Enfermería
Medwave 2008 Mar;8(2):e2722 doi: 10.5867/medwave.2008.02.2722
Riesgos biológicos laborales en el personal de enfermería de una institución hospitalaria, ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007
Occupational biological hazards in nursing staff in a hospital, Havana, Cuba, September 2006-April 2007
Martha Rodríguez González, Maylen Pérez González, Yuditt Pla, Lissette Miranda Lara, Maria Isabel Garrote Lee, María de los Ángeles Peña Figueredo, Miriam Valdez Fernández
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Resumen

Se denomina riesgo biológico al riesgo que deriva de la manipulación o exposición a agentes patógenos. Los microorganismos que con más frecuencia se encuentran en el medio hospitalario son los virus Hepatitis B, Hepatitis C y virus de la inmunodeficiencia humana, y el mycobacterium tuberculosis. Por lo anterior, se realizó un estudio de tipo descriptivo-transversal para evaluar la información que posee el personal de enfermería de una institución hospitalaria en Ciudad de La Habana sobre riesgos biológicos laborales. Para esto se aplicó una encuesta a una muestra de 100 enfermeras(os), que en su mayoría eran de sexo femenino (79%) y licenciadas en enfermería (75%). La media de edad, tiempo de servicio y de años de permanencia en el centro fueron 38,5, 17,6 y 10,7 años, respectivamente. La información sobre riesgos biológicos fue no satisfactoria en 69,0% de los encuestados (70,7% para las licenciadas y 64,0% para las enfermeras generales). Los temas con más dificultades fueron: mencionar las conductas a seguir cuando se sufre una herida o pinchazo y mencionar las Precauciones Universales/Estándar, con 90% y 61% respectivamente. 56% había sufrido un pinchazo o herida y 84% había recibido capacitación sobre riesgos biológicos. De los que no recibieron capacitación, 93,8% tuvo resultados no satisfactorios en los temas correspondientes y 81,3% tuvo resultados no satisfactorios en información sobre medidas de protección. Se concluye que no hubo diferencias en cuanto a categorías profesionales y nivel de información y que la capacitación recibida sobre riesgos biológicos laborales no ha sido efectiva, ya que fueron calificados como no satisfactorios más de una tercera parte de los encuestados.

Palabras clave: Riesgo biológico, patógenos, VIH, Hepatitis B, Hepatitis C y Mycobacterium tuberculosis.


 

Introducción

El trabajo ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad; sin embargo, bajo ciertas condiciones de avance tecnológico y de relaciones entre grupos humanos el trabajo puede ocasionar diversas alteraciones a la salud, inclusive la muerte. En los centros de salud, los trabajadores pueden estar expuestos a riesgos físicos, químicos, biológicos y dependientes de factores humanos, entendiendo el riesgo como la contingencia o proximidad de un daño. Los riesgos físicos, químicos y derivados de factores humanos contribuyen a quebrar las barreras de contención biológicas, originando o potenciando en tales circunstancias un riesgo biológico. El riesgo biológico es aquel riesgo derivado de la manipulación o exposición a agentes patógenos. La definición formal de agente biológico incluye bacterias, hongos, parásitos y virus; sin embargo, este concepto es más amplio, ya que dentro del grupo de los virus se incluyen agentes no clasificados asociados a encefalopatías espongiformes transmisibles (priones o proteínas priónicas).

