Se aplicó una encuesta epidemiológica a 78 atletas de alto rendimiento, 63 femeninos y 15 masculinos, en 7 modalidades deportivas tanto de fuerza como de concentración; para detectar alteraciones del sueño. Un modelo diferente de encuesta fue aplicada a sus entrenadores para verificar si poseían algún conocimiento referente al tema. Se corroboró mediante la polisomnografía la existencia de estos trastornos en una muestra de 5 atletas que ofrecieron su disposición de ser evaluados. De ellos 4 presentaron alteraciones de la arquitectura del sueño, demostrándose desajuste en los mecanismos de generación y mantenimiento del sueño y del control de sus fases. El atleta con quejas de insomnio que no presentó alteraciones del hipnograma era de ajedrez y su registro evidenció signos que denotan la presencia de una deuda crónica de sueño. Aunque la casuística evaluada hasta el momento es poca, llama la atención que estas alteraciones estaban presentes en los atletas con altas cargas de entrenamiento físico y no en el que éstas disminuyen.
Palabras claves: Polisomnografía, arquitectura del sueño, hipnograma.
Los trastornos del sueño tienen una real importancia porque comprometen a los seres humanos en muchas formas. Las personas necesitan tener la capacidad de ejecutar actividades que permitan la anticipación de las situaciones, poner metas, diseñar planes e iniciar las actividades y operaciones mentales seleccionando en forma precisa las conductas, el conocimiento, la organización del tiempo y espacio para obtener buenos resultados en la solución de nuestros problemas cotidianos, laborales, familiares. Se sabe que esta función ejecutiva es una actividad propia de los lóbulos frontales del cerebro en sus regiones anteriores, llamadas pre-frontales, y de sus conexiones recíprocas con otras áreas del sistema nervioso central. Las funciones de integración y recuperación que desempeñan éstas durante el sueño son tan esenciales como nuestras funciones fisiológicas dominantes. El deportista permanece muchas horas de entrenamiento intensivo y por adecuado que sean sus hábitos nutricionales, están sometidos a un alto consumo energético. Ellos necesitan, además, dormir 8 horas promedio por día, por lo que este vital segmento de sus vidas debe ser sutilmente controlado.
La electroencefalografía clínica es la rama de la Electrofisiología que estudia la actividad eléctrica espontánea que genera el Sistema Nervioso Central (SNC), como resultado de la actividad metabólica celular a nivel de sus principales conglomerados neuronales: la corteza cerebral y las estructuras nucleares subcorticales. La polisomnografía (PSG) deriva de la anterior y no es más que el registro durante el sueño de la actividad eléctrica cerebral, conjuntamente con variables fisiológicas las cuales permiten identificar las diferentes alteraciones que durante este estado se presentan. El estudio de las patologías o condiciones anormales del sueño que pueden corresponder a síndromes especiales es un tema de gran relevancia, especialmente en la época actual, por su creciente difusión a nivel de la opinión pública. 34% de la población relata haber presentado problema de sueño en el transcurso del año y la mitad de ellos lo refiere como serio; el insomnio se presenta en 5 a 15% de la población sana; en 50% de los pacientes con epilepsia; y de los pacientes que se estudian con PSG, 0,4 a 1% tienden a alteraciones epileptiformes durante el sueño.
Si bien ocurre que en la población mundial existen evidencias de trastornos del sueño, estos alcanzan un valor significativo en los deportistas los días previos a las competencias y pueden ocasionar en algunos casos deterioro en la actuación y los rendimientos (Morris,1982). Las investigaciones de Youngerstedt, Connor y Dishman (1997) destacan que el ejercicio físico mejora el sueño aunque también el ejercicio excesivo puede tener un efecto adverso en deportistas, sobre todo cuando se encuentran en un estado de sobreentrenamiento. El deporte actual exige que el proceso del entrenamiento se realice en diferentes sesiones en el día, dentro de un rango de horarios muy amplio (desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche) y además que se compita lo mismo en la mañana, la tarde o la noche. Para participar en las competencias más importantes, los atletas deben trasladarse con bastante frecuencia a otros continentes con diferente horario.
Cuando el organismo se encuentra adaptado a un ritmo horario y se le cambia bruscamente a uno diferente, la tendencia es a que todas sus funciones sigan transcurriendo al mismo ritmo horario anterior y por tanto las exigencias o estímulos estresantes que afectan al organismo tendrán respuestas insuficientes de acuerdo a las necesidades del momento. Es por ello que se hace necesario, antes de competir en un lugar con esa diferencia horaria, realizar un período de adaptación del organismo a las nuevas condiciones, para que se restablezcan los ritmos de sus funciones en concordancia con el ritmo horario de ese lugar. Esto es particularmente importante en los deportistas, sobre quienes existen grandes exigencias de rendimiento físico y mental, tanto durante el proceso de entrenamiento como durante la competencia, plantea Sasaki (1980).
