Señora editora:
Desde los descubrimientos de Edward Jenner a fines del siglo XVIII, las vacunas han salvado millones de vidas en todo el mundo. La viruela, otrora responsable de hasta un 20% de la mortalidad en Europa, fue erradicada hace décadas y el destino de la polio pareciera no ser muy distinto [1]. Más aún, actualmente otras 24 enfermedades infecto-contagiosas son prevenibles mediante vacunas, jugando un papel protagónico en el incremento en la expectativa de vida que hemos presenciado en los últimos cien años [2].
Chile ha sido un líder en la región en cuanto a programas de inmunización, ya en 1887 introdujo la vacuna contra la viruela, logrando la erradicación de la enfermedad en el territorio nacional para 1950. Tan solo un año antes, en 1949, se incorporaba una segunda vacuna, esta vez contra la tuberculosis, utilizando el Bacilo Calmette–Guérin. Gracias a estas innovadoras políticas Chile fue el tercer país en erradicar la polio en 1976, siendo también capaz de controlar el sarampión y la rubeola antes que terminara el siglo XX [3].
Es indiscutido que los programas de inmunización han sido un importante pilar para lograr los indicadores de salud de los que nuestro país se enorgullece. Eso implica que cada chileno porta en sus hombros múltiples cicatrices de vacunas previamente administradas. Lamentablemente algunas de estas cicatrices, como cualquier otra, pueden evolucionar hacia cicatrices hipertróficas o queloides [4], en un área sumamente visible [5].
Uno podría imaginar que inicialmente la razón para elegir los hombros fue su fácil acceso, pero esa lógica hoy carece de sentido. Más aún, si uno considera lo que el paciente en el futuro pensará acerca de estas cicatrices, ¿por qué no cambiar el sitio de la inyección hacia un área más fácil de ocultar? Los glúteos nos parecen una región mucho más razonable.
Creemos que cambiar esta tradicional práctica beneficiaría a un gran número de pacientes en un momento de su vida en que las cicatrices no son importantes, pero algún día lo serán.
Conflictos de intereses
Los autores han completado el formulario de declaración de conflictos de intereses del ICMJE traducido al castellano por Medwave, y declaran no tener conflictos de interés con el tema de la carta. El formulario puede ser solicitado contactando al autor responsable.
Citation: Berner JE, Vidal . . Medwave 2014 Oct;14(9):e6025 doi: 10.5867/medwave.2014.09.6025
Submission date: 10/10/2014
Acceptance date: 15/10/2014
Publication date: 17/10/2014
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