Todas las profesiones llevan implícito un riesgo, inherente a la naturaleza de su especialidad y al ambiente en que se trabaja. Las enfermedades infecciosas tienen mayor relevancia para el personal de salud que para cualquier otra categoría profesional, por la alta frecuencia de manipulación de elementos corto punzantes y de líquidos orgánicos potencialmente infecciosos. El contingente mundial de trabajadores sanitarios se eleva a 35 millones, lo que representa 12% de la población activa. Cada año se producen dos millones de lesiones con agujas. De los veinte patógenos de transmisión hemática a los que está expuesto el personal sanitario, en nuestros días ha adquirido relevancia, por la frecuencia de la exposición, el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH), el virus de la Hepatitis B (VHB) y el virus de la Hepatitis C (VHC) y el Mycobacterium tuberculosis. Los objetos corto punzantes constituyen el mayor riesgo ocupacional en los manipuladores de desechos. Se estima que en los Estados Unidos ocurren anualmente entre 600.000 y 800.000 pinchazos por agujas, aunque la mitad no se comunican. Dentro de los grupos más expuestos están las enfermeras, el personal de limpieza y los trabajadores que manipulan estos desechos fuera del hospital.

En relación con el riesgo de transmisión de VIH para los trabajadores del medio sanitario, en la bibliografía médica han aparecido numerosos estudios prospectivos de exposiciones accidentales con material biológico. En la mayoría de los estudios la categoría profesional que más accidentes declara es la de enfermería, pero en trabajos que hacen referencia sólo a exposiciones ocupacionales con fuente positiva a cualquier virus (VHB, VHC o VIH), la tasa de exposición más alta la presenta el personal médico. Tanto en Estados Unidos como en Europa, el personal que presenta mayores tasas de seroconversión confirmada de transmisión ocupacional de VIH es el de enfermería, seguida por los técnicos de laboratorio y los médicos. Estas casuísticas no difieren de los primeros datos proporcionados por los Centers for Disease Control (CDC) de Atlanta. Otras enfermedades que se deben tener presentes, por transmitirse a través de lesiones por agujas con riesgo para el trabajador de la salud, son la sífilis, la malaria, el herpes, la histoplasmosis, las micosis y las infecciones por estafilococos piogenes, entre otras.

Dentro de los trabajadores de la salud que laboran en una institución hospitalaria, este trabajo se enfoca en el personal de enfermería, que se considera como el más vulnerable, ya que son los que tienen mayor contacto físico con los pacientes. Debido a esta situación existe el riesgo de adquirir una enfermedad ocupacional en un momento dado, ya que un paciente con VIH puede ser seronegativo si está en período de ventana y en el caso de la hepatitis B, aunque existe una cobertura de vacunación aceptable, el riesgo potencial existe. Por ello, es necesario que este colectivo laboral posea una adecuada información relacionado con los riesgos biológicos laborales y aplique las precauciones universales/estándar en la atención de los pacientes.

Objetivos

El objetivo general fue evaluar la información sobre riesgos biológicos laborales en el personal de enfermería de una institución hospitalaria en Ciudad de La Habana en el periodo comprendido entre septiembre 2006-abril 2007.

Los objetivos específicos fueron: 1) Identificar las variables sexo y calificación profesional en el personal de enfermería objeto de estudio. 2) Determinar edad, años de servicio y de permanencia en el centro. 3) Establecer la relación que existe entre información sobre riesgos biológicos laborales y capacitación recibida. 4) Determinar la relación entre información sobre medidas de protección y capacitación recibida en ambas categorías profesionales.

Diseño metodológico

En una institución hospitalaria de Ciudad de La Habana en el periodo comprendido entre Septiembre del 2006 a Abril del 2007, se hizo un estudio de tipo descriptivo, transversal, para evaluar la información sobre riesgos biológicos laborales en el personal de enfermería. El universo estuvo compuesto por un total de 107 enfermeras(os) que se encontraban en plantilla y la muestra fue de 100 enfermeras(os), que se seleccionaron según criterios de inclusión y exclusión requeridos para este trabajo. Se seleccionaron las variables: sexo, calificación profesional, edad, años de servicio y de permanencia en el centro.

En cuanto a procedimientos, para la obtención de los datos se realizó una amplia revisión bibliográfica actualizada acerca del tema Bioseguridad y se confeccionó una encuesta cerrada, tomando como referencia encuestas publicadas. Antes de la realización de este estudio se modificaron algunas preguntas y se incorporaron nuevos tópicos, con el objetivo de adaptar la encuesta a las condiciones reales del centro hospitalario. Así se obtuvo un cuestionario de doce preguntas: tres a responder sí o no, seis con opción verdadero o falso y tres con opción a completar, que fueron respondidas en forma anónima y voluntaria por la muestra objeto de estudio (Fig. 1, 2 y 3).