Cuando se hacen viajes que atraviesan varios husos horarios, ocurre una disociación de los ritmos diarios de las funciones psicofisiológicas con la nueva hora. Durante los primeros días, los ritmos habituales no concuerdan con el cambio del día y la noche, por lo que se manifiesta una desincronización externa. Posteriormente, los cambios funcionales del organismo provocan una desincronización interna, lo que distorsiona el patrón de sueño. Se observan importantes diferencias individuales en la respuesta adaptativa a los cambios de huso horario, ya que cerca de 25% de las personas no experimentan muchas dificultades tras un cambio de 5 - 8 horas, mientras que otros reaccionan a uno de sólo 2 - 3 horas; alrededor de 20 a 25% se adaptan con grandes dificultades. Los deportistas que entrenan y compiten en diferentes horarios se adaptan al cambio más rápido que las personas de ritmos circadianos estables.
Cuando se vuela hacia el oeste, la adaptación es 30 a 50 % más rápida que hacia el este, lo que se relaciona con el hecho de que el ritmo circadiano supera las 24 horas (Platonov, 1991). La importancia y la duración de estas fases dependen de la cantidad de husos horario recorridos y de las características individuales del sujeto; cuando se recorren de 2 a 3 horas, el cambio del estado funcional del organismo es moderado y la adaptación es bastante rápida, mientras que un cambio de horario de 6 a 7 horas produce un desarreglo notable de los ritmos circadianos respecto a las posibilidades motoras, fisiológicas y psicológicas, lo que genera una adaptación que puede demorar bastante tiempo. Este proceso depende mucho de las características individuales y puede llegar a durar entre 2 y 18 días; la hora de dormir y despertarse, la actividad psicomotora e intelectual se normalizan en 1 a 5 días, la capacidad de trabajo al cabo de 7 a 12 días y otros índices pueden demorar más tiempo. Con un cambio de horario de 7 a 8 horas, el consumo máximo de oxígeno (indicador de la Potencia Aeróbica Máxima) desciende de manera significativa en los primeros 2 - 3 días y luego se recupera lentamente, alcanzando los valores iniciales a los 7-13 días y para normalizarse por completo pueden transcurrir hasta de 18 a 20 días (Panfilov, 1986).
Se considera que la actividad del Sistema Nervioso Superior, se adapta al cambio de horario antes que la del Sistema Nervioso Vegetativo y que la adaptación a los movimientos complejos es más lenta que a los simples. Por esto, los deportistas, que necesitan un alto nivel de coordinación neuromuscular y de grandes exigencias sobre los sistemas funcionales del organismo, se adaptan de manera diferente a los cambios horarios. En los deportes que requieren de gran coordinación (los denominados de arte competitivo, de combate y los juegos con pelota) la capacidad de trabajo, la resistencia específica, las reacciones psíquicas complejas y la fuerza dinámica se afectan más por los cambios de ritmo que la fuerza estática, el tiempo de reacción motora y las funciones psicomotoras sencillas, que en los deportes cíclicos y de fuerza - velocidad (Platonov, 1997).
Uno de los problemas fundamentales del cambio de horario en que el día se convierte en noche, está asociado con la alteración que se produce en el ciclo de sueño-vigilia al que se encuentra adaptado el organismo, y por tanto con el funcionamiento del mismo en relación con el ritmo horario. Los síntomas que frecuentemente aparecen asociados a la desincronización son la somnolencia, la menor disposición al trabajo, trastornos en la digestión y en el rendimiento físico y motriz (Wright, 1983; Winget, 1984-1985).
Entre las sugerencias a considerar para mejorar el proceso de adaptación, se recomienda ir cambiando el ritmo de vida y el proceso de entrenamiento, como mínimo de 7 a 10 días antes del vuelo. En estos días se debe cambiar la rutina diaria: despertarse, entrenar y acostarse una hora antes de lo acostumbrado y faltando 4 o 5 días, se recomienda nuevamente cambiar una hora antes.
También se señala que es preferible viajar hacia el Oeste. Cuando así sea, se sugiere salir en la mañana, llegar en la tarde, no dormir en el avión, entrenar en la tarde y despertarse de 1 a 2 horas antes de lo normal. Si el viaje es hacia el Este, se plantea salir en la tarde y llegar en la mañana, dormir en el avión, entrenar en el día y levantarse el primer día de 2 a 3 horas antes de lo normal. Se deben tomar medidas con la alimentación durante el vuelo, cuando se debe comer poco, beber mucha agua y jugos, y abstenerse de ingerir cafeína. A la llegada, se puede realizar el primer entrenamiento con una carga baja, bañarse con agua tibia y si hay condiciones, realizar masajes. Se enfatiza en utilizar una dieta rica en proteínas o también proteica en el desayuno y almuerzo, unido a una cena ligera y rica en carbohidratos. La alimentación con muchos carbohidratos y baja en proteínas puede producir somnolencia y, al revés, resulta excitante para el Sistema nervioso (Winget et al, 1985).
