunicación interpersonal, en el caso particular de las carreras de Ciencias Médicas reviste una importancia clave, porque esas habilidades son esenciales para lograr un enfoque humanista de la práctica profesional.
El tercer grupo de estrategias está representado por aquellas que dan respuesta a intereses particulares de la profesión y a él corresponden las restantes estrategias (4,5,6,7 y 8). Todas se refieren a aspectos de importancia dentro del campo profesional de Enfermería y son un buen ejemplo de cómo las estrategias curriculares representan una alternativa integradora disciplinar, en contraste con la tendencia tradicional de crear múltiples asignaturas para abordar los diferentes núcleos de conocimientos que deben ser incluidos en la formación del profesional (12).
A continuación se muestra la lista de estrategias mencionada:
En el año 2008 la enfermería cubana muestra logros e insuficiencias, con un balance que se inclina hacia los primeros a pesar de las múltiples dificultades en el desarrollo de su diaria labor y de su desarrollo en diferentes campos.
En el campo asistencial: la Enfermería cubana está enfrentando dos tareas muy importantes. La primera, en la asistencia primaria de salud (APS), con una participación activa, consciente y responsable en el Análisis de la Situación de Salud (ASS), la investigación clínica, epidemiológica y social más importante que se realiza en todo el Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de diagnosticar el estado de salud de la población a cargo, identificar las posibles soluciones, coordinar las estrategias de intervención adecuadas y promover, desde el inicio de todo el proceso, la participación activa de la propia comunidad involucrada (13). Un ejemplo es el programa nacional de inmunización, que protege a la población de 13 enfermedades infecto-contagiosas y que ha logrado erradicar del país dolencias como poliomielitis, tétanos neonatal, difteria, parotiditis, meningoencefalitis por parotiditis, sarampión, tos ferina y síndrome de rubéola congénita. Otro logro del sistema donde la enfermera juega un papel fundamental es en la disminución de la mortalidad infantil: Cuba ocupa el primer lugar en indicadores favorables de mortalidad infantil en menores de un año y menores de 5 años en América Latina y buena parte del mundo (13). La segunda tarea que la Enfermería cubana ha tomado a su cargo en el campo asistencial se desarrolla más bien en los niveles secundario y terciario y es la aplicación del método científico de la especialidad, el Proceso de Atención de Enfermería (PAE), a la labor del personal en esta rama. Este método permite identificar las alteraciones en la salud del individuo de manera sistemática y concisa y promueve la integridad de los procederes y prácticas de los principios de la ética médica, elevando la calidad de la atención de salud, a pesar de que no se ha logrado generalizar esta práctica por insuficiencia de recursos humanos (14).
En el campo de la docencia: se ha tratado de superar estas insuficiencias mediante cursos de postgrado y diplomados dirigidos a mejorar el desempeño profesional, y maestrías que favorecen el dominio del método y técnicas de investigación clínica, epidemiológica y social por parte de las enfermeras. Ejemplos de diplomados son el Diplomado de Cuidados Intensivos Pediátricos organizado por la Sociedad Cubana de Enfermería, con sede en el Hospital William Soler y el Diplomado en Enfermería Ocupacional organizado por la dirección del Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores de Cuba. La maestría en enfermería se está cursando en dos modalidades, una a tiempo completo, presencial durante 18 meses y la otra, semipresencial, 5 días al mes por 28 meses. La sede es la Facultad de Ciencias Médicas Doctor Julio Trigo. Los requisitos son los siguientes: ser Licenciado en Enfermería con calificación de pregrado mayor de 4 puntos, sin límite de edad, tener no menos de dos años de experiencia laboral, excepto para los egresados de excepcional rendimiento que sólo se les exige un año de experiencia laboral, interpretar un texto en inglés, usar un procesador de texto en computadora y un currículo con su actividad laboral. Actualmente se cuenta además con un nuevo programa para la formación de Doctores en Ciencias de la Enfermería que fue aprobado por la Comisión Nacional de Doctores en Ciencias de la Enfermería y por la Comisión Nacional de Grados Científicos, informó Daisy Berdayes Martínez, Decana de la Facultad de Enfermería del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Los primeros graduados deberán recibir el título en julio de 2008. La comisión además aprobó lo que será el primer programa curricular de Ciencias Médicas del país, mediante el cual se formarán Doctores en Ciencias de la Enfermería a través de módulos de contenidos en modalidad libre (15).
En el campo de la colaboración internacional: entre las funciones llevadas a cabo por la colaboración médica cubana se destaca la asistencia médica clínico-quirúrgica y el desarrollo conjunto de campañas de educación sanitaria y de vacunación masiva de la población en países damnificados por huracanes, sismos y otras contingencias. La primera de estas actividades se realizó en octubre de 1963, cuando partió la primera Brigada Médica para ayuda médica internacional hacia Argelia, integrada por 58 personas, de ellos 56 médicos que permanecieron en ese país por 14 meses. Un ejemplo más actual es la asistencia enviada a los lugares afectados en 1998, tras el azote del huracán Mitch a varios países de Centroamérica, principalmente a las naciones de Honduras y Guatemala, donde dejó centenares de muertos y desaparecidos y provocó terribles consecuencias para la infraestructura económica y social de estas regiones (16).
La ética del cuidado tiene que ver con la valoración de la intimidad de la persona como ser único, que toma decisiones desde sus propios ideales, mitos, símbolos y visión de la realidad. La ética trata de alcanzar aquello que va más allá de los intereses particulares y de la condición del hombre como ser vivo; es la ciencia de la moral, se considera ético todo aquello que sea moralmente aceptable.
Gracias a la generación de profundas transformaciones en el sector de la salud, en los últimos años la enfermería ha avanzado con decisión para convertirse en una disciplina acorde al progreso científico y tecnológico, que aplica conceptos modernos e integrales en docencia, investigación, administración y asistencia para ofrecer un servicio de calidad y con sólidos componentes éticos.
Citación: Valdés MV, Valdés F, Rodríguez M. Cuban nursing development in the last 50 years. Medwave 2009 Ago;9(8):e4078 doi: 10.5867/medwave.2009.08.4078
Fecha de publicación: 1/8/2009
Citaciones asociadas
1. Cardella LL, Hernández R. Reseña del libro Bioquímica Humana para la Licenciatura en Enfermería. Panorama Cuba y Salud. 2012 Sep-Dic;7(3):42-44 | Link |
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