Figura 1. Encuesta aplicada en estudio sobre riesgos biológicos laborales en personal de enfermería de una Institución Hospitalaria. Ciudad de La Habana, Septiembre 2006-Abril 2007 (primera parte)

Figura 2. Encuesta aplicada en estudio sobre riesgos biológicos laborales en personal de enfermería de una Institución Hospitalaria. Ciudad de La Habana, Septiembre 2006-Abril 2007 (continuación)

Figura 3. Encuesta aplicada en estudio sobre riesgos biológicos laborales en personal de enfermería de una Institución Hospitalaria. Ciudad de La Habana, Septiembre 2006-Abril 2007 (continuación)

Se hizo una calificación, según la clave de respuestas, mediante una escala de 5 valores. A partir de las respuestas se calculó un valor numérico para cada encuesta, que constituyó el nivel de información de cada sujeto: dos, tres, cuatro y cinco. La calificación general se dio en resultados no satisfactorios y satisfactorios, tomando como punto de corte el percentil 75.

Como métodos de recolección de la información, se realizaron tablas de vaciamiento para organizar la información de forma manual y con calculadora; posteriormente se creó una base de datos en Excel XP, a la cual se le aplicaron software estadísticos, como el paquete SPSS versión 13.0, y medidas de resumen para variable descriptiva: media, desviación estándar y porcentaje, de acuerdo al tipo de variable. Se empleó el nivel de asociación significativa p menor de 0,05. El informe de la investigación se efectuó en soporte electrónico, mediante el empleo de una computadora, con ambiente de Windows XP. Los textos se procesaron con Word XP, y las tablas y gráficos se realizaron con Excel XP.

Consideraciones éticas: la metodología utilizada para la recolección de datos no produjo ningún riesgo para los sujetos estudiados, a quienes se les informó sobre el propósito del estudio, los procedimientos, los beneficios de la investigación, la confiabilidad de los resultados, las alternativas de participar o no y la posibilidad de abandonar la investigación en el momento en que desearan. La participación fue voluntaria, previo consentimiento oral y escrito a través de una carta de consentimiento informado. El contenido de esta carta era el siguiente: “Yo, (nombre) estoy de acuerdo en participar en la investigación “Información sobre riesgos biológicos en el personal de enfermería”, recibiendo explicación sobre los objetivos y procedimientos del estudio. Mi incorporación será de manera voluntaria, por tanto, al firmar este documento autorizo me incluyan en esta investigación”; y firmaban al pie el trabajador y el investigador. Los datos obtenidos fueron elaborados de acuerdo a la realidad encontrada y se presentaron a las autoridades pertinentes. Se contó con la aprobación del Consejo Científico del centro.

Resultados

La distribución de enfermeras(os) según sexo demostró predominio del sexo femenino (79,0%) sobre el masculino (21%). En cuanto a categorías profesionales, 75% eran licenciadas en enfermería y 25%, enfermeras generales. En relación con edad, años de servicio y años de permanencia en el centro, la media fue 38,5, 17,6 y 10,7 años respectivamente. Los rangos se muestran en la tabla I.

Tabla I. Distribución según edad, años de servicio y años de permanencia en el centro del personal de enfermería. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana. Septiembre 2006-Abril 2007. Fuente: Encuesta aplicada

En cuanto a nivel de información sobre riesgos biológicos laborales, en ambas categorías profesionales sobresalieron los resultados no satisfactorios, con 69,0%; sólo 31% tenía un nivel de información satisfactorio. La cifra de resultados no satisfactorios fue 70,7 % y 64,0 % para las licenciadas y las enfermeras generales, respectivamente (p=0,533) (tabla II).