Otro aspecto importante acerca de las alteraciones del sueño consiste en el desarrollo de métodos, procedimientos y pruebas para evaluar estos trastornos en los deportistas. En este sentido, se puede consultar el trabajo de Savis, Elliot, Gandsneder y Notella (1997). Sin embargo, por determinadas razones los estudios del sueño en deportistas son escasos y muchas de las alternativas que se presentan no están clarificadas (Carpenter y B. J. Cratty).
Con el objetivo de determinar la incidencia de trastornos del sueño en los deportistas de alto rendimiento de la escuela Giraldo Córdova Cardín del municipio Habana del Este, se llevó a cabo este estudio.
Se realizó un estudio epidemiológico mediante la aplicación de dos encuestas, una para detectar alteraciones del sueño (I), que se aplicó a un grupo de 78 atletas de alto rendimiento tanto de niveles juveniles como del equipo nacional, perteneciente a 7 modalidades deportivas en diferentes etapas de entrenamiento; la otra encuesta (II) se aplicó a los entrenadores, con el objetivo de verificar el conocimiento que poseían sobre esta importante temática. Las encuestas se muestran a continuación:
1.- ¿Tiene Ud. Dificultades con el sueño?
a) No
b) Algunas veces
c) Frecuentemente
d) Siempre
2.- El trastorno de sueño presentado por Ud. es:
a) Dificultad para iniciar el sueño.
b) Despertar durante la noche.
c) Despertar en la mañana antes del tiempo deseado y no continuar el sueño.
d) Duerme demasiado.
e) Tiene frecuentemente pesadillas o ensoñaciones terroríficas.
f) Habla dormido.
g) Camina dormido.
h) Se orina en la cama.
i) Otros problemas en el sueño.
3.- ¿Ud. presenta pausas respiratorias durante el sueño?
a) No
b) Algunas veces
c) Frecuentemente
d) Siempre
4.- ¿Ud. presenta despertares frecuentes con sensación de falta de aire o asfixia?
a) No
b) Algunas veces
c) Frecuentemente
d) Siempre
5.- Presencia de tendencia a quedarse dormido en contra de su voluntad
a) No
b) Rara vez
c) En ocasiones
d) Frecuentemente
e) Siempre
6.- Últimamente Ud. necesita dormir al mediodía
a) Nunca
b) Menos de 1 vez por semana.
c) De 1 a 2 veces por semana.
d) De 3 a 5 veces por semana:
e) Diariamente
7.- ¿Ud. se siente cansado durante el día?
a) Nunca
b) Rara vez
c) En ocasiones
d) Frecuentemente
8.- ¿Cómo es la calidad de su sueño?
a) Muy mala
b) Regular
c) Buena
d) Muy buena
9.- ¿Presencia muchos movimientos mientras duerme?
a) No
b) En ocasiones
c) Frecuentemente
d) Siempre
10.- ¿Ronca Ud.?
a) Nunca
b) Rara vez
c) En ocasiones
d) Siempre
11.- Características del ronquido
a) Sonido uniforme
b) Sonido con pausas breves
c) Sonidos con pausas prolongadas
d) Es variable
e) No puede definir.
12.- La persona presenta:
a) Hipertrofia de las amígdalas
b) Hipertiroidismo
c) Obesidad.
d) Cuello corto
e) Ingiere bebidas alcohólicas (más de una botella al día)
13.- Antecedentes patológicos personales de:
a) HTA
b) Asma bronquial
c) Enfermedad Cerebrovascular
d) Infarto agudo de Miocardio.
e) Arritmias
f) Problemas respiratorios
Para la continuación de esta investigación se escogió una segunda muestra, formada por los atletas que según los resultados de las encuestas presentaban trastornos del sueño. Se tomaron 5 de ellos independientemente del sexo, para realizarles estudios polisomnográficos, corroborando de forma objetiva dichos resultados. Las PSG consistieron en la monitorización y registro continuo durante al menos 6 horas de sueño del paciente (atleta) en horario nocturno, de las siguientes variables: Electroencefalograma (EEG), electrooculograma (EOG), electromiograma submentoniano (EMG), flujo aéreo naso – bucal, esfuerzo respiratorio, posición corporal, sensor de ronquido y saturación de oxígeno.
Los 5 estudios polisomnográficos realizados fueron anormales. 4 de los atletas estudiados manifestaron que tenían dificultades para dormir, particularmente cuando la carga de entrenamiento era elevada. En 3 de ellos se encontraron marcadas alteraciones de la arquitectura del sueño, es decir, de las proporciones de cada una de las fases del sueño y de la forma en que se transita de una a la otra. Se observó que la aparición del sueño REM no ocurría después de la ocurrencia de la Fase IV, como normalmente debe pasar, sino que se presentaba mientras estaba ocurriendo una Fase II, lo cual resulta altamente inaudito.
Este resultado refleja una marcada alteración en los mecanismos de generación y mantenimiento del sueño y del control de sus fases. El atleta con quejas de insomnio que no presentó alteraciones del hipnograma era ajedrecista y en el estudio se evidenciaron signos compatibles con deuda crónica de sueño, es decir, estaba durmiendo menos de lo que su organismo necesitaba para un adecuado funcionamiento físico e intelectual durante la vigilia. El quinto atleta seleccionado para el estudio polisomnográfico se quejaba de sonambulismo esporádico y, aunque durante la noche del estudio no tuvo ningún episodio, se constataron indicios de hipersomnia marcada, que necesariamente debe influir en sus capacidades durante la vigilia. A continuación se describen con ddetalle los resultados polisomnográficos.
Registro polisomnográfico 1. Atleta YSS. Se observa notable aumento de la vigilia intrasueño y disminución de la fase REM, compatible con insomnio de mantenimiento, con marcada alteración de la arquitectura del sueño.
Registro polisomnográfico 2. Atleta WRN. Latencia de sueño acortada, debido a deuda de sueño producida por deprivación crónica del mismo.
Registro polisomnográfico 3. Atleta DRD. Se observa alteración de la arquitectura del sueño, con disminución de la fase REM e incremento de las fases I y vigilia. Hay notable aumento de la vigilia intrasueño, eventos de desaturación de oxígeno y secuencias de movimientos periódicos durante el sueño, compatibles con insomnio de mantenimiento.
Registro polisomnográfico 4. Atleta DRD. Se observa actividad paroxística, en forma de ondas lentas angulares y espigas, en las derivaciones registradas.
Registro polisomnográfico 5. Atleta YPR. Presencia de actividad paroxística durante la fase de sueño REM.
Registro polisomnográfico 6. Atleta FCH. Registro que muestra activación cortical (arausal) y múltiples entradas en vigilia, compatible con insomnio de mantenimiento. Marcada alteración de la arquitectura del sueño.
Aunque la casuística evaluada hasta el momento es aún poca, llama la atención la presencia de alteraciones de la arquitectura del sueño en atletas con altas cargas de entrenamiento físico y no atletas con carga inferior. Como se prevé que se continúen realizando los estudios polisomnográficos, este resultado se podrá evaluar más certeramente en el futuro próximo.
Por último es necesario destacar que la actividad paroxística manifestada en dos de los atletas, es una anormalidad que habitualmente se asocia con la epilepsia, sin embargo esta entidad es de diagnóstico clínico, por los síntomas y signos que presente el paciente. En estos casos será necesario entrevistar nuevamente a los atletas por un especialista para evaluar si esos signos electrofisiológicos tienen o no alguna trascendencia.
Se aplicó una encuesta epidemiológica a 78 atletas de alto rendimiento, 63 femeninos y 15 masculinos, en 7 modalidades deportivas tanto de fuerza como de concentración; para detectar alteraciones del sueño. Un modelo diferente de encuesta fue aplicada a sus entrenadores para verificar si poseían algún conocimiento referente al tema. Se corroboró mediante la polisomnografía la existencia de estos trastornos en una muestra de 5 atletas que ofrecieron su disposición de ser evaluados. De ellos 4 presentaron alteraciones de la arquitectura del sueño, demostrándose desajuste en los mecanismos de generación y mantenimiento del sueño y del control de sus fases. El atleta con quejas de insomnio que no presentó alteraciones del hipnograma era de ajedrez y su registro evidenció signos que denotan la presencia de una deuda crónica de sueño. Aunque la casuística evaluada hasta el momento es poca, llama la atención que estas alteraciones estaban presentes en los atletas con altas cargas de entrenamiento físico y no en el que éstas disminuyen.
Palabras claves: Polisomnografía, arquitectura del sueño, hipnograma.
Citación: Alfonso Y, Hernández V, Hernández E. Incidence of sleep disorders in elite athletes. Medwave 2006 Nov;6(10):e2726 doi: 10.5867/medwave.2006.10.2726
Fecha de publicación: 1/11/2006
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