Tabla II. Información sobre riesgos biológicos laborales según categorías profesionales. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

Como se observa en la tabla III, los resultados no satisfactorios ocuparon el primer lugar en el tema información sobre medidas de protección, con 58,7% para las licenciadas en enfermería y 60% para las enfermeras generales.

Tabla III. Información sobre medidas de protección, según categorías profesionales. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

En la tabla IV se observa que más de la mitad de la muestra objeto de estudio (63%) obtuvo la calificación de cinco en el tema reconocer la existencia de riesgo biológico en su puesto de trabajo, aunque no se puede dejar de señalar que 37% de los(as) encuestados(as) no la reconocían. En cuanto al uso de guantes, protección naso/buco/facial y lavado de manos, 43% y 51% de ambas categorías profesionales recibió la calificación de cinco y cuatro respectivamente y el resto obtuvo calificaciones de tres y dos. Relacionado a los temas identificar el concepto de riesgo biológico y de bioseguridad, la mayoría contestó correctamente, con 92% y 98% respectivamente, obteniendo una calificación de cinco. Más de 60% recibió una calificación entre cuatro y cinco en el tema identificar el material potencialmente infeccioso, pero más de 30% obtuvo calificaciones de dos y tres.

Tabla IV. Distribución de resultados según temas en ambas categorías profesionales. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

En cuanto al tema precauciones con los objetos corto punzantes, sólo 34% obtuvo la calificación de cinco y 56% obtuvo cuatro. 63% y 34 % calificó de cinco y cuatro respectivamente y sólo 3% recibió la calificación de tres en el tema precauciones con los desechos hospitalarios y recogida y traslado de muestras al laboratorio. En el tema conductas ante un pinchazo o una herida, 14% y 82% recibieron calificaciones de tres y dos, respectivamente; sobresalieron las calificaciones regulares y malas, con 61% y 23% en el tema mencionar las precauciones universales/estándar. Con respecto a la pregunta sobre mencionar los principales patógenos que son capaces de transmitirse por sangre y fluidos corporales y que se han tornado muy peligrosos en nuestros días, las calificaciones de cuatro, tres y dos fueron las que predominaron, con 33%, 44% y 19% respectivamente (tabla V).

Tabla V. Distribución de resultados según temas en ambas categorías profesionales. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

56% de los encuestados había sufrido un pinchazo o una herida y 84% de los encuestados había recibido capacitación sobre riesgos biológicos laborales (tabla VI). Entre los que recibieron capacitación, 64,3% tuvo resultados no satisfactorios en los temas consultados; entre los que no recibieron capacitación, la proporción de resultados no satisfactorios ascendió a 93,8% (tabla VII).

Tabla VI. Distribución de resultados según temas. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

Tabla VII. Información sobre riesgos biologicos y capacitación recibida en el personal de enfermería. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

En cuanto a información sobre medidas generales de protección en ambas categorías profesionales, 81,3% de los que no recibieron capacitación sobre riesgos biológicos laborales tuvo resultados no satisfactorios; mientras que de los que recibieron capacitación, sólo 54,8% tuvo resultados no satisfactorios (tabla VIII).

Tabla VIII. Información sobre medidas de protección y capacitación recibida en el personal de enfermería. Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, septiembre 2006-abril 2007. Fuente: Encuesta Aplicada

Discusión

La predominancia del sexo femenino en la muestra en estudio se debe a que tradicionalmente la carrera de enfermería se ha considerado propia de las mujeres, por lo cual en cualquier institución de salud aún existe mayor proporción de éstas. En una investigación realizada por López y colaboradores en hospitales y centros de atención primaria de Barcelona, España, también es el sexo femenino el que sobresale.

Al realizar el análisis de la variable años de servicio se determinó la gran experiencia laboral, así como buena permanencia en el centro de la mayoría de los encuestados. Sin embargo, los resultados no satisfactorios en cuanto a nivel de información sobre riesgos biológicos laborales, sobresalieron en ambas categorías profesionales, lo que coincide con el mismo estudio de López y colaboradores, donde se pone de manifiesto cierto grado de desconocimiento relacionado con la Bioseguridad. En cuanto al nivel de información sobre medidas de protección, en ambas categorías profesionales hubo predominio de resultados no satisfactorios, lo que coincide con el estudio efectuado por Junco y colaboradores en una Institución Hospitalaria de Ciudad de La Habana, donde se detectó que sólo 60% de las personas conoce las normas de precaución y uso de los medios de protección. 37% de los encuestados no reconoce que en la atención que prestan a diario, que incluye la administración de medicamentos por vía intramuscular y endovenosa y canalizaciones de venas y arterias, entre otras acciones, se exponen a microorganismos patógenos presentes en sangre y líquidos corporales, que por esta razón se consideran de riesgo biológico.

Como datos positivos, más de la mitad de la muestra identificó el concepto de riesgo biológico y el de Bioseguridad, similar a lo que describieron Soto y Olano en un estudio efectuado en un Hospital de Perú, donde existe un buen nivel de conocimiento sobre Bioseguridad. Más de 30% de los encuestados tuvo dificultades para identificar el material potencialmente infeccioso, con una calificación de dos y tres. La literatura señala que además de la sangre y de los líquidos corporales que contienen sangre visible, son potencialmente infecciosos el semen y las secreciones vaginales, a pesar de que no se han visto implicados en la transmisión al personal sanitario. De igual manera, los líquidos cefalorraquídeo, sinovial, pleural, peritoneal, pericardio y amniótico se consideran potencialmente infecciosos, pero se desconoce el riesgo de transmisión a partir de ellos; en cambio las heces, secreciones nasales, saliva, esputo, sudor, lágrimas, orina y vómitos no se consideran potencialmente infecciosos, a no ser que contengan sangre, y el riesgo es extremadamente bajo.

En cuanto a las consideraciones en el uso de guantes, protección naso/buco/facial y lavado de manos, las mayores calificaciones fueron de cinco y cuatro, a diferencia del estudio efectuado por Caetano y colaboradores en Brasil, donde sólo 66,6% de los técnicos de enfermería y 33,3% de los enfermeros hallaron importante el uso de los equipos de protección individual, y el de Pupo y colaboradores, realizada en un hospital del estado de Zulia, Venezuela, donde a pesar de que 100% y 98 % identifica el lavado de manos y uso de guantes como barreras más utilizadas, en la práctica se evidencia que el lavado de manos antes y después de cada paciente y entre pacientes sólo se cumple en 10, 53 y 10% respectivamente y el tiempo empleado es insuficiente (menos de un minuto). El resto de las barreras de protección no fueron mencionadas al 100%. Distintos organismos, entre ellos el CDC, destacan la importancia del lavado de manos y el uso de medios de protección en la atención médica de los pacientes, como principales barreras contra el riesgo biológico.

Al analizar el tema precauciones con los objetos corto punzantes se observa que 34% y 56% obtuvieron calificaciones de cinco y cuatro respectivamente, lo que demuestra ciertas dificultades en el tema, las mismas que describen Hernández y colaboradores en un trabajo realizado en el Instituto de Ciudad de La Habana, en el que se encontró que 23% de los trabajadores desconocía el manejo de los objetos corto punzantes. En cuanto al tema precauciones con los desechos hospitalarios y recogida y traslado de muestras al laboratorio, 63% y 34 % calificaron de cinco y cuatro respectivamente, en forma similar a lo descrito en el mismo estudio de Hernández y colaboradores, donde se detectó que 19,4 % tenía dificultades en el manejo de muestras. Más de 96 % del personal de enfermería encuestado presentó dificultades con el tema conductas ante un pinchazo o una herida, lo que coincide con lo descrito en el estudio de Caetano y colaboradores, donde 53,3% de los afectados no notificó el accidente y el de Junco y colaboradores, en que 95,7% no notificó el accidente a sus superiores, a pesar de que 52,2% de los lesionados se accidentó con objeto contaminado con sangre. Por otra parte, la investigación de Guanche y colaboradores, efectuada en ocho unidades de salud de Ciudad de La Habana, detectó que de un total de 1.208 trabajadores, sólo 22% reportó accidentes.

Estos resultados evidencian una falta de percepción del riesgo, debido a que no se cumple con el protocolo de actuación recomendado y no se reconoce la base científica de la profilaxis post exposición (PPE). Existen evidencias directas e indirectas de que el tratamiento antirretroviral puede prevenir o atenuar la diseminación sistémica del VIH después de una exposición cutánea. La información disponible sobre la infección primaria por el VIH sugiere que ésta no ocurre inmediatamente, dejando un breve periodo de oportunidad durante el cual la PPE pudiera modificar la replicación viral, lo que podría prevenir y aun inhibir la infección sistémica, limitando la proliferación inicial del virus. 23% y 61% de los encuestados tuvieron calificaciones tres y dos respectivamente, lo cual denota dificultades a la hora de identificar las Precauciones Universales/Estándar, que se aplican a todos los pacientes, con infección conocida o no, para protegerse del contacto con sangre o cualquier fluido corporal potencialmente infectante. Están diseñadas para reducir el riesgo de transmisión de patógenos transmitidos por sangre y fluidos corporales y deberán ser utilizadas con todos los pacientes hospitalizados o atendidos en un servicio de salud. Las mismas consideran a todas las personas enfermas como potencialmente infecciosas, y deben ser aplicadas en todos los casos en forma permanente.

En el tema correspondiente a mencionar a los patógenos que han adquirido relevancia por su peligrosidad, las calificaciones fueron de cuatro, tres y dos en 33%, 44% y 19 % de los casos, respectivamente. Estos resultados guardan cierta relación con los descritos en un estudio efectuado en trabajadores de la salud en China, de los cuales, 46 a 2% de los que no habían recibido capacitación sobre el VIH/SIDA estaba mal informado acerca de la transmisión, en comparación con 0 a 11% de quienes habían recibido capacitación. Asimismo, 11% de los trabajadores de la salud de Marruecos no estaban seguros de los medios de transmisión y 10 a 25%, en un estudio de Singapur, creían que el virus se transmitía por mosquitos. Estos resultados confirman que el personal de enfermería todavía presenta algunas dificultades al identificar como peligrosos a los virus VIH, VHB, VHC y al Mycobacterium tuberculosis.

Los CDC han adoptado medidas preventivas para los trabajadores de la salud expuestos al contacto con pacientes infectados por el VIH; las medidas profilácticas post exposición se establecen en una guía especial de prevención. En el estudio, 56% de los encuestados había sufrido una herida o pinchazo; si esto se compara con el 82 % que obtuvo una calificación de dos en las conductas a seguir frente a este tipo de accidente, es evidente que no se cumple con el protocolo de actuación recomendado y que no se ha incorporado el concepto de que la exposición de un trabajador de la salud a fluidos biológicos peligrosos se debe considerar como una urgencia médica, como lo señala la literatura. 84% de los encuestados admitió haber recibido capacitación sobre riesgos biológicos laborales, pero esto no concuerda con el nivel de información sobre este tema, ya que un 64,3% de los que recibieron capacitación sobre esto obtuvieron resultados no satisfactorios.

Conclusiones

  • Más de la mitad de la muestra correspondió al sexo femenino.
  • La categoría de licenciadas en enfermería sobresalió en este estudio.
  • Se evidenció una gran experiencia laboral, así como buena estadía en el centro en ambas categorías profesionales.
  • En cuanto a información general sobre riesgos biológicos laborales, sobresalieron los resultados no satisfactorios y no hubo diferencia significativa entre nivel de información y categorías profesionales.
  • Las principales dificultades encontradas fueron mencionar las conductas cuando se sufre una herida o un pinchazo y las Precauciones Universales/Estándar, en más de la mitad de la muestra.
  • Más de la mitad de los encuestados reconocieron haber sufrido un pinchazo o una herida, así como haber recibido capacitación sobre riesgos biológicos.
  • Se demostró que la capacitación recibida no ha sido efectiva, por los resultados no satisfactorios en más de una tercera parte de los encuestados.
  • Con respecto a información sobre medidas de protección, existió una relación significativa entre los resultados no satisfactorios y no haber recibido capacitación sobre riesgos biológicos laborales.

Recomendaciones

  1. Planificar un curso sobre Bioseguridad.
  2. Incrementar la investigación sobre Bioseguridad en el personal de enfermería.
  3. Extender este estudio a otros colectivos laborales, como son médicos, personal de laboratorios, personal de estomatología, empleadas de limpieza, etc.
  4. Realizar después del curso una segunda encuesta de evaluación.
  5. Revisar protocolo de actuación ante exposiciones ocupacionales en el centro.
  6. Diseñar guías de buenas prácticas para el manejo de pacientes donde estén implícitos sangre y fluidos corporales.
  7. Incrementar la investigación sobre Bioseguridad en el ámbito institucional y nacional.
  8. Proponer que se realice esta investigación en otros centros hospitalarios del país.
  9. Proponer que se incremente el tema Bioseguridad en los planes de estudio de la carrera de enfermería.

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Se denomina riesgo biológico al riesgo que deriva de la manipulación o exposición a agentes patógenos. Los microorganismos que con más frecuencia se encuentran en el medio hospitalario son los virus Hepatitis B, Hepatitis C y virus de la inmunodeficiencia humana, y el mycobacterium tuberculosis. Por lo anterior, se realizó un estudio de tipo descriptivo-transversal para evaluar la información que posee el personal de enfermería de una institución hospitalaria en Ciudad de La Habana sobre riesgos biológicos laborales. Para esto se aplicó una encuesta a una muestra de 100 enfermeras(os), que en su mayoría eran de sexo femenino (79%) y licenciadas en enfermería (75%). La media de edad, tiempo de servicio y de años de permanencia en el centro fueron 38,5, 17,6 y 10,7 años, respectivamente. La información sobre riesgos biológicos fue no satisfactoria en 69,0% de los encuestados (70,7% para las licenciadas y 64,0% para las enfermeras generales). Los temas con más dificultades fueron: mencionar las conductas a seguir cuando se sufre una herida o pinchazo y mencionar las Precauciones Universales/Estándar, con 90% y 61% respectivamente. 56% había sufrido un pinchazo o herida y 84% había recibido capacitación sobre riesgos biológicos. De los que no recibieron capacitación, 93,8% tuvo resultados no satisfactorios en los temas correspondientes y 81,3% tuvo resultados no satisfactorios en información sobre medidas de protección. Se concluye que no hubo diferencias en cuanto a categorías profesionales y nivel de información y que la capacitación recibida sobre riesgos biológicos laborales no ha sido efectiva, ya que fueron calificados como no satisfactorios más de una tercera parte de los encuestados.

Palabras clave: Riesgo biológico, patógenos, VIH, Hepatitis B, Hepatitis C y Mycobacterium tuberculosis.

Autores: Martha Rodríguez González[1], Maylen Pérez González[1], Yuditt Pla[1], Lissette Miranda Lara[1], Maria Isabel Garrote Lee[1], María de los Ángeles Peña Figueredo[1], Miriam Valdez Fernández[1]

Filiación:
[1] Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), La Habana, Cuba

Citación: Rodríguez M, Pérez M, Pla Y, Miranda L, Garrote MI, Peña MA, et al. Occupational biological hazards in nursing staff in a hospital, Havana, Cuba, September 2006-April 2007. Medwave 2008 Mar;8(2):e2722 doi: 10.5867/medwave.2008.02.2722

Fecha de publicación: 1/3/2